LA GRACIA del Jueves 9 de Febrero de 2017

El Génesis muestra la delicadeza del amor divino y cómo éste se traduce en el amor de pareja, donde el varón aparece como necesitado y la mujer capaz de ayudar.

[REPRODUCCIÓN PERMITIDA – Ayúdanos a divulgar este archivo de audio en las redes sociales, blogs, emisoras de radio, y otros medios.]

Amor Humano y Amor Divino, 3 de 3

Retiro abierto en la ciudad de Santa Cruz (Bolivia), con motivo de la Semana Santa 2012. Tema 3: Familia y Sociedad

* Es evidente que la familia está bajo amenaza. Es importante ver cuáles son los abismos o trampas que rodean a la institución de la que depende en mayor grado el futuro de la humanidad. Hay trampas bastante visibles y otras que, por sutiles o inconscientes, llamamos invisibles.

Trampas “visibles”

* El individualismo: en casa, cada uno se encierra en su habitación y en su pantalla. Propuestas: los medios de comunicación deben estar en áreas comunes de la casa; establecer horarios y preservar tiempos de encuentro.

* La idea de que un hogar debe funcionar como una democracia, en detrimento de la legítima autoridad de los papás. Sin agresividad ni arrogancia, corresponde a los padres ser padres y no simplemente compañeros de sus hijos.

* Demasiadas familias han perdido o nunca adquirieron la costumbre de fortalecerse orando juntas,

Trampas “invisibles”

* A menudo hay católicos que, escudados en el anonimato propio del mundo citadino, tecnológico y capitalista, llevan una doble moral, por ejemplo, apoyando autores, cantantes o prácticas contrarias a nuestra fe.

* Solemos pensar que ser bueno es lo mismo que “no ser malo,” y olvidamos que el verdadero llamado a ser buenos es que seamos santos.

* Se nos ha olvidado que tener fe sólo cobra sentido cuando se comparte la fe. La fe es como el viento, no pretendas atraparlo encerrándolo.

Amor Humano y Amor Divino, 2 de 3

Retiro abierto en la ciudad de Santa Cruz (Bolivia), con motivo de la Semana Santa 2012. Tema 2: Amor de pareja.

* Nuestro tiempo sufre de dura soledad existencial, que es pésima consejera, y que además favorece toda clase de experimentos afectivos, sin excluir variaciones en torno al matrimonio. No es buen ambiente para comprender la belleza y el lugar que ocupa el plan de pareja en el plan de Dios.

* La mujer es “ministra de la vida.” No podemos definir con claridad qué será el futuro de la humanidad pero sí sabemos que ese futuro saldrá del vientre de la mujer.

* Provista por Dios, la mujer tiene lo más necesario para la vida naciente. De ahí su capacidad de atención a múltiples frentes a la vez (pensamiento paralelo), su destreza en producir y leer el lenguaje emocional, su percepción múltiple y sincrónica de la s relaciones interpersonales.

* El varón, en cambio, tiene de atener una atención más focal. Su ritmo propio al enamorarse es “resolver un problema.” La mujer, en cambio, desea encontrar la ruta que hará que su generosidad y donación encuentren cauce.

* Si el varón busca “casa” en la mujer; ésta busca quién es admirable respetuoso y a la vez atento a ella. Sólo cuando los ritmos de ellos se encuentran y complementan es posible una relación armónica según el plan de Dios.

+ Ese plan divino se expresa perfectamente en las bodas de Cristo con su Iglesia.

Amor Humano y Amor Divino, 1 de 3

Retiro abierto en la ciudad de Santa Cruz (Bolivia), con motivo de la Semana Santa 2012. Tema 1: el amor.

* El amor es motor; nos pone en movimiento. “El alma está hecha de amor,” enseña Santa Catalina de Siena.

* Hay distintas clases de amor, que se relacionan con los deseos y las necesidades del ser humano. De modo genérico, la teología clásica llama “apetitos” a esos modos de amor.

* Corresponde a la virtud de la PRUDENCIA servir de directora de orquesta en el conjunto amplio de los apetitos humanos. la prudencia necesita las luces superiores de la razón y de la fe para custodiar el bien mayor en el ser humano.

* De donde se ve la importancia de los Mandamientos que Dios nos ha dado. Son ellos una verdadera “carta de navegación” para recorrer el camino de la vida.

* Lo que hacen los mandamientos es orientar a través de prioridades: lo primero y que da unidad, orden y belleza al resto es el amor a Dios.

* Aprendemos a amar a Dios cuando conocemos el amor de Dios. Se nos ha revelado en Jesucristo.

* Es el Amor por esencia, el Don del Espíritu Santo, quien concede que esa revelación dada una vez y para siempre en Cristo, penetre y se afiance en nuestros corazones.

* Todos los cristianos, pero especialmente los jóvenes, han de cultivar esa experiencia intensa y bella del Espíritu, por la que podrán ser verdaderos testigos del amor que da orden y fecundidad a la vida.