Doctrina Espiritual de Santa Catalina, 06 de 10: Conocimiento de sí, parte 2 de 4

[Serie de reflexiones para la Asociación de Vírgenes Seglares Dominicas, en Colombia.]

Tema 6 de 10: Conocimiento de sí, parte 2 de 4

* Hay una especie de anillo exterior de maleza que rodea la casa del conocimiento de sí. Pero una vez dentro de la casa, hay también obstáculos interiores, sobre todo máscaras y prejuicios. Estos obstáculos suelen venir de nuestro pasado. Son comportamientos a los que nos hemos acostumbrado por la presión de situaciones o personas, y que luego se han quedado a vivir en nuestra casa interior.

* Este tipo de comportamientos asumen el control sobre una parte o mucho de lo hacemos, pensamos o decimos. Son como tiranos que frenan el señorío de Cristo en la propia vida. Son como piezas de absurdo que se instalan como contradicciones permanentes de nuestros mejores propósitos.

* Sin pretender hacer una lista exhaustiva, deben contarse entre los obstáculos interiores los siguientes:

(1) Desquites: Tendencias a hacer justicia en la propia vida de las carencias o injusticias padecidas.

(2) “Inversiones”: Conjunto de actos y comportamientos con los que uno intenta “comprar” la atención, el cariño o la aprobación de otros.

(3) Temores: Heridas permanentes que el miedo dejó en la propia vida.

(4) “Demostraciones”: Actitudes y comportamientos que intentan probarle a alguien, incluso ya ausente o difunto, que uno no era lo que ellos pensaban de uno.

(5) “Urgencias”: Dependencias, de tipo orgánico o emocional, que generan deseos irreprimibles e ingobernables.

(6) Inseguridades: Marcas profundas que la duda o la desaprobación dejaron en la vida.

* A medida que estos obstáculos, que son como un “anillo interior,” van siendo desenmascarados y superados, se despeja el camino hacia el verdadero conocimiento de sí mismo.

Conocerse

Fray Nelson> He seguido sus predicaciones y veo que con frecuencia habla de conocerse a uno mismo. Soy una persona ya un poco mayor y sin embargo no tengo claro a qué se refiere exactamente. ¿Puede darme unas “píldoras” de qué significa ese conocimiento de sí, por favor? Dios se lo ha de pagar. –N.F.

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Precisamente hace poco escribí algunas de esas píldoras en forma de “tweets,” y aquí los comparto:

  1. La mayor parte del #conocerse consiste en desprenderse de lo que uno creía que era, sabía o podía.
  2. Pocos jóvenes encontrarás que se conozcan bien a sí mismos; y pocos ancianos que no hayan llegado a #conocerse por fuerza de la vida.
  3. Tan fácil es #conocerse en la necesidad, como difícil, y casi digo imposible, en la abundancia.
  4. La tentación y la prueba, bien lo dice la Escritura, no han de ser antesala del pecado sino camino al verdadero #conocerse.
  5. Si de #conocerse se trata, recuerda que los muros y cerrojos que tanto te protegen también acortan tu vista y achican tu horizonte.
  6. En la escuela del verdadero #conocerse en Dios está el principio y cimiento de la vida espiritual, enseña Santa Catalina de Siena.
  7. El que ha llegado a #conocerse bien ya tiene claves para comprender, compadecer y servir a todos los corazones.
  8. No llega uno a #conocerse sin unas cuantas decepciones; es un proceso de humildad, que te hermana a la Cruz de tu Señor.
  9. Conocerse no es todavía la meta: es sólo el comienzo para asomarse a la incalculable de la misericordia y la sabiduría de Dios.

Actitud correcta al hacer el examen de conciencia

Examen. -Labor diaria. -Contabilidad que no descuida nunca quien lleva un negocio. ¿Y hay negocio que valga más que el negocio de la vida eterna?

A la hora del examen ve prevenido contra el demonio mudo.

Una mirada al pasado. Y… ¿lamentarte? No: que es estéril. -Aprender: que es fecundo.

Pide luces. -Insiste: hasta dar con la raíz para aplicarle esa arma de combate que es el examen particular.

“Lo que debo a Dios, por cristiano: mi falta de correspondencia, ante esa deuda, me ha hecho llorar de dolor: de dolor de Amor. ‘Mea culpa!'” -Bueno es que vayas reconociendo tus deudas: pero no olvides cómo se pagan: con lágrimas… y con obras.

En días de retiro tu examen debe tener más hondura y más extensión que el tiempo habitual nocturno. -Si no, pierdes una gran ocasión de rectificar.

Acaba siempre tu examen con un acto de Amor -dolor de Amor-: por ti, por todos los pecados de los hombres… -Y considera el cuidado paternal de Dios, que te quitó los obstáculos para que no tropezases.

Más pensamientos de San Josemaría.

Teorias y Modelos del Yo, 1 de 2

Escuela de Vida Interior, Tema 18: Teorías y modelos del YO.

Para distinguir entre el falso y el verdadero conocimiento de sí mismo conviene hacer un recorrido por la historia, la filosofía y la psicología, aunque sea brevemente.

