¿Por qué hay diáconos “permanentes” y diáconos “transitorios”?

Padre Nelson, con motivo de la fiesta de San Lorenzo, me he encontrado con la palabra “diácono” con frecuencia. Y me encontré que había diáconos “permanentes” pero también que en la preparación al sacerdocio hay como una etapa en que son “diáconos” (supongo que fue su caso, con todo respeto, padre). ¿Puede ayudarnos a aclarar el tema? –G.L.

* * *

Encontré este magnífica explicación, que comparto:

Desde los inicios de la iglesia a la era medieval, el diaconado era una orden especifica dentro de la iglesia. Un diácono trabajaba muy cerano a su obispo, recibiendo a menudo responsabilidades substanciales, incluyendo la administración judicial y financiera de la iglesia local. La autoridad de los diáconos llevó a San Jerónimo decir, “el archidiácono se considera herido si es ordenado sacerdote”. Durante el primer milenio del cristianismo, un número de diáconos fueron elegidos Papa, necesitando ser ordenados sacerdotes y obispos antes de tomar la Sede de Pedro. Después del Concilio de Trento en el siglo XVI, la función del diácono fue puesta a una lado, convirtiéndose en un mero paso para aquellos aspirando a la ordenación sacerdotal. En la actualidad, el diaconado transitorio es un tiempo de aprendizaje y preparación antes de la ordenación sacerdotal.

En contraste a los diáconos transitorios están los diáconos permanentes. Durante el Concilio Vaticano II, el Papa Pablo VI pidió al Concilio restaurar la Orden Diaconal una orden permanente donde los diáconos asistirían a los sacerdotes en lugar de los obispos. En vez de ser un asistente del obispo como en el pasado, cuando la orden fue restaurada en 1967, los diaconos se convirtieron en asistentes de los sacerdotes a nivel parroquial. Además de ser un asistente del párroco en las necesidades de la comunidad local, el diácono permanente tiene ciertos roles litúrgicos: puede bautizar, oficiar matrimonios, administrar sacramentales, realizar funerales, leer la Sagrada Escritura, predicar e instruir a los fieles. El diácono tiene un papel que desempeñar durante la celebración eucaristica y en los otros sacramentos. Un hombre casado puede ser ordenado diácono permanente, pero una vez ordenado, si el hombre es soltero o enviuda, él se compromete a vivir una vida célibe.

El Concilio Vaticano II previó que los diáconos permanentes serían más numerosos en países donde la necesidad de sacerdotes era mayor, especialmente en África y América del Sur. Sin embargo, la mayoría de los 42.000 diáconos permanentes del mundo están en los Estados Unidos y Europa. Una posible explicación de esta realidad es que hay mas candidatos en los Estados Unidos y Europa con tiempo libre para dedicarse a los estudios necesarios para la ordenación diaconal.

El año pasado en una reunión de diáconos con el Papa Francisco, mientras les recordaba que su llamado principal es al servicio, el Papa dijo: “el que sirve no es esclavo de la agenda que establece, sino que, dócil de corazón, está disponible a lo no programado: solícito para el hermano y abierto a lo imprevisto que nunca falta y a menudo es la sorpresa cotidiana de Dios…. queridos diáconos, viviendo en la disponibilidad, su servicio estará exento de cualquier tipo de provecho y será evangélicamente fecundo”.

Concluyo con las palabras hermosas y desafiantes que el obispo dice al diácono recién ordenado al entregarle el evangeliario, “recibe el Evangelio de Cristo en cuyo heraldo te has convertido. Cree en lo que leas, enseña lo que creas y practica lo que enseñes”.

Padre Pablo Migone, Canciller de la Diocesis de Savannah y reside en la Catedral de San Juan Bautista, Savannah.

LA GRACIA del Miércoles 10 de Agosto de 2016

FIESTA SAN LORENZO, DIÁCONO Y MÁRTIR

Pidamos a San Lorenzo que al igual que él, seamos ofrenda, ejemplo, testimonio para todos nuestros hermanos.

[REPRODUCCIÓN PERMITIDA – Ayúdanos a divulgar este archivo de audio en las redes sociales, blogs, emisoras de radio, y otros medios.]

Diáconos permanentes

Hola fray nelson bendiciones y me gustaria saber cual es el papel del diacono permanente en la iglesia y si los diaconos permanentes solo se dan en las diocesis o tambien los hay en las comunidaddes religiosas y alli que papel juegan. y tambien caul es el papel dentro de la iglesia de las esposas de los mismos. muchas gracias. atte, M.

* * *

El ministerio eclesiástico, que es el ministerio de los hombres dedicados al servicio de Dios, comprende tres grados diversos del sacramento del orden sacerdotal: los obispos, los sacerdotes y los diáconos. Dos de estos grados participan ministerialmente del sacerdocio de Cristo: el orden episcopal, correspondiente a los obispos y el orden del presbiterado, correspondiente a los presbíteros o sacerdotes. El orden del diaconado, según lo afirma el Catecismo de la iglesia Católica en el número 1554 está destinado a ayudar y a servir a los obispos y a los presbíteros. Por eso, el término “sacerdote” designa en el uso de nuestros días a los obispos y a los presbíteros, pero no a los diáconos.

Sin embargo, la doctrina católica establece que el grado de diaconado es un grado de servicio, que viene establecido desde el tiempo de los apóstoles, como lo atestigua el trozo del libro de los Hechos de los apóstoles, apuntado al inicio de este resumen, así como en lo expresado por el Apóstol San Pablo en su carta a Timoteo: “También los diáconos deben ser dignos, sin doblez, no dados a beber mucho vino ni a negocios sucios, que guarden el Misterio de la fe con una conciencia pura. Primero se les someterá a prueba y después, si fuesen irreprensibles, serán diáconos.” (1 Tim. 3, 8-11)

Diakonía es la palabra griega que fijará la función de los diáconos Esta palabra significa servicio, y es de tanta importancia para la Iglesia que se confiere por un acto sacramental llamado “ordenación”, es decir, por el sacramento del orden.

San Ignacio de Antioquia fijó la importancia de los diáconos, con estas bellas palabras: “ Que todos reverencien a los diáconos como a Jesucristo, como también al obispo que es imagen del Padre, y a los presbíteros como al senado de Dios y como a la asamblea de los apóstoles: sin ellos no se puede hablar de Iglesia (San Ignacio de Antioquia, Trall. 3, 1)

Hemos hablado mucho hasta ahora de servicio, ¿pero cuál es el servicio que prestan los diáconos a la Iglesia? “Corresponde a los diáconos, entre otras cosas, asistir al obispo y a los presbíteros en la celebración de los divinos misterios sobre todo de la Eucaristía y en la distribución de la misma, asistir a la celebración del matrimonio y bendecirlo, proclamar el Evangelio y predicar, presidir las exequias y entregarse a los diversos servicios de la caridad (Catecismo de la Iglesia Católica, 1570).

Entendido de esta manera, el diaconado no es solamente un paso intermedio hacia el sacerdocio, sino que ofrece a la Iglesia la posibilidad de contar con una persona de gran ayuda para las labores pastorales y ministeriales. Un diácono puede bautizar, bendecir matrimonios, asistir a los enfermos con el viático, celebrar la liturgia de la Palabra, predicar, evangelizar y catequizar. No puede, a diferencia del sacerdote, celebrar el sacramento de la Eucaristía (misa), confesar o administrar el sacramento de la unción de los enfermos. Con todo lo que puede hacer, su ayuda es invaluable, especialmente en nuestros tiempos en que hacen falta tantas personas que ayuden al sacerdote en todas las labores encomendadas.

Como en el caso de los sacerdotes, sólo el varón bautizado recibe válidamente la sagrada ordenación para acceder al diaconado. Y esto es así, porque Jesús eligió a hombre (“viri” en latín) para formar el colegio de los doce apóstoles. Sin embargo hay una diferencia muy importante entre los diáconos y los sacerdotes. Mientras que los sacerdotes ordenados de la Iglesia latina, son ordinariamente elegidos entre hombres creyentes que viven como célibes, es decir que no se han casado, y que tienen la voluntad de guardar el celibato por el Reino de los Cielos, el diaconado puede ser conferido a hombres casados. Este “diaconado permanente” constituye un enriquecimiento importante para la misión de la Iglesia.

Desde el Concilio Vaticano II, la Iglesia latina ha restablecido el diaconado como un grado particular dentro de la jerarquía, mientras que las Iglesias de Oriente lo habían mantenido siempre. De esta forma, los hombres casados que se dedican a ayudar a la Iglesia a través de la vida litúrgica, pastoral o en las obras sociales y caritativas pueden fortalecerse recibiendo el orden del diaconado y se unen más estrechamente al altar para cumplir con mayor eficacia su ministerio por medio de la gracia sacramental del diaconado.

De esta forma, la Iglesia Católica, a semejanza de la parábola del hombre que de su tesoro saca lo nuevo y lo viejo, siempre está ofreciendo formas nuevas y atractivas en su labor de ayuda a todos los hombres.

(Tomado de Catholic.net. Más información aquí.)

Diaconos permanentes

“Los diáconos permanentes pueden ser hombres casados, mayores de 35 años, con cinco años al menos de matrimonio estable, que han dado testimonio cristiano en la vida familiar…”

diaconado permanente

Click!