SEGUNDO DOMINGO DE ADVIENTO, CICLO A
Juan Bautista alcanzo la independencia de los poderes de este mundo a base de depender sólo de Dios.
Alimento del Alma: Textos, Homilias, Conferencias de Fray Nelson Medina, O.P.
SEGUNDO DOMINGO DE ADVIENTO, CICLO A
Juan Bautista alcanzo la independencia de los poderes de este mundo a base de depender sólo de Dios.
El consuelo de Dios no elimina los dolores presentes sino que muestra que son útiles y valiosos para un futuro diferente.
El adviento redefine la vida cristiana como peregrinación interior que vence la esterilidad y supera desde dentro el deseo de oprimir y usar a los demás.
Dios nos quiere ajustados a su plan de amor, pero que nuestra “justicia” no se vuelva arrogancia sino gratitud y humildad.
Superación de la ignorancia de Dios, la muerte, y la división: grandes promesas del adviento.
Hacer justicia, según el Antiguo Testamento, es ajustar la realidad humana al plan de Dios.
La esperanza crece cuando se conoce la meta, y nuestra meta es el Monte del Señor.
DOMINGO I DE ADVIENTO, CICLO A
El año litúrgico quiere que nuestra vida entera sea liturgia en unión con Cristo y alrededor de Cristo.
FIESTA DE SAN ANDRÉS, APÓSTOL
Andrés, el apóstol, es un ejemplo temprano de la mirada de Cristo hacia las periferias existenciales.
La alegría en medio de la tribulación es gozo de ver caer los múltiples disfraces de la mentira.
La mirada apocalíptica no está llena de pánico sino al contrario de la certeza de la victoria de Dios.
Cristo advierte que no debe fiarse uno de las propias fuerzas porque la batalla es contra los espíritus del mal.
Detrás de la ostentosa construcción del templo había una historia de engaño y soborno. Cristo predice el final estrepitoso de la mentira.
Ni una fe ortodoxa con un corazón duro; ni un corazón compasivo a precio de traicionar la verdad de la fe.
SOLEMNIDAD DE CRISTO REY, CICLO C
El verdadero rey es también verdadero pastor: conoce la meta de todos pero también las circunstancias de cada uno.
Aunque podemos aprender de los mártires judíos, lo específico del cristiano está siempre en el seguimiento de Cristo.