LA GRACIA 2024/03/28 Todos necesitamos descanso y acogida

JUEVES SANTO DE LA CENA DEL SEÑOR

Cuidemos que en la casa de Dios podamos dar descanso y acogida a tantos que están desbordados de dolor, confusión, absurdo y en remordimiento por sus pecados.

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LA GRACIA 2024/03/12 El verdadero sentido del descanso

El descanso cristiano no es inactividad, tiranía del egoísmo para dejar de hacer el bien; el verdadero descanso permite recuperar nuestra dignidad de hijos de Dios.

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LA GRACIA 2023/09/11 Jesús es nuestro sábado; Él es nuestro descanso

Detén la rueda del trabajo y redescubre quién eres en Nuestro Señor Jesucristo; Él es nuestro sábado, Jesús es nuestro verdadero descanso.

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LA GRACIA 2023/01/13 Entrar en el descanso de Dios

El descanso de Dios no es la pasividad ni el egoísmo, sino el caminar y avanzar con Cristo de tal manera que las dificultades no las vivimos como tragedias nuestras sino como victorias del Señor en nuestra vida.

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LA GRACIA 2020/09/07 ¿Sabemos descansar?

El sentido del sábado era: un tiempo de descanso, un tiempo para dejar la rueda del producir, consumir y entretenerse; levantar el corazón hacia Dios, encontrarse con la familia.

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Aprovechar el descanso para un encuentro más profundo con Dios y con uno mismo

“Algunos habéis podido coger ya unos días de vacaciones, otros quizá esperáis al próximo mes para disfrutarlas. Algunos salís de viaje y otros, por motivos económicos o de salud, os quedáis el lugar donde normalmente habitáis… A todos os quiero invitar a aprovechar estos días para volver a lo más necesario. El Señor nos dice: «Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré». Lo más necesario para el ser humano es encontrarse consigo mismo y ese encuentro nos lo regala Jesucristo cuando nos encontramos con Él. Es una gracia inmensa para todos los hombres saber quién es uno y saber quiénes son los demás…”

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LA GRACIA del Sábado 29 de Diciembre de 2018

El verdadero descanso es esa pausa interior que te permite recapitular lo que eres, entrar en ti mismo y recuperar tu dignidad de hijo de Dios y tu papel como hermano de tus hermanos.

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¿Bailar es bueno o malo?

Padre Nelson, no sé cómo hacerle la pregunta, pero mi punto es si el bailar es sano o se puede decir que me es permitido como cristiano. — AYB

* * *

Es sencillamente natural que nuestro cuerpo exprese nuestras emociones. De hecho, Santo Tomás, en el Tratado de las Pasiones, destaca que una de las características de nuestro ser humano es que las distintas emociones tienen siempre un componente o dimensión corporal. Así que en principio es normal y natural que también la alegría o el amor se expresen con nuestro cuerpo, y eso implica con los movimientos de nuestro cuerpo.

Pero así como hay amores buenos y amores sucios, así también hay expresiones de amor, sea en palabras o en acciones, que podemos considerar limpias y bellas, mientras que otras son reprobables y sucias.

Yo concuerdo con el Padre Sam cuando dice: “El baile en sí no es pecado, pero sí eso me lleva a otras cosas malas, entonces no es correcto”, dice el Padre Sam. Luego explica: “cuando el baile es expresión de alegría sana, de relajación, de cultura, de folklore… no tiene nada de malo, pero cuando es expresión de morbo, de depravación, entonces sí es pecado”. Si el baile me lleva a la lujuria, a la pereza, a que mis pensamientos se dispersen, entonces NO está bien, concluye el Padre Sam, pues eso me incita a hacer el mal.

Hay personas que piensan que tomando posiciones extremas están sirviendo mejor a Dios tal vez porque lo extremo se confunde fácilmente con lo radical o con la entrega total al Señor. Por eso ha habido tendencias en la Iglesia que pretenden proscribir al sexo dentro del matrmonio, o incluso prohibir del todo el matrimonio (caso del montanismo); o decir que toda bebida alcohólica implica una ofensa a Dios )caso de los musulmanes y de muchos evangélicos); o decir que todo baile implica lujuria y degradación (caso de muchos rigoristas).

