Guia para encontrar tu corazon, 2a. parte

Escuela de Vida Interior, Tema 13: ¿Cómo ayuda la narrativa bíblica a reconocer quiénes somos?

* La vía propiamente cristiana para el conocimiento de sí va por la conversión y el arrepentimiento. Queremos examinar la evidencia bíblica que muestra por qué ese es el camino. Empezamos comentando los caminos de la psicología, entre los que destacamos dos: la psicometría y los varios tipos de tipología.

* La psicometría, como su nombre lo indica, quiere medir varios aspectos que cambian entre los seres humanos, ya se trate con relación a las capacidades, las actitudes, las tendencias o los comportamientos.

* Se llama “tipología” a una clasificación de las personas de acuerdo con rasgos comunes o repetidos, de modo que se pueda poner en un número finito de casillas a la gente. Aunque esto suena incómodo o incluso humillante, es verdad que puede traer alguna luz sobre cómo es uno, pues le permite sentirse dentro de un grupo con el que tiene algo en común.

* Tipologías típicas en la antigüedad fueron los signos zodiacales o la teoría de los cuatro temperamentos: colérico, sanguíneo, flemático y melancólico. Con un origen oscuro y poco recomendable, está también la teoría del llamado enneagrama, que habla de nueve tipos de personalidad y pretende establecer las compatibilidades o incompatibilidades entre ellas.

* La Biblia no toma esos recursos. Su lógica es otra. Todo empieza por comprender que la Biblia es relato que da testimonio de un camino. Lo que interesa en la Biblia no es la verdad objetiva, si por objetividad se entiende lo que captaría una cámara fotográfica o de cine, o una buena grabadora. La verdad que importa en la Biblia es el testimonio fidedigno del impacto o efecto que tuvo una experiencia en alguien.

* La esencia de la Biblia es narrativa; y eso es importante porque la vida misma es narración que está sucediendo ahora mismo, y que se va desarrollando ante nuestros ojos y muchas veces a través de nuestras manos. No toda experiencia, sin embargo, es narrada. Las grandezas de seres humanos son retratadas con bastante escepticismo o incluso crítica, y lo exótico de la naturaleza no merece mayor atención a los hagiógrafos. Lo que les interesa es simple y profundo: ¿qué bulle en el centro del corazón humano, que le habla de tanta grandeza pero a veces lo hace tan profundamente incoherente o miserable? La Biblia es un camino hacia el corazón.

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Este tema pertenece al Capítulo 02 de la Escuela de Vida Interior; la serie completa de los diez temas de este Capítulo 02 está aquí:

is.gd/vida_interior_02

La serie de TODOS los temas de esta Escuela de Vida Interior está aquí:

is.gd/vidainterior

La Promesa Cumplida, No. 3 de 7: Jesus ante la enfermedad

Promesa Cumplida – Congreso de la Renovación Carismática en Edmonton, Canadá. Tema 3 de 7: Jesús ante la enfermedad

* Por su condición frágil y disminuida, el enfermo puede fácilmente sentirse excluido de la plenitud de vida anunciada por la Palabra.

* Pero Cristo desplegó una amplia labor de misericordia con los enfermos, de modo que importa no sólo el milagro sino su significado en cuanto anuncio del reinado de Dios.

* Tres milagros típicos son estudiados: la curación del leproso, del paralítico y de la hemorroísa.

La colección completa de estas siete predicaciones se encuentra aquí: http://fraynelson.com/edmonton2011

El Sermon del Monte, la cuarta mirada

Las bienaventuranzas han sido vistas de varios modos: (1) Como expresiones de aquel “imposible” que lleva a que el hombre reconozca el señorío de Dios; (2) Como posibles referencias en el camino, inalcanzables pero útiles, a la manera de las estrellas para el navegante; (3) Como palabras inspiradoras del poeta Jesús de Nazareth. Pero hay una cuarta mirada: son la lectura del drama humano, y de aquellas experiencias límite que nos abren a la sorpresa del amor transformante de Dios.

Congreso Mariano 2011, Tema 3 de 4

Primer Congreso Mariano en la Diócesis de Ocaña. Tema 3 de 4: Esclava del Señor, vencedora del pecado.

* Tres rostros del pecado: mentira, desobediencia, impaciencia.

* El demonio, que es “mentiroso desde el principio,” intenta implantar en nosotros varias mentiras claves para su propósito; entre ellas: (1) Dios no quiere mi felicidad; (2) Se puede pecar sin que pase nada; (3) Cada quien decide qué es lo bueno y qué es lo malo; (4) El otro ser humano es mi competencia, mi rival y mi enemigo.

* La desobediencia engendrada por esa mentira se vence con el ejemplo de los santos. San Miguel me enseña a admirar y adorar sólo a Dios, pues ¿quién como Dios? San Pablo me enseña que todos tenemos como amo a aquello que nos gusta y buscamos. Santa María nos enseña a declararnos siervos de Dios, y a tener en él nuestra fortaleza y nuestro gozo.

* La impaciencia es propia de todo pecado en la medida en que pecamos para escoger nuestro camino y nuestro modo de ser felices ya. Por el contrario, según palabras de Santa Teresa de Jesús, “la paciencia todo lo alcanza” : es lo propio de quien sólo quiere querer lo que Dios quiera.

En la Cruz he nacido

Al principio, la Cruz de Cristo parece ajena; parece la historia del fracaso de un hombre lejano en el tiempo y la distancia.

Luego sorprende el modo peculiar de su muerte: no tanto lo que le hicieron sino cómo reaccionó él.

Pero uno se cree bueno porque no hace cosas malas. La vida de Cristo muestra que sólo se es bueno cuando se hace el bien, y hacer el bien no es simplemente intercambiar unas cosas por otras, como cuando uno ama al que lo ama. Ser bueno es ser como el Padre del Cielo: es no necesitar excusas ni pagos para hacer el bien.

Entonces uno descubre que en realidad no es bueno, y también descubre que la suma del egoísmo y engaño de cada uno engendra una atmósfera de muerte que todos respiramos.

Con un paso más uno llega a sentir verdadero disgusto del propio corazón, y entonces tiene dos alternativas: la desesperación o la conversión. La conversión es un retorno al misterio de la Cruz, desde la contemplación de la verdad del pecado, de la verdad más pura de lo que es ser “humano” y desde la compasión de Dios. Y entonces la vida cambia, porque uno ha nacido de la Cruz.