En Egipto se da un modelo “panal.” Así como entre las abejas todo gira en torno a la abeja reina, y el sentido de la vida de las abejas obreras es sólo la reina, así también en Egipto sólo importa la vida y la muerte del faraón. Es tanta la distancia que le separa de los demás mortales que ni siquiera puede emparentar con los que no sean de su familia: el incesto es una obligación en el antiguo Egipto.

En Grecia y Roma el panorama es distinto, pero sólo parcialmente. No es un individuo sino una clase social la que tiene todos los derechos. Son los “ciudadanos.” El resto son esclavos y su vida sólo tiene significado al servicio y atención de los ciudadanos, que son una minoría. El trato a los esclavos cambia de lugar a lugar pero lo que no cambia es que el YO del libre no se puede comparar con el YO del esclavo.

En la India se da un sistema de castas. El Yo de los sacerdotes, casta de los brahamanes, es fundamental y central. De ahí se desciende según los oficios y los orígenes de las diversas personas en la sociedad, como por una escalera, hasta llegar a los parias, que no interesan ni existen. El YO paria es sólo un estorbo; una basura.

Siddhartha Gautama, educado en el hinduísmo, tiene en su juventud lo que considera una gran iluminación: el sufrimiento nace del deseo; el deseo brota de la ficción o mentira permanente de la permanencia del YO. El “buda,” el iluminado, viene entonces a declarar la guerra al YO, una guerra que se supone que se gana a través de una cierta disciplina, mucha meditación y momentos privilegiados de iluminación. Por supuesto, la muerte del YO es también la muerte del TÚ. Si el budista quiere ser consecuente, sabe que no puede asir nada ni querer ser asido por nada, y esto excluye una propia vida social y familiar.

En el mundo shinto, que ha tenido tan amplia influencia en la cultura japonesa, lo que interesan son aquellas experiencias inesperadas de armonía, revelación y trascendencia que pueden estar ligadas a lugares incluso muy sencillos. El YO tampoco interesa y más bien estorba;si acaso sirve a manera de ofrenda anónima que ayuda a construir una armonía superior. Esto pareciera estar a la base del potente sentido de pertenencia que muchos empleados tienen con respecto a sus empresas, así como su lealtad al gobierno o al emperador.

Uno que en cambio ve la afirmación del YO como paso necesario para llegar a ser plenamente humano es Friedrich Nietzsche. Es ridículo y vergonzoso constreñir al YO dentro de los moldes de un “deber ser.” Sólo la corriente vital que no reconoce superior; sólo aquellos que tienen moral de “señores” y no de “esclavos” son capaces de una vida dionisíaca, plena, feliz, que no pide permisos ni se excusa ante nadie. Este YO gigantesco no puede tener peor enemigo que Dios, porque según Nietzsche la idea misma de Dios implica la afirmación de un orden debido, y eso coarta la explosión y el fluir mismo de la vida.

Para Sigmund Freud el YO es una entidad compleja que va más allá de lo que uno cree que conoce y piensa que desea. Además del YO visible hay un YO subconsciente que contiene multitud de tensiones no resueltas y de represiones de impulsos profundos que uno ha tenido, sobre todo en razón de los conflictos a que lleva el impulso sexual (libido). Además, todos hemos introyectado voces de maestros, papás y autoridades que conforman un “super-yo” que sigue adoctrinándonos e imponiéndose sobre las decisiones del YO y los requerimientos del inconsciente y del subconsciente.

La postura de Freud ha sido criticada desde varios ángulos: su “pansexualismo” no llegó a convencer del todo ni siquiera a sus más cercanos discípulos. Además, sus métodos para acceder al inconsciente, por ejemplo a través de la interpretación de sueños, han sido duramente criticados como faltos de rigor científico.

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Este tema pertenece al Capítulo 02 de la Escuela de Vida Interior; la serie completa de los diez temas de este Capítulo 02 está aquí:

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La serie de TODOS los temas de esta Escuela de Vida Interior está aquí:

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Espiritualidad de la Vida Apostolica, 05 de 12

Espiritualidad de la Vida Apostólica. Retiro Espiritual con las Dominicas de la Inmaculada, en Cuenca (Ecuador).

Tema 5 de 12: Amar la Cruz.

* La falta de amor a la Cruz trae graves consecuencias: nos vuelve instalados, cómodos, fáciles para disculparnos, pobres en impulso misionero, duros con las debilidades ajenas, prontos para juzgar, cerrados a la vida de la gracia.

* En la cruz es muy visible el dolor pero no es la única forma de leer su misterio. Palabras como noche, desierto, desnudez, soledad, contradicción o desconcierto son útiles porque vemos en los Evangelios que se cumplieron en la Pasión de Cristo, y podemos además verlas en nosotros.

* Cada uno y cada una ha de encontrar su camino de amor a la Cruz partiendo con honestidad de las experiencias personales en que uno ha visto cómo lo que parecía pérdida llega a ser ganancia. Un caso típico es el de una religiosa joven que resulta apartada del trabajo pastoral que le gusta. En su nueva condición se descubre a sí misma; descubre que sus motivaciones no eran tan generosas y sobre todo descubre que le faltaba recuperar la dimensión de gratuidad en su encuentro con Cristo.

