¿Habla la Biblia de un “demonio meridiano”?

Buen día Fray Nelson Medina. Hace unos días leí el libro “Los Ángeles y el Demonio del Mediodía” de Fray Armando Díaz, O.P. libro que se puede descargar gratuitamente en internet. El libro afirma la existencia de un demonio llamado “Del Mediodía” y justifica su existencia porque es por revelación divina, es decir, porque aparece en el texto bíblico: salmo 90, versículo 6. Se cita ese texto en latín que, supongo, fue extraído de la Vulgata: “Non timebis a timore nocturno; A sagitta volante in die, A negotio perambulante in tenebris et daemonio meridiano” La traducción la ofrece el mismo autor, que es la siguiente: “No temerás el temor nocturno ni la saeta que vuela de día ni la maquinación fraguada en las tinieblas ni el demonio meridiano”. En base a ese texto, el autor afirma la existencia de un demonio llamado así. En ésta pregunta que le planteo no viene al caso hablar en qué consiste el ataque de este demonio. Mi duda se centra en lo que dicen otras biblias en ese mismo versículo; he consultado la Biblia Latinoamericana y la Biblia de Navarra, que son las Biblias impresas que tengo en casa. También consulte la Biblia de Jerusalén y de Straubinger en internet y, por su acaso, también la Reina-Valera, (todas éstas en español) y ninguna traduce la última frase de ese versículo como “demonio meridiano” ni nada parecido, ni hace referencia a ningún demonio ni ser espiritual., por ejemplo, en la Biblia de Jerusalén dice: “No temerás el terror de la noche, ni la saeta que de día vuela, ni la peste que avanza en las tinieblas, ni el azote que devasta a mediodía.” En otras Biblias en lugar de la palabra “azote” aparece “plaga”, pero nunca “demonio”. En la Straubinger dice: “…ni el estrago que en pleno día devasta” Lo que yo quiero saber es que dice el texto original (que, supongo, es en hebreo) y cuál es la traducción correcta, porque de eso depende la certeza o el error del autor del libro… ¿existe o no un demonio que se llama “demonio del mediodía”?. — F.A.H.

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El texto “oficial” del Antiguo Testamento (AT), el que sirve de base a todas las traducciones que mencionas, es el de la “Biblia Hebrea”, lo cual es lógico porque el AT fue escrito en esa lengua.

Pero hay una traducción del AT al griego; una traducción que ya existía y era muy divulgada en tiempos de Cristo y de los apóstoles. Esa traducción se conoce la traducción “De los Setenta (LXX)” y su valor está sobre todo en que, dada la prevalencia del griego en el mundo del siglo I, muchísimos judíos y cristianos rezaron y reflexionaron a partir del texto de los LXX.

Si uno mira el texto hebreo y lo compara con esa traducción al griego, en no pocos casos hay diferencias notables, que no siempre son fáciles de explicar. Es lo que sucede con Salmo 91,6. El hebrero usa la palabra “mid-de-ber”, cuya traducción apropiada es “peste” o “pestilencia”; pero el texto griego (de los LXX) se aparta bastante y habla de cómo Dios liberará “apó symptómatos kai daimoníou mesembrínou.” Esta última expresión fue traducida al latín de la siguiente forma: “ab incursu et daemonio meridiano” que significa algo así como “de la invasión y del demonio del mediodía.”

Esa traducción (latina) a partir de los LXX fue la que quedó en la Vulgata y fue aquella con la que oraron millones de católicos. Lo cual explica que le sirva al autor que mencionas para hacer una reflexión sobre las múltiples dificultades que pueden encontrarse en la mitad de la vida o por el camino de la vida espiritual.