Diálogo con protestantes

Buenas noches, estimado Padre Fray Nelson, un saludo cordial desde Santa Cruz, Bolivia, y que la paz del Señor esté siempre con usted. Tengo una inquietud muy ligada a la difícil situación que uno como católico tiene que sobrellevar con nuestros hermanos evangélicos. Es cierto que no todos los protestantes son iguales: existen por un lado los extremistas que hacen daño difamando a la Iglesia, pero existen también los que son bastante respetuosos con los católicos, y siguen su fe de manera sincera, aunque con ideas doctrinales erróneas, obviamente. ¿Existe un “punto medio” en la manera en la que debamos tratar a nuestros hermanos protestantes? ¿Y qué hacer con aquellos que atacan tan ferozmente a la Iglesia Católica? ¿Cómo puedo practicar la misericordia y la caridad hacia mis hermanos separados, pero sin caer en el pecado de traicionar la verdad, evitando la corrección fraterna? ¿Y cómo puedo ser un fiel defensor de la Verdad y la ortodoxia católica, sin por ello llegar a ser tosco y grosero con mis hermanos protestantes, es decir, sin pecar contra la caridad y el respeto que cada ser humano merece, en especial con aquellos que creen seguir su fe de manera sincera? — D.R.

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Estimado hermano en el Señor:

Me alegra saber que eres de Sta Cruz Bolivia, una de las comunidades más queridas por Fray Nelson y muy preparados en la fe, según lo que le he escuchado decir en las predicaciones que ha hecho con ustedes.

Permíteme presentarme, mi nombre es José Santiago Baños y soy un laico comprometido de origen mexicano, que radico en la ciudad de Miami. Tengo la dicha de gloriarme de la amistad y guía espiritual de Fray Nelson desde hace aproximadamente 20 años que nos conocimos por internet. He tenido la oportunidad de estar personalmente en muchos de sus retiros espirituales y de seguir por los medios sociales sus predicaciones por todo el mundo.

Creo que conoces la intensa labor evangelizadora de Fray Nelson, que en ocasiones no le permite contestar personalmente todas las preguntas que recibe, por lo que se auxilia de algunos laicos en quienes ha depositado su confianza, para que den respuesta en su nombre. En esta ocasión, inmerecidamente me ha pedido que atienda tus inquietudes, lo que trataré de hacer con mucho gusto, poniendo mi mejor esfuerzo e implorando la ayuda del Espíritu Santo.

La situación que nos presentas es verdaderamente compleja y la hemos vivido en carne propia mi esposa y yo, ya que dos de sus hermanos abandonaron la Iglesia Católica y se pasaron a una secta Evangélica, en donde uno de ellos es ahora Pastor. Y como generalmente sucede, fue porque nunca conocieron ni se prepararon en la doctrina católica (católico ignorante=seguro protestante). Durante muchos años casi no hubo comunicación con ellos, hasta que por nuestra trayectoria espiritual buscamos el acercamiento, que se fue dando muy lentamente, porque ellos no se abren fácilmente al diálogo. Cuando falleció mi suegro, los invité a hacer una oración conjunta utilizando los salmos, que podemos decir son un medio ecuménico de oración, pero se negaron. Pero el seguir tratándolos con amor nos ha dado buenos resultados.

El testimonio de vivir nuestra fe lo mejor posible, nos ha brindado también su respeto y una mejor relación. Frecuentemente publico artículos de fe y apologética en los medios sociales que compartimos, en la esperanza de que ellos también los lean y reflexionen.

4 Los fieles católicos han de ser, sin duda, solícitos de los hermanos separados en la acción ecumenista, orando por ellos, hablándoles de las cosas de la Iglesia, dando los primeros pasos hacia ellos. Pero deben considerar también por su parte con ánimo sincero y diligente, lo que hay que renovar y corregir en la misma familia católica, para que su vida dé más fiel y claro testimonio de la doctrina y de las normas dadas por Cristo a través de los Apóstoles

Como tú dices, no todos los protestantes son iguales, pero con todos debemos practicar nuestra humildad, considerando que el estar en la Iglesia fundada por Jesucristo y disfrutar de todos sus dones, es una gracia recibida y por lo tanto no hemos de vanagloriarnos ni ensoberbecernos. Debemos vivir más fielmente nuestra fe, presentarla y ofrecerla en toda su belleza, aunque sin imponerla de ninguna manera.

Hacerles ver que sería una injusticia para con ellos el no ofrecerles la fe íntegra que hemos recibido en la Palabra revelada y en la Tradición Apostólica y de los Padres de la Iglesia.

Creo que el documento Unitatis Redintegratio que mencionas nos brinda mucha luz (De el son los textos que inserto en cursiva/negrita):

1 Son muchas las comunidades cristianas que se confiesan discípulos del Señor, pero se sienten de modo distinto y siguen caminos diferentes como si Cristo mismo estuviera dividido, aunque existe entre ellos un anhelo de unidad, suspiran por una Iglesia de Dios única y visible, que sea verdaderamente universal.

¿Debemos quedarnos resignados ante esta situación? NO, es necesario que luchemos juntos para hacer realidad el sueño de Cristo:

2 “Que todos sean uno, como Tú, Padre, estás en mí y yo en tí, para que también ellos sean en nosotros, y el mundo crea que Tú me has enviado” Juan 17, 21-23

Un solo cuerpo y un solo Espíritu, como habéis sido llamados en una esperanza, la de vuestra vocación. Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo. Efesios 4, 4-6

La mejor manera de lograrlo es dialogando en la búsqueda conjunta de la verdad. Para ello nosotros los católicos debemos prepararnos:

9 Conviene conocer la disposición de ánimo de los hermanos separados. Para ello se necesita el estudio que hay que realizar con un alma benévola guiada por la verdad. Es preciso que los católicos, debidamente preparados, adquieran mejor conocimiento de la doctrina y de la historia de la vida espiritual y cultural, de la psicología religiosa y de la cultura peculiares de los hermanos

Además de las predicaciones de Fray Nelson, a mí me ha servido mucho el libro DIALOGO CON LOS PROTESTANTES, del padre Flaviano Amatulli, un gran apologeta y fundador de los Misioneros Apóstoles de la Palabra y el material de APOLOGETICACATOLICA.ORG.

3 los que ahora nacen y se nutren de la fe de Jesucristo dentro de esas comunidades no pueden ser tenidos como responsables del pecado de la separación, y la Iglesia católica los abraza con fraterno respeto y amor; puesto que quienes creen en Cristo y recibieron el bautismo debidamente, quedan constituidos en alguna comunión, aunque no sea perfecta, con la Iglesia católica.

Hacerlos sentir que los consideramos verdaderos hermanos nuestros y que los admiramos por las muchas cosas buenas que hemos visto en ellos y en sus iglesias: el deseo de dar a conocer a Cristo, su celo apostólico, su entrega.

Reconocer que de entre el conjunto de elementos o bienes con que la Iglesia se edifica y vive, algunos, o mejor, muchísimos y muy importantes pueden encontrarse fuera del recinto visible de la Iglesia católica: la Palabra de Dios escrita, la vida de la gracia, la fe, la esperanza y la caridad, y algunos dones interiores del Espíritu Santo, que pueden, sin duda alguna, producir la vida de la gracia, y hay que confesar que son aptos para dejar abierto el acceso a la comunión de la salvación.

porque el Espíritu de Cristo no ha rehusado servirse de ellas como medios de salvación, cuya virtud deriva de la misma plenitud de la gracia y de la verdad que se confió a la Iglesia

Pero también hay que hablar de las cosas que en las que no coincidimos y nos separan, porque ¿en qué familia no hay diferencias, malentendidos, desavenencias entre hermanos?

Los hermanos separados, sin embargo, ya particularmente, ya sus comunidades y sus iglesias, NO GOZAN de aquella unidad que Cristo quiso dar a los que regeneró y vivificó en un cuerpo y en una vida nueva y que manifiestan la Sagrada Escritura y la Tradición venerable de la Iglesia. Solamente por medio de la Iglesia católica de Cristo, que es auxilio general de la salvación, puede conseguirse LA PLENITUD TOTAL de los medios salvíficos.

Ellos pues, tienen elementos que pueden ayudar a la salvación, pero HAY QUE SEÑALARLES LOS QUE NO TIENEN, como los sacramentos de la reconciliación, confirmación, unción de los enfermos y sobre todo la Eucaristía con la presencia real y verdadera de Cristo en su Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad. Nosotros reconocemos el Bautismo por cualquier persona que lo haga en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo y con la intención que nos señala la Iglesia, pero ellos no aceptan nuestro bautismo y vuelven a bautizar a los que atraen a sus comunidades; el matrimonio lo han degradado permitiendo el divorcio y las nuevas uniones de divorciados así como la unión de personas del mismo sexo. En el sacramento del Orden han permitido mujeres y han nombrado obispos homosexuales. No tienen un elemento de unidad que los aglutine y con eso de la interpretación privada de la Biblia, ya van en varias decenas de miles de “iglesias”. También les falta la intercesión de los Santos y de la Madre de Dios, de gran beneficio sobre todo para los difuntos.

Como encarar misericordia y caridad con la justicia y celo por la verdad?

Creo que siguiendo el ejemplo del Señor: Rechazando el pecado, pero amando al pecador. Las diatribas de Cristo siempre fueron para rechazar la dureza de corazón, la soberbia de los que se creían “los buenos, los sabios” y por lo mismo no aceptaban que un hombre humilde les diera lecciones. Pero eran por la tristeza de ver que persistían en su ceguera. Era porque deseaba que todos se salvaran, porque el mayor bien que se puede desear a alguien es que llegue a disfrutar de la gloria de Dios. 1 Timoteo 2, 4.

Debemos ser firmes y dar razones de la verdad revelada, dándoles tiempo para que el Espíritu Santo trabaje en ellos y los mueva a comprender y aceptar. Ofréceles textos apologéticos y pídeles que después de leerlos te den sus razones, si es que no están de acuerdo con ellos. Pero siempre con mucho tacto y amor, sin hacerlos sentir menos. No desesperes si te hacen mala cara o te menosprecian, porque es parte de la Cruz de Cristo que nos toca cargar. 1 Pedro 3, 14-17.

Porque para que se dé un verdadero movimiento ecuménico son necesarios:

