Nos duele Nueva Zelanda

Al momento de escribir de estas líneas se han confirmado más de 40 personas asesinadas en el peor atentado terrorista que ha sufrido Nueva Zelanda. Las víctimas son musulmanes de ambos sexos y aunque faltan muchos pasos en la investigación, una cosa que queda clara es el espíritu de venganza con que se ha perpetrado y realizado este ataque demencial, cargado de odio y crueldad.

La idea detrás de semejante derramamiento de sangre es simple: si ellos (los musulmanes) hacen ataques terroristas contra nosotros (cristianos/civilización occidental), entonces nosotros los hacemos contra ellos. Es la Ley del Talión en su peor versión. Los colombianos, así como otros pueblos, sabemos muy bien a qué clase de infierno conduce esa clase de lógica: una escalada de violencia, una carga de dolor espantosa, un vergonzoso torrente de sangre inocente.

La responsabilidad inmediata en todo acto de terrorismo recae por supuesto sobre aquellos que lo han realizado pero conviene preguntarse por responsabilidades en círculos más amplios.

Por ejemplo, aquello de que en nuestros países se pueden construir mezquitas y en los países de ellos es extremadamente difícil o imposible construir iglesias, ¿tiene algo que decirnos?

Aquello de que toleremos a las feministas vulgares y blasfemas mientras ellas callan frente a la opresión de la mujer en el mundo islámico, y los medios de comunicación guarden silencio cómplice, ¿tendrá que ver algo?

Aquello de que la única protesta efectiva conocida contra la tiranía LGBT en Inglaterra ha sido hecha por musulmanes, y no se les han quitado los hijos ni se les ha encarcelado, ¿tendrá algo de relación con ese odio creciente?

Aquello de que alguno prediquen que el Islam es religión de paz, de mucha paz, mientras los líderes de esa religión callan frente a las crueldades del terrorismo islámico, ¿tendrá alguna conexión?

Aquello de que el Islam sea tan respetado, por ejemplo en España, donde pocos o nadie se atreven a burlarse de Mahoma o del Corán, mientras cualquiera puede hacer sacrilegio público de la Eucaristía o de la pureza de la Virgen, ¿tendrá relación con ese odio que se va gestando?

Aquello de que los crucifijos hay que quitarlos para no ofenderlos a ellos pero el matrimonio con niñas o la poligamia están al borde de ser aprobados en nuestros países, ¿tendrá que ver?

De ningún modo pretendo justificar crueldades ni venganzas ni terrorismo. Pero el ejercicio de pensar y cuestionar es hoy más necesario que nunca.

Nota sobre la violencia religiosa

Todos hemos de alegrarnos de que haya acuerdos de paz entre quienes nos decimos creyentes. Es evidente el daño y escándalo que se produce cuando, en Nombre de Dios, se tortura, destruye o mata.

Una alegría adicional es que, en temas de tanta actualidad, como la defensa de la vida en sus primeras fases, se pueda alcanzar un entendimiento, e incluso una alianza, que haga causa común frente a todos aquellos que quieren triturar o disolver el modelo de familia querido por Dios, el mismo que complementa de modo hermoso los dones propios de la pareja en cuanto a su unidad y fecundidad. Todo eso es bello.

Hay que tener cuidado sin embargo, no sea que los bienes conseguidos con gran dificultad oscurezcan el valor de otros bienes inmensos. Entendernos bien con cristianos no-católicos, o entendernos bien con los musulmanes, en los temas ya dichos, no significa una renuncia al sagrado y hermoso deber de presentar siempre íntegra nuestra fe cristiana y católica.

El mismo impulso de amor que nos lleva a buscar un buen entendimiento con los no-creyentes, o los no-cristianos, nos lleva también a desear que ellos participen de los mismos bienes de fe que nosotros, sin mérito propio, hemos recibido.

Por eso, porque los amamos, queremos presentarles no solo un entendimiento para sobrevivir juntos en esta tierra sino un camino para gozar la plenitud de la visión divina en el Cielo.

El Papa Francisco visita la península arábiga

Esta visita histórica y única pide de nosotros una oración renovada y perseverante. Comenta Aciprensa:

El Vicario Apostólico de Arabia del Sur, el Obispo de origen suizo Paul Hinder, explicó que la visita del Papa Francisco a Emiratos Árabes Unidos desde este domingo 3 de febrero, constituye un “importante paso en el diálogo entre musulmanes y cristianos”.

En un artículo publicado este sábado por el diario del Vaticano, L’Osservatore Romano (LOR), el Prelado expresó su alegría por la presencia del Pontífice, en lo que será “la primera visita de un Papa a la península arábiga”.

“Agradezco al gobierno de los Emiratos Árabes Unidos por su generosidad, no solo al hacer posible esta visita, sino también por habernos concedido de buena voluntad un lugar donde celebrar la Misa”, dijo Mons. Hinder.

“Acogemos al Papa Francisco con el corazón abierto y rezamos con San Francisco de Asís. ‘Haz de mí un instrumento de tu paz’. Que esta visita sea un paso importante en el diálogo entre musulmanes y cristianos y contribuya a la comprensión recíproca y a la pacificación en la región del Medio Oriente”, indicó el Prelado.

“Espero que en todas las misas de precepto antes de la visita se agregue una especial intención para que la visita del Santo Padre a los Emiratos Árabes Unidos sea espiritualmente fecunda: Nuestra Señora de Arabia, ruega por el Papa Francisco y por todos nosotros”, concluyó.

Mons. Paul Hinder es Vicario de Arabia del Sur desde marzo de 2005. LOR señala que su experiencia de estos años en la región la ha descrito en un libro titulado “Un vescovo in Arabia. La mia esperienza con l’Islam”. (Un obispo en Arabia: MI experiencia con el Islam) publicado en Italia en 2018.

En el libro el Prelado da cuenta de los desafíos de vivir en una región mayoritariamente musulmana. “Cuando hablo de la Iglesia de Oriente como elemento del proyecto para una Iglesia del futuro no tengo de ella una visión romántica. Tenemos problemas parecidos, sobre todo en las cuestiones litúrgicas y con ciertas tradiciones que no pueden combinarse con un cristianismo practicado de modo público. En estos casos la confianza se desilusiona o se traiciona. Pero la mayoría de las veces, al contraria, se justifica y se satisface”, escribe el Obispo.

“Cuando estoy en Abu Dhabi voy a nuestra iglesia a las 5:45 para rezar con los fieles (el Rosario), no para que me vean sino para que la gente vea que cuando el obispo reza lo hace con su gente”, agrega.

El Papa Francisco llegará a Abu Dhabi este domingo 3 de febrero y estará en Emiratos Árabes Unidos hasta el día 5. Allí participará de un encuentro interreligioso y presidirá una gran Misa pública en la que se espera la asistencia de 43 mil fieles.

La historia de la señora Asia Bibi, que ya lleva nueve años encarcelada por ser cristiana

En junio de 2009 Asia trabajaba recogiendo frutas en la localidad de Sheikhupura, cerca de la capital Lahore. Cuando se acercó a un pozo para beber, un grupo de musulmanas la acusaron de contaminar el agua por ser cristiana.

Bibi respondió a los insultos contra su fe diciendo: “Yo creo en mi religión y en Jesucristo que murió en la Cruz por los pecados de la humanidad. ¿Qué hizo su profeta Mahoma para salvar a la humanidad?”.

Al día siguiente, una turba atacó a la familia de Bibi y ella fue trasladada a una comisaría por su “seguridad”. Sin embargo, allí fue acusada de blasfemar contra el islam.

La madre católica fue condenada a muerte en el año 2010 y desde entonces hay una batalla legal para salvarla. Lucharon por su liberación Shabahz Bhatti, líder católico y ministro de Minorías; y Saalman Taser, gobernador de Punjab; pero ambos fueron asesinados.

Desde que fue detenida, Asia Bibi ha señalado que es perseguida por causa de su fe y ha negado las acusaciones de blasfemia contra el islam.

El pasado 21 de abril, el presidente del Tribunal Supremo de Pakistán, Mian Saqib Nisar, le dijo a su abogado, Saiful Malook, que retomará el juicio que definirá su libertad.

“Prepárese. Voy a arreglar su caso y yo mismo presidiré la corte”, indicó Nisar a Malook.

Desde entonces los cristianos de todo el país se han unido en oración por la liberación de Bibi.

Según informó ACN en un video, en Pakistán hay más de mil personas condenadas por la ley de blasfemia.

Esta norma está inspirada en la sharia –ley islámica– que castiga, incluso con la muerte, cualquier ofensa de palabra u obra contra Alá, Mahoma o el Corán.

La jaula de tortura de Daesh en Siria

“Unos kilómetros más adelante, en un cruce de carretera, una jaula negra y blanca descansa junto al asfalto. Ahora está vacía, pero su interior revela toda la crueldad del sistema de terror impuesto por unos yihadistas que «en este caso encerraban aquí a los detenidos para que se asaran de calor en verano y se helaran en invierno, pero siempre a la vista de todos los que pasaban, para que sirviera de ejemplo», apunta el militar mientras tira del candado, aún cerrado…”

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El Islam en el siglo XXI

“Quizás no muchos en Occidente estén al tanto de que el nombre divino Alá no es originalmente musulmán. “Mahoma no creó la palabra ‘Alá’, sino que esta ya existía en la poesía preislámica cristiana y en todas las lenguas semíticas”…”

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Texto de la Conferencia Episcopal Española sobre el atentado en Barcelona

Esta tarde ha tenido lugar en Barcelona un grave atentado terrorista con resultado de muerte y numerosos heridos.

Ante este hecho luctuoso y execrable, la Conferencia Episcopal Española quiere en primer lugar mostrar su cercanía y oración a todas las víctimas y sus familias. Asimismo manifestamos nuestro apoyo a toda la sociedad que es atacada con estas acciones, en esta ocasión los ciudadanos de Barcelona, y a las Fuerzas de Seguridad.

Al mismo tiempo condenamos cada muestra de terrorismo, una práctica intrínsecamente perversa, del todo incompatible con una visión moral de la vida, justa y razonable. No sólo vulnera gravemente el derecho a la vida y a la libertad, sino que es muestra de la más dura intolerancia y totalitarismo.

Pedimos a todos los creyentes que eleven sus oraciones para pedir a Dios que conceda el descanso eterno a las personas fallecidas, restablezca la salud del resto las víctimas, consuelo a los familiares, llene de paz los corazones de las personas de buena voluntad y nunca más se repitan estas acciones despreciables.