Purificar y elevar la intención

¿Te das cuenta de lo que supone que tú seas o no una persona con sólida preparación? -¡Cuántas almas!… -¿Y, ahora, dejarás de estudiar o de trabajar con perfección?

Existen dos maneras de llegar alto: una -cristiana-, por el esfuerzo noble y gallardo de subir para servir a los demás; y otra -pagana-, por el esfuerzo bajo e innoble de hundir al prójimo.

Los “ambiciosos” -de pequeñas personales ambiciones miserables- no entienden que los amigos de Dios busquen “algo”, por servicio, y sin “ambición”.

Más pensamientos de San Josemaría.

Ejemplo de la fecundidad de la Palabra de Dios

Hay en los Evangelios un texto que ha generado un número de diversas interpretaciones: “Tus ojos son la lámpara de tu cuerpo. Si tu visión es clara, todo tu ser disfrutará de la luz; pero si está nublada, todo tu ser estará en la oscuridad. Asegúrate de que la luz que crees tener no sea oscuridad. Por tanto, si todo tu ser disfruta de la luz, sin que ninguna parte quede en la oscuridad, estarás completamente iluminado, como cuando una lámpara te alumbra con su luz.»” (Lucas 11,34-36; hay una versión ligeramente abreviada en Mateo 6,22-23).

Santo Tomás de Aquino, en su Catena Aurea, algunos de los modos como estas expresiones de Cristo han sido entendidas. ¿A qué se refiere el Señor con esta “lámpara” o “antorcha”? He aquí lo que han dicho algunos Padres de la Iglesia:

* Para San Beda, San Agustín y San Gregorio Magno, se trata de que nuestros pensamientos e intenciones sean puros y rectos.

* Para Remigio y para San Ambrosio, es la fe, que recibe su luz de la Palabra Divina.

* Para Teófilo, y también para el Pseudo-Crisóstomo y para Orígenes, Cristo está hablando de la inteligencia humana que, al reflexionar sobre los hechos maravillosos de Cristo, puede descubrirlo como Hijo de Dios.

* Para San Gregorio Nacianceno, puede entenderse también que el Señor está hablando de los prelados, que deben iluminar y guiar al pueblo.

* Para San Jerónimom hay aquí una alusión a la inocencia, que no debe perderse; o también a la capacidad de juzgar rectamente, o sea, con “sentido.”

* Para San Hilario, se trata de la “luz del corazón,” que brota de la Resurrección de Cristo y que corresponde, según su descripción, a la gracia divina.

Es hermoso ver cómo una palabra tan breve ha generado tanta fecundidad en la predicación de la Iglesia. ¿Cómo lo aplicarías a tu propia vida?

Unción de Cristo y del cristiano, 4 de 6: La gran paradoja del corazón humano

[Retiro con la comunidad hispana de Bernardsville. Diciembre de 2014.]

Tema 4 de 6: La gran paradoja del corazón humano

* Una de las enseñanzas básicas que deja el conjunto del Antiguo Testamento es que en el corazón, en cuanto centro de nuestras convicciones y decisiones, reside la verdad del ser humano. Una verdad que tendemos a ocultar por conveniencia o por miedo. Una verdad que, sin embargo, es indispensable abrir porque de otro modo la aparente seguridad será solamente seguridad de nuestra propia prisión.

* El corazón intenta a la vez conservar su libertad y para eso se aísla, pero al aislarse, se aprisiona en su soledad. ¿Cómo intenta la gente superar esa paradoja? Hay varias soluciones falsas:

(1) El castillo. Es el nombre de aquella idea de que uno puede crear un espacio “amable,” por ejemplo, la propia familia, y luego considerar que dentro de esas cuatro paredes hay orden y felicidad mientras que el resto del universo es inhóspito, cruel e injusto. Lo malo de este enfoque es que deja sin posibilidades de completo desarrollo social a los hijos, que por necesidad saldrán un día de ese entorno “seguro;” y tampoco es bueno en este enfoque que la familia queda privada de la mayor parte de su servicio a la sociedad, sobre todo en lo que atañe a los que no tienen familias felices.

(2) El rinoceronte. Es la imagen de aquellos que consideran que pueden asumir la dureza y rudeza de la vida y que como estrategia basta con volverse resistente a toda crítica, burla o indiferencia. por supuesto, una sociedad de rinocerontes es inhóspita y conduce a la ley del más fuerte.

(3) El modelo postmoderno. Corresponde al estilo del “carpe diem.” Algo así como: disfruta el momento, pásala bien, vive y deja vivir, y luego despídete de la fiesta. El problema es que todo ello deja una profunda insatisfacción. Además, este modelo de acción tritura todo deseo de maternidad porque la maternidad es siempre camino que sobrepasa el instante y se prolonga en amor que marca la historia.

* ¿Qué hacer entonces? El corazón tiene otras rutas: las que nos mostró y abrió Jesucristo, el Ungido del Padre, con su ejemplo,plegaria y sacrificio.

Ejercicios teórico-prácticos para encontrar el corazón

* El ser humano tiene una enorme capacidad para esconderse de otros así como para engañarse a sí mismo. Por afán de protegernos, o por miedo, o por intereses que nos avergüenza o no nos conviene reconocer, convertimos nuestras vidas en laberintos donde nosotros mismos nos perdemos.

* A través de algunas dinámicas y reflexiones sencillas es posible palpar algunas de las opciones que, a veces de modo inconsciente, vamos tomando y que responden a la pregunta: ¿dónde está tu corazón?

[Hay algunas predicaciones relacionadas en este enlace.]

La purificación del corazón

Un artículo que leí me hizo reflexionar. Particularmente en mi caso: Que puedo/debo hacer para limpiar mi corazón?? Que gracias le debo pedir al Espiritu Santo para mi? Le agradezco mucho su tiempo para responderme, Padre. -G.L.

* * *

La purificación del corazón no es algo instantáneo. Y es muy bueno que no lo sea porque a menudo pasa que lo que se recibe en un instante y sin esfuerzo, también lo perdemos, y sin preocupación, en cualquier otro instante.

El camino es claro: mejorar nuestras costumbres, vigilar nuestros sentidos, no dejar la oración para tiempos separados sino hacerla compañera de nuestro día a día, con humildad y con deseo de amar a Dios y servirlo. Esta clase de consejos no son para los que YA son piadosos sino para todos los que reconocemos nuestra necesidad.

Establece, hermano, un ritmo diario, y otro ritmo semanal, y otro ritmo anual de tu vida espiritual: es decir, cuáles son las prácticas de oración y de devoción que te van a acompañar con frecuencia diaria, o semanal o anual. Mira esos propósitos no como una cárcel sino como lo que te libera de repetir cadenas y recaer en cosas que te confunden y avergüenzan.

Sobre todo, una cosa: ten certeza de que Cristo ha estado aguardando con amor que des los pasos que vas a dar, y por lo tanto, Él mismo va a cumplir lo que anunció: “Yo estaré con vosotros todos los días hasta el fin del mundo.”