La verdad es que estas posturas extremistas, lejos de darle la gloria a Dios, exaltan capacidades del esfuerzo humano, confundiendo lo difícil con lo virtuoso. En efecto, aunque toda virtud, vivida a perfeccción, es ardua, no todo lo arduo, sólo por ser arduo, es virtuoso.

Descanso de Dios

Saludos, padre. ¿Qué significa el descanso de Dios (Génesis)? ¿Es lo mismo del descanso de Jesús en la barca? – E.R.M.

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El descanso de Dios en el Génesis (capítulo 1) es en sí mismo una fuente de preguntas porque el Dios que todo lo puede no se supone que quede agotado, ni siquiera por el hecho de haber creado una obra magnífica como es el universo. Así que un punto de partida en el caso del Génesis es que este descanso no es un “reponer fuerzas” como si Dios pudiera estar necesitado de recuperarse.

Un clave interesante es observar que en la Biblia el trabajo siempre tiene carácter de “medio,” es decir: se trabaja para algo o para alguien. Trabajar no es un fin en sí mismo. por contraste, la palabra “descanso” nos invita, y casi obliga, a mirar cuáles son los “fines,” cuál es el “para qué” de nuestros esfuerzos, y aun de nosotros mismos, y del universo. En este sentido sí resulta razonable hablar de que Dios “descansa,” porque la contemplación de la belleza y bondad propias de la creación es un acto propio de Dios, propio de su conocimiento y de su amor. Por supuesto, eso le da también el sentido a nuestro propio descanso semanal, que en el caso de los cristianos corresponde al domingo, día de la Resurrección: santificar el domingo es no dejarnos encadenar por el “producir-consumir-entretenerse” que nos propone e impone el mundo.

¿Qué decir del descanso de Cristo en la barca (ver por ejemplo Marcos 4,35-40)? Claramente en este otro caso hablamos del cansancio con el que todos estamos familiarizados, es decir, el agotamiento de fuerzas propio de una labor dura. ¡Y pocas labores tan duras y exigentes como la que Cristo se impuso por amor a nosotros! En ese sentido, su reposo en la barca es una expresión viva de todo lo que ha entregado este buen pastor buscándonos a nosotros sus ovejas extraviadas y caprichosas. Por supuesto, es ese cansancio suyo lo que a nosotros nos conduce al verdadero “descanso,” es decir, a la comunión de amor con Dios, como fin y término último de toda nuestra vida. En este sentido hay una relación, aunque muy lejana, con el texto del Génesis.

El descanso festivo

284 El descanso festivo es un derecho.609 « El día séptimo cesó Dios de toda la tarea que había hecho » (Gn 2,2): también los hombres, creados a su imagen, deben gozar del descanso y tiempo libre para poder atender la vida familiar, cultural, social y religiosa.610 A esto contribuye la institución del día del Señor.611 Los creyentes, durante el domingo y en los demás días festivos de precepto, deben abstenerse de « trabajos o actividades que impidan el culto debido a Dios, la alegría propia del día del Señor, la práctica de las obras de misericordia y el descanso necesario del espíritu y del cuerpo ».612 Necesidades familiares o exigencias de utilidad social pueden legítimamente eximir del descanso dominical, pero no deben crear costumbres perjudiciales para la religión, la vida familiar y la salud.