* A medida que uno ve en sí mismo, y en su propia historia, que es bueno pasar por la privación o el dolor, y que ese es el camino genuino a la verdad de Dios en nuestra vida, uno aprende a amar el misterio bendito de la Cruz, y se vuelve instrumento mucho más dócil en manos del Señor para gozo y fecundidad de la Iglesia.

Espiritualidad de la Vida Apostolica, 04 de 12

Espiritualidad de la Vida Apostólica. Retiro Espiritual con las Dominicas de la Inmaculada, en Cuenca (Ecuador).

Tema 4 de 12: Acoger la Cruz.

* Nuestro modo peculiar de seguir a Cristo es abrazar más estrechamente el misterio de su cruz. Pero hay resistencias internas y externas. Internamente, uno tiene su propia ruta, su propia “agenda” y con ella entra en colisión con la propuesta radical de Jesús.

* Para conocernos mejor a nosotros mismos, es útil recordar qué esperaban los filisteos de sus baales porque en esas aspiraciones se retrata bastante el corazón humano. Ellos querían encontrar seguridad, prosperidad y fecundidad.

* De esos deseos, que están también en nosotros, aunque de modos diversos, pueden construirse profundas preguntas existenciales: (1) ¿De qué estoy seguro? (2) ¿Qué bien quiero que llegue a mi vida antes de morir? (3) ¿Qué futuro tendré y qué será de lo mío? Son interrogantes que vale la pena ahondar en oración frente a Cristo.

* Pero hay también “velos” que esconden nuestra verdad ante nuestros propios ojos. La gran mentira que nos decimos es que somos buenos (porque no nos creemos “malos”). Y nos engañamos también con multitud de racionalizaciones: lenguaje piadoso que oculta sentimientos de envidia, resentimiento o alguna otra oscuridad del alma. Y además somos víctimas de “heridas ancestrales” que hemos recibido de nuestra cultura o de nuestras familias y que hacen que a veces tengamos acumulados anhelos de desquite, rebeldía o codicia.

* Es enorme el bien que brota de alcanzar aunque sólo sea algo de la verdad de lo que somos ante Dios. En oración, ante el Señor, podemos llegar a ofrecer el todo de nuestra nada: eso es acoger a fondo la Cruz.

Iluminados por Cristo en su Pasion

Escuela de Vida Interior, Tema 17: Iluminados por la Pasión de Cristo.

Ante el amor aparece la verdad de lo que uno es, de lo que uno quiere, de lo que uno sabe y de lo que uno puede. Como no hay amor más grande que la Pasión del Señor, es de suponer que en la cruz de Cristo se concede el verdadero conocimiento.

Cuatro historias tomadas de los evangelios demuestran que esto no es necesariamente así. Herodes, superficial y curioso; Pilatos, arrogante y cínico; Judas Iscariote, ofuscado y desesperado, no lograron esa luz. El ruido de sus apegos a la codicia, el poder o la vanidad no les permitía oír la voz interior del Señor.

Pedro, en cambio, fue alcanzado por la mirada y la misericordia de Cristo, y por su humildad, humillación y apertura a la verdad recibió el don de arrepentirse de sus culpas. llego a conocerse ante Dios, y fue confirmado en su vocación de apóstol.

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Leer la vida de otro modo

Escuela de Vida Interior, Tema 11: ¿Por qué es fundamental el conocimiento de uno mismo, cuando se habla de verdadera vida espiritual?

La vida “interior” es siempre, para el cristiano, vida en el Espíritu. La puerta es la conversión, que requiere luz y fuego de arrepentimiento. Sólo llega uno a dolerse del pecado cuando recapacita, lo cual requiere leerse de otro modo, comparando lo que uno es y lo que podría ser, lo que debería ser, lo que en el fondo uno mismo quisiera ser. Y todos esos verbos implican conocerse desde la nueva luz que da el Evangelio.

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St. Catherine of Siena (03) Self-knowledge: From the Opening Passage in the Dialogue

The soul, who is lifted by a very great and yearning desire for the honor of God and the salvation of souls, begins by exercising herself, for a certain space of time, in the ordinary virtues, remaining in the cell of self-knowledge, in order to know better the goodness of God towards her. This she does because knowledge must precede love, and only when she has attained love, can she strive to follow and to clothe herself with the truth. But, in no way, does the creature receive such a taste of the truth, or so brilliant a light therefrom, as by means of humble and continuous prayer, founded on knowledge of herself and of God; because prayer, exercising her in the above way, unites with God the soul that follows the footprints of Christ Crucified, and thus, by desire and affection, and union of love, makes her another Himself. Christ would seem to have meant this, when He said: To him who will love Me and will observe My commandment, will I manifest Myself; and he shall be one thing with Me and I with him. In several places we find similar words, by which we can see that it is, indeed, through the effect of love, that the soul becomes another Himself.