Mapa de un corazón dispuesto a trabajar por Dios

Tres preguntas claves brotan del testimonio del profeta Ezequiel:

(1) ¿Estamos dispuestos a ofrecer hospedaje a Dios en nuestro corazón, ahora que es arrojado de tantas partes?

(2) ¿Vamos a asumir nuestra responsabilidad en cuanto a no dejar el mundo como lo encontramos?

(3) ¿Hemos entendido que el primer espacio de libertad es el dominio del propio corazón y los propios deseos?

Unción de Cristo y del cristiano, 3 de 6: Las visiones de Ezequiel

[Retiro con la comunidad hispana de Bernardsville. Diciembre de 2014.]

Tema 3 de 6: Las visiones de Ezequiel

* El profeta Ezequiel de familia sacerdotal, conoció bien la corrupción de la fe en el pueblo e incluso en los sacerdotes. Vio con horror como la alianza quedaba reducida a un formalismo frío y la vida del templo, a un ritualismo sin alma. Entendió así dos cosas:

(1) La gloria de Dios abandona el lugar donde el pecado se entroniza.

(2) El corazón humano es el lugar donde el pecado quiere llegar; su deseo es usurpar el trono y templo de Dios en el hombre, es decir, su corazón, y por ello, la sola Ley no es capaz de crear la fidelidad que la misma Ley exige.

* Un punto culminante es la visión del capítulo 37 de Ezequiel. En ella encontramos que Dios, el creador, es el único que puede crear una realidad nueva. Y Dios lo había anunciado con infinita misericordia: “Os daré un corazón nuevo y os infundiré un espíritu nuevo” (Ezequiel 36,23-28).

* Esa intervención del Espíritu, que todo lo renueva, es lo único que hace posible que vuelva la gloria divina y se pose sobre el nuevo templo.

Retorno del Destierro, 6 de 8, Ezequiel

Retorno del Destierro

Tema 6: La visión de Ezequiel

Transcripción

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Resumen

* El ministerio profético de Ezequiel es contemporáneo del destierro y muy probablemente entre los desterrados. Lo que hace es elaborar una lectura teológica de acontecimientos que resultaban impensables para los judíos, y a los que era preciso darles un sentido.

* En resumen, el mensaje de Ezequiel es que la gloria de Dios ha abandonado Jerusalén, por los muchos pecados del pueblo, y especialmente de los sacerdotes, pero el destierro no tendrá la última palabra, pues habrá un nuevo templo en el que un pueblo renovado verá una vez más la gloria divina.

* Ezequiel es sacerdote y en su predicación lo ritual y lo legal tienen gran importancia. Su corazón es muy sensible a los temas de la pureza, el templo y los sacrificios. También la manera de comunicar sus mensajes es “ritual” en el sentido de que sus gestos proféticos simbólicos son abundantes y elaborados, más que en el caso de cualquier otro profeta.

* Pero el lenguaje más vigoroso de Ezequiel se expresa en visiones impresionantes que destacan la grandeza y a la vez la sorprendente inmediatez del misterio. Ezequiel nos introduce a un mundo nuevo, o si se quiere decir de modo más preciso, nso recuerda la densidad del mundo, obra de Dios en la que Él se revela.

* Ante todo, está la visión de la Gloria de Dios. Se trata de un tema teológico nuevo, que habla a la vez de la presencia y la distancia, a la manera de la “nube” del Éxodo. La Gloria va marcando el camino, a medida que abandona el templo (10,18-22), y Jerusalén (11,22-25); al final retornará a Jerusalén y al templo (cap. 43,1-9). Esta Gloria anticipa en algún sentido la Encarnación del Verbo, que acampó entre nosotros y nos dejó ver su gloria.

* Sin embargo, hay una diferencia con la nube o la columna de fuego: la Gloria no es visible a todos. Contemplarla es un privilegio, o mejor, un regalo que permite reconocer la ruta de Dios entre tantos caminos de esta tierra. Por eso, el que sepa de Dios ha de ser como un centinela (cap. 33) y no un inicuo egoísta, como lo han sido los pastores de Israel (cap. 34).

* Esa idea, la de un don para reconocer lo divino cuando no es obvio, resulta indispensable en tiempos de confusión (cap. 8) e impotencia (cap. 9). El presente resulta repugnante, a fuerza de profanaciones, y por eso hay que hundir la mirada en el futuro, esperando sólo en Dios, de quien vendrá la novedad: un nuevo corazón, una nueva alianza, un nuevo espíritu.

* Ezequiel valora lo ritual y cultual pero en ningún sentido aprueba el culto formalista e hipócrita. Lo mismo que Jeremías, ve que la religión alcanza verdad sólo cuando alcanza el corazón (36,22-28).

ATENCIÓN: Escucha el retiro completo, o baja las notas de los ocho temas, en PDF.

Retiro Sacerdotal: Los profetas y el Cristo, 7 de 8

Retiro Sacerdotal: Los profetas y el Cristo. Tema 7 de 8: Ezequiel.

* Profeta de la gloria de Dios, entendida como presencia, en la creación y la historia, de los atributos divinos de poder, soberanía y majestad.

* Predicador del asco y la condenación; pero también de la compasión y la nueva alianza. Las bruscas imágenes y visiones del profeta pretenden una sola cosa: que lleguemos a detestar desde el fondo del alma al pecado, porque amar lo bueno es poco efectivo si uno no se aparta resueltamente de lo malo.

* Testigo de las realidades del corazón. Ezequiel es un sacerdote que conoce, desde dentro, la corrupción y vida doble que llevan los sacerdotes del templo de Jerusalén. Se da cuenta que tanta ingratitud frente a la fidelidad divina sólo es explicable por una causa: el corazón humano es duro como piedra, y según eso ninguna ley exterior puede cambiarlo.

* Heraldo del Espíritu. Ezequiel percibe agudamente los límites de la antigua alianza. El corazón nuevo es en realidad parte de una vida nueva que sólo puede venir como don de parte de Dios. Este espíritu, río que brotará del nuevo templo, vuelve también “río” lo que va tocando, y por eso su cauce crece como por sí mismo.