LA GRACIA del Jueves 6 de Julio de 2017

Demos gracias a Dios por tantas personas que son prolongación de los brazos de Cristo, de su mirada dulce y de su voz potente que es capaz de levantarnos de nuestra parálisis.

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Servidores en Cristo y de Cristo, 2 de 2

[Encuentro con las comunidades de laicos “Bodas de Caná” y “Defensores de la fe” en Santa Cruz, Bolivia. Febrero de 2015.]

[Continuación…]

III. FRUTOS Y SEÑALES DE LA LLEGADA DEL REINO DE DIOS

(2) La segunda señal es la lucha frontal contra el pecado. Las componendas no caben aquí. Ahora bien, hay pecados y deficiencias que son evidentes, como sucede con las adicciones. Más difícil es darse cuenta de las mediocridades y mentiras elegantes con que disfrazamos nuestra falta de amor y nuestras resistencias al reinado de Cristo. Por eso hace falta un verdadero conocimiento de sí mismo. Fácilmente nos descargamos del llamado a la santidad con frases como “Soy un tipo normal” o “Yo no lo hegao mal a nadie.” Esas frases frenan el amor y nos aparcan en la mediocridad.

  • Tips para sacudir la mediocridad:

(1) ¿A cuántas personas he acercado a Jesucristo, por ejemplo, en el último año? Un fuego que no quema, un viento que no sopla, no son verdaderos. Un cristiano que no evangeliza no es cristiano.

(2) ¿Eres miembro vivo de una comunidad en la que estás sirviendo?

(3) ¿Tu familia está abierta al servicio más allá de sus fronteras e intereses inmediatos? ¿Tu familia es capaz de incomodarse por otros?

(4) ¿La adoración, la vida mística, el ardor por el Cielo, para cuándo?

(5) ¿Eres capaz de hacer equipo con otros?

(6) ¿Cómo vives los sacramentos y cómo te formas para amarlos más?

IV. ¿QUÉ SIGNIFICA SER SERVIDORES DE JESUCRISTO?

(1) Conocer la voz de nuestro Buen Pastor.

(2) Atentos a las distintas presencias de Cristo: el Cielo, la Biblia, la Eucaristía, los pobres, la Iglesia…

(3) Sólo conoce el Evangelio quien evangeliza.

Servidores en Cristo y de Cristo, 1 de 2

[Encuentro con las comunidades de laicos “Bodas de Caná” y “Defensores de la fe” en Santa Cruz, Bolivia. Febrero de 2015.]

I. CLARIFICACIÓN DE LOS TÉRMINOS

  • Siervo es una palabra complementaria. Así como padre hace relación a hijo, así servidor, o siervo, alude a “señor.”
  • Tanto el apóstol Pablo con la Santa Virgen María utilizan una palabra más fuerte: esclavo. En el contexto de la fe, esclavo significa el que es siervo sin condición alguna, y que por tanto así proclama el señorío absoluto de Dios.

II. CRISTO, SIERVO DE DIOS

  • Cristo proclama y trae el reinado de Dios. Entendemos el “reino de Dios” como Dios reinando, y por consiguiente, si Cristo anuncia y hace posible ese reinado, él es el verdadero “Siervo de Dios,” el que manifiesta completamente su reinado.
  • El pecado es la entrada del desorden en nuestra vida. La redención es la restauración del orden querido por Dios. Todo pecado atenta contra el primer mandamiento y toda la redención consiste en darle de nuevo su lugar a ese mandamiento primero.

  • Así entendemos por qué Cristo es intransigente en cuanto al evangelio: Si alguno pone en primer lugar a alguien, no importa que sea la relación afectiva o familiar más cercana, automáticamente se separa de la gracia redentora del Señor.

  • El Reino de Dios no es entonces un modo de organización económica o social ni consiste en primer lugar en una solución para el progreso y la convivencia humana. El reuno de Dios es anuncio e irrupción de una gracia transformante por al cual Dios recupera su puesto en la persona y en la sociedad.

  • III. FRUTOS Y SEÑALES DE LA LLEGADA DEL REINO DE DIOS

    • La predicación del Reino no es una novedad absoluta que empieza con Cristo. Más bien, el Señor prolongó la predicación y el llamado de Juan el Bautista, bien que desde la óptica y realidad nueva de la gracia. Por eso conviene ver qué proponía Juan.

    (0) Hay una base previa: no abusar de lo que uno puede y es en la sociedad. Por eso el Bautista dice a los militares que no aprovechen su puesto y su fuerza.

    (1) La primera señal es la capacidad de descubrir que no todo lo que está a nuestro nombre es nuestro pues mucho de lo que parece nuestro lo hemos recibido para darlo a otros o para administrarlo en favor de otros. Si este paso no se da, somos víctimas de codicia o alguna otra idolatría. Esto vale para cosas, físicamente hablando, pero sobre todo vale para talentos, tiempo y otros recursos.

    [Continúa…]