LA GRACIA del Miércoles 14 de Marzo de 2018

En este camino cuaresmal vamos descubriendo nuestras cadenas y a Cristo como el único capaz de romperlas, devolviéndonos nuestra dignidad de hijos de Dios.

[REPRODUCCIÓN PERMITIDA – Ayúdanos a divulgar este archivo de audio en las redes sociales, blogs, emisoras de radio, y otros medios.]

LA GRACIA del Martes 13 de Marzo de 2018

Nuestras carencias nos desesperan y amargan, llevándonos a pecar empeorando nuestra situación pero Cristo nos libera, nos da nueva vida y nos pide no pecar más.

[REPRODUCCIÓN PERMITIDA – Ayúdanos a divulgar este archivo de audio en las redes sociales, blogs, emisoras de radio, y otros medios.]

LA GRACIA del Martes 12 de Septiembre de 2017

Cristo nos libera del pecado, los placeres, los miedos y las supersticiones. Él nos da vida nueva en santidad marcada por la alegría, el amor fraterno y las buenas obras.

[REPRODUCCIÓN PERMITIDA – Ayúdanos a divulgar este archivo de audio en las redes sociales, blogs, emisoras de radio, y otros medios.]

ESCUCHA, Decidirse por Cristo, o la diferencia entre informacion y formacion

[Predicación en el Encuentro “Cristo rompe las cadenas” en Pomona, California, en Enero de 2013.]

tesoro

* El joven rico (Marcos 10,17-22), es un ejemplo notable de lo que significa buscar en Cristo solamente “información,” es decir, un secreto para redondear y completar la felicidad en esta tierra, mientras uno mantiene el control.

* Otro joven, que después sería el Cuarto Evangelista nos da el contraste (Juan 1,35-39). Este, que era discípulo del Bautista, entra a ser discípulo del señor Jesús. No quiere simplemente información sino verdadera “formación.”

* La diferencia en los finales de estos dos jóvenes muestra lo que sucede, según uno se decide a entregar o no el control a Cristo, es decir, si uno lo recibe como Señor o no.

ESCUCHA, Joven, Jesus te da el don de su Espiritu Santo

[Predicación en el Encuentro “Cristo rompe las cadenas” en Pomona, California, en Enero de 2013.]

jovenes201301

* Desde el bautismo hemos sido sellados con el don del Espíritu Santo. Es el regalo que Jesús nos ganó con su sacrificio y su Pascua. Pero algunos, quizás muchos, ni siquiera han abierto ese regalo.

* El Espíritu es don penetrante de gracia, que entra en lo profundo de nuestra vida y que también nos acompaña y se nota como cuando se lleva un perfume agradable, que deja su rastro con solo pasar.

* En nuestro interior, el Espíritu nos sana, libera, santifica y fortalece. Se convierte en una luz que nos orienta, haciendo que reconozcamos los signos de los tiempos y que podamos discernir los caminos de Dios en medio de la confusión reinante en nuestra época.

* Hacia afuera, el Espíritu nos capacita para que no seamos resignada ante la mediocridad y el pecado, que se han impuesto como una especie de ley a la que todo el mundo obedece. El joven de Espíritu nos de doblega ante un ambiente pesado o difícil, sino que lo transforma. Ejemplo elocuente de esa batalla que se da en Nombre de Dios es el testimonio impresionante de Juna María Vianney, el Santo Cura de Ars.

ESCUCHA, Joven, la Sangre de Cristo tiene poder

[Predicación en el Encuentro “Cristo rompe las cadenas” en Pomona, California, en Enero de 2013.]

crucifixion

* Tres grandes necesidades tiene siempre el corazón humano, pero se sienten y viven con más fuerza en la juventud:

(1) Necesidad de infinito: se muestra en el deseo de experiencias extremas.
(2) Necesidad de verdad: se muestra en la curiosidad por lo exótico, y por conocer la parte del mundo que me he estado perdiendo.
(3) Necesidad de darse: se muestra en el compromiso total con ciertos grupos, incluso perversos. Es búsqueda de sentido de la vida.

Esas necesidades se convierten como en motores poderosos que pueden llevar al desastre o a la máxima plenitud y fecundidad. En Cristo, y particularmente en sus Llagas y en su Sangre, se logra la adecuada dirección, porque su cruz es amor extremo, que revela la verdad del ser humano, del pecado y del amor de Dios; y es señal de para qué sirve la vida: para darla en ofrenda de obediencia a Dios y amor a los hermanos.

ESCUCHA, Joven, recupera la altura de tu mejor anhelo

[Predicación en el Encuentro “Cristo rompe las cadenas” en Pomona, California, en Enero de 2013.]

jres_201301

* Tres grandes cambios marcan esa etapa de la vida que llamamos juventud:

(1) Una combinación compleja y cambiante entre la necesidad de apoyo, propia de la infancia, y la necesidad de independencia, propia de la edad adulta.

(2) Un coctel de sensaciones y emociones características de los cambios orgánicos y afectivos de esos años. Ese coctel sufre una aceleración exagerada por la influencia masiva de los medios de comunicación. Si la curiosidad lleva a buscar lo que es obsceno o vulgar pueden darse verdaderos desgarramientos y fracturas mentales. A eso se añade, como factor de complicación, la enorme confusión reinante hoy en la sociedad en cuanto a los roles del hombre y la mujer. Sucede a veces que los jóvenes sencillamente carecen de elementos que les permitan formarse una opinión consistente sobre sí mismos, sobre qué es una familia y sobre qué clase de personas quieren ser en un futuro.

(3) Un horizonte que se abre y se amplía cada vez más, en cuanto a la vida cultural, filosófica, política y económica. Las impresiones que el mundo ofrece son muy grandes pero muy contradictorias. La sociedad se presenta como un escenario despiadado, materialista, sin sentido de justicia ni compasión, pero con algunas ofertas tentadoras para los que son verdaderos genios, sobre todo si son suficientemente ambiciosos. Muchos jóvenes se sienten simplemente dejados a su suerte, o en medio de una batalla desigual y ajena.

* Cristo trae una luz nueva a ese panorama, en dos sentidos:

(1) Su amor, inmenso, realista y gratuito, devuelve el sentido de la dignidad a todos, empezando por el valor de nuestro cuerpo y nuestros afectos.

(2) La tarea que Cristo nos llama a completar es noble, alta y duradera. No hay por qué arrastrarse si uno está llamado a volar.