285 El domingo es un día que se debe santificar mediante una caridad efectiva, dedicando especial atención a la familia y a los parientes, así como también a los enfermos y a los ancianos. Tampoco se debe olvidar a los « hermanos que tienen las misma necesidades y los mismos derechos y no pueden descansar a causa de la pobreza y la miseria ».613 Es además un tiempo propicio para la reflexión, el silencio y el estudio, que favorecen el crecimiento de la vida interior y cristiana. Los creyentes deberán distinguirse, también en este día, por su moderación, evitando todos los excesos y las violencias que frecuentemente caracterizan las diversiones masivas.614 El día del Señor debe vivirse siempre como el día de la liberación, que lleva a participar en « la reunión solemne y asamblea de los primogénitos inscritos en los cielos » (Hb 12,22-23) y anticipa la celebración de la Pascua definitiva en la gloria del cielo.615

286 Las autoridades públicas tienen el deber de vigilar para que los ciudadanos no se vean privados, por motivos de productividad económica, de un tiempo destinado al descanso y al culto divino. Los patronos tienen una obligación análoga con respecto a sus empleados.616Los cristianos deben esforzarse, respetando la libertad religiosa y el bien común de todos, para que las leyes reconozcan el domingo y las demás solemnidades litúrgicas como días festivos: « Deben dar a todos un ejemplo público de oración, de respeto y de alegría, y defender sus tradiciones como una contribución preciosa a la vida espiritual de la sociedad humana ».617 Todo cristiano deberá « evitar imponer sin necesidad a otro lo que le impediría guardar el día del Señor ».618

NOTAS para esta sección

608Cf. Juan Pablo II, Carta enc. Centesimus annus, 32: AAS 83 (1991) 832-833.

609Cf. Juan Pablo II, Carta enc. Laborem exercens, 19: AAS 73 (1981) 625-629: Id., Carta enc. Centesimus annus, 9: AAS 83 (1991) 804.

610Cf. Concilio Vaticano II, Const. past. Gaudium et spes, 67: AAS 58 (1966) 1088-1089.

611Cf. Catecismo de la Iglesia Católica, 2184.

612Catecismo de la Iglesia Católica, 2185.

613Catecismo de la Iglesia Católica, 2186.

614Cf. Catecismo de la Iglesia Católica, 2187.

615Cf. Juan Pablo II, Carta ap. Dies Domini, 26: AAS 90 (1998) 729: « La celebración del domingo, ‘‘primer” día y al mismo tiempo ‘‘octavo”, proyecta al cristiano hacia el horizonte de la vida eterna ».

616Cf. León XIII, Carta enc. Rerum novarum: Acta Leonis XIII, 11 (1892) 110.

617Catecismo de la Iglesia Católica, 2188.

618Catecismo de la Iglesia Católica, 2187.


Este Compendio se publica íntegramente, por entregas, aquí.

Nuevas dimensiones de la oración cristiana, 2 de 2

Nuevas dimensiones de la oración cristiana, Parte 2 de 2

orando

(Continuación de esta entrada)

* Oración de DONACIÓN. Situada entre la oración de ofrecimiento de sí mismo y la oración de abandono, esta oración de donación parte de la conciencia de que Dios sabe disponer de nuestros talentos mejor de lo que nosotros mismo sabemos y podemos hacerlo. Miremos en los Evangelios qué fue de aquellos que respondieron con un sí generoso al llamado de Cristo: “¡Sígueme!” Nos convenceremos de que nada da tanto fruto, trae mayor plenitud o conduce a mejor fruto que lo que se entrega del todo a Dios.

* Oración de DUELO. Conviene unirse a Cristo en su dolor por el rechazo que el mundo a Dios. Esa unión con su dolor nos enseña a amar más y más como Él ama. Además, al descubrir qué causa su llanto descubrimos también cuán superficiales son muchos de nuestros disgustos y qué frívolas la mayor parte de nuestras quejas. Finalmente, al darnos permiso de sufrir nos desvinculamos de la perniciosa ideología actual que idolatra el bienestar (well-being) y que pretende que la vida sea una sucesión incesante de cosas gratas, prósperas o divertidas.

* Oración de DESCANSO. Después de sus extenuantes jornadas, Cristo busca el descanso en la oración íntima de unión con el Padre. Podemos aprender de él a desconectarnos de tantos roles y responsabilidades que pretendemos asumir como si fuéramos señores autónomos de porciones del universo. Hay que descubrir con cristo el gozo sanador de simplemente SER en al presencia del Padre, reconociéndonos sola y sencillamente hijos amadísimos, gratuitamente salvados y destinados a la mansión celestial que tiene muchas moradas.