De lo feo y sus vecindades (5)

5. Una nota sobre el arte abstracto

Surgen de tanto en tanto discusiones sobre la relación entre el arte y la belleza. Hay todo tipo de posiciones. Algunos dicen, por ejemplo, que el arte tiene una función social y no solamente recreativa. Esta postura sigue así: Si se tratara de recrear simplemente, todo arte debería ser agradable. Pero el arte es más que eso: hace pensar, abre puertas hacia mundos inexplorados que conviven próximos pero ocultos al mundo obvio y a la vez opaco en que vivimos.

De la mano con esta postura va la tendencia hacia un arte no-representacional, esto es, un arte que no se limita a reproducir o representar el mundo, como fue el ideal de los grandes retratistas y paisajistas. Para tener un nombre general, estamos refiriéndonos aquí a lo que los legos llamamos “arte abstracto.”

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De lo feo y sus vecindades (4)

4. La fealdad de la Cruz

Cuando se quiere hablar de los signos de la presencia de Dios en el mundo suelen escogerse parajes hermosos y solemnes: una puesta de sol, una flor bellísima, el rostro perfecto de un niño o de una niña. La Biblia, sin embargo, piensa diferente. La máxima revelación de Dios acontece en la deformidad de un hombre torturado, en la fealdad de una cruz de espanto, en la monstruosidad de una condena injusta y en un baño de sangre que espanta y aterra.

Isaías lo había anunciado (capítulo 53, 1-3):

¿Quién va a creer lo que hemos oído?

A quién ha revelado el Señor su poder?

El Señor quiso que su siervo

creciera como planta tierna

que hunde sus raíces en la tierra seca.

No tenía belleza ni esplendor,

su aspecto no tenía nada atrayente;

los hombres lo despreciaban y lo rechazaban.

Era un hombre lleno de dolor,

acostumbrado al sufrimiento.

Como a alguien que no merece ser visto,

lo despreciamos, no lo tuvimos en cuenta.

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De lo feo y sus vecindades (3)

3. El arte de lo feo

El recurso a lo tradicionalmente considerado como feo ha sido un ingrediente cada vez más presente en algunas actividades artísticas. La literatura latinoamericana tuvo su “nadaísmo” y Francia su Baudelaire y su Verlaine. El mundo anglosajón ha conocido el rock metálico y satánico, y los videos de decapitaciones tienen siempre amplio público en Internet.

Ser o parecer malo, violento, es casi una aduana obligada para millones de jóvenes, que se visten con calaveras o marcan su piel con tatuajes chocantes. Los propagandistas del satanismo o de religiones neopaganas aluden siempre a la experiencia de libertad. En los países escandinavos crece la popularidad de los cultos naturistas precristianos, aun sabiendo que, como sucedió con los druidas, tales cultos incluían sacrificios humanos. ¿Por qué todo esto? ¿Locura colectiva? ¿Hastío de un mundo donde todo está tan resuelto que ya aburre? ¿Revancha del diablo y sus secuaces?

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De lo feo y sus vecindades (2)

2. Estética y Metafísica

Aparentemente el terreno de los gustos es del todo subjetivo, según aquello de que entre gustos no hay disgustos. Sin embargo, uno ve que si una persona se afianza en ciertos gustos, tarde o temprano eso trae consecuencias. Hay estudios sobre ese tema desde diversos ángulos. Una película reciente en Irlanda explora muy a fondo el caso de una mujer que se interesa por las imágenes de personas muriendo. La suya es una especie de necrofilia estética. Toda la cinta es seguirle la pista a ese “gusto” por la muerte y sus devastadoras consecuencias.

Algo parecido puede decirse de la pornografía. A pesar de que se diga que es cosa de adultos que obran “libremente,” la experiencia muestra que el gusto por lo que produce placer instantáneo, y sin vínculo ni responsabilidad, termina ligado a diversas formas de depravación y finalmente al abuso de niños o explotación de países o culturas pobres. El mapa del turismo sexual es el mapa de la pobreza.

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De lo feo y sus vecindades (1)

Una definición difícil

No es tan fácil definir qué es algo feo o en qué consiste la fealdad. Tal vez la primera palabra que viene a la mente es “desproporción.” Lo feo es desproporcionado; peca por exceso o por defecto.

Según eso, uno esperaría que lo feo siguiera una regla sencilla: a mayor desproporción, mayor fealdad. La cosa no es tan sencilla. Si tomamos un rostro bello y lo sometemos a un poco de desproporción obtenemos un rostro feo. Pero si la desproporción se hace de modo extremo, por ejemplo, rompiendo la imagen en un millón de pedazos luego colocados al azar, lo que queda ya no es un rostro y por consiguiente tampoco es un rostro feo.

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Ser Vulnerable

Ser vulnerable no es ser débil. Al contrario, sólo una persona firme y madura puede permitirse conocer su propia vulnerabilidad, aceptarla y dejar que se sepa. La persona débil oculta su debilidad, evita los ataques y erige defensa para protegerse y poder huír. Una armadura pesada siempre esconde un carácter débil. Continuar leyendo “Ser Vulnerable”

Entender el entendimiento (12 de 12)

12. ¿Es posible escanear el alma?

Una colección de microscopios no hace un telescopio. Los métodos de análisis por resonancia magnética y los mapeos cerebrales son microscopios que miran el detalle y que quisieran encontrar cuál es la neurona que decidió que yo escribiera esto. Sin embargo, ese enfoque ha ido encontrando, como por sí solo, sus propias limitaciones. Cada vez resulta más evidente que, junto al enfoque “localista” hace falta un enfoque “holístico” en el examen del flujo incesante de ondas electromagnéticas en el cerebro.

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Entender el entendimiento (11 de 12)

11. Un discurso racional sobre el espíritu

El tema de una inteligibilidad no material tiene dos vertientes. Por una parte: ¿qué podemos comprender en las cosas que no sea materia?; por otra: ¿qué hay en nosotros que nos permita comprender lo que no es materia o no es solamente materia? Ambos temas fueron abordados por Aristóteles bajo la noción de “forma.”

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Entender el entendimiento (10 de 12)

10. Malos entendidos sobre la espiritualidad del alma

Cuando se dice que la inteligencia es facultad del alma espiritual mucha gente que ha formado su mente en el rigor de la ciencia puede pensar que ya nada racional podrá decirse. Quizá imaginan que afirmar la espiritualidad del alma es abrir la puerta a que cualquier cosa ya se pueda decir. Un “espíritu” es algo que no puede ser comprobado ni controlado, temen ellos, no sin razón, y parece que admitir que hay espíritus rondando es renunciar a entender nada del mundo. Este es un malentendido en realidad, y le vamos a dar un nombre para identificarlo: el fantasma. Quienes sufren de este malentendido creen que uno va a tratar al alma como un fantasma que nos ahorra la tarea de explicar, de investigar, de formular hipótesis y de comprobarlas. Por supuesto, no es así: el alma humana es espiritual pero no es un fantasma.

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Entender el entendimiento (7 de 12)

7. La inteligencia como smartness

En aquel programa de la BBC que mencioné al principio de estas notas no se hablaba directamente de inteligencia sino de “agudeza.” El duelo entre Deep Blue y Kasparov fue descrito como un modo de averiguar quién era “smarter,” más agudo o astuto.

Esta agudeza implica, en inglés, la idea de agilidad. Existe la expresión “smart talker” por ejemplo, para referirse a esa persona que es ocurrente y esencialmente ágil en su manera de defender su postura o mostrar la debilidad de otros. Uno no es “smart” exponiendo las grandezas de la vida eterna o los síntomas de la melancolía sino allí donde hay contraste de opiniones y en el ámbito de la polémica. Esto indica que no toda inteligencia es “smartness” aunque ciertamente la idea de ser agudo y ágil es muy compatible con la idea generalizada de inteligencia como “resolver problemas.” Se espera que quien resuelve problemas lo haga con prontitud y eficiencia, sorteando obstáculos.

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Entender el entendimiento (6 de 12)

6. Límites intrínsecos del principio de doble asociación

Llinás observando el cerebro y Hume haciendo introspección quieren explicar al entendimiento y al ser humano que entiende siguiendo el hilo de lo que llamamos principio de doble asociación. Si algo “adentro” de mí puede ser invariablemente asociado con lo que llamamos “conocer”, “percibir” o “amar,” entonces aquello que hace explicable ese evento es también la explicación de lo que yo soy y de cómo obro. Para Hume, ese “adentro” era el hábito, emanado de la repetición, por el cual tendemos a juntar unas percepciones con otras, con lo cual creamos la noción de “causa,” por ejemplo. Para Llinás, ese adentro es la senda rastreable de impulsos electromagnéticos en el tálamo y la corteza cerebral. Explicados esos hábitos está explicada la naturaleza humana, nos dice Hume; explicados los circuitos del cableado cerebral está explicado el mito del yo, afirma Llinás.

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Entender el entendimiento (5 de 12)

5. ¿Entender al cerebro es entender la inteligencia?

La neurología y demás ciencias asociadas han logrado notables resultados, tanto en la comprensión de nuestro propio cuerpo como en el diagnóstico y tratamiento de diversas dolencias. Ello sin embargo no nos ahorra la pregunta clave: ¿Entender al cerebro es entender la inteligencia? O puesto de otro modo: ¿todo lo que puede entenderse sobre la inteligencia puede ser deducido de nuestra anatomía, fisiología y relación con el entorno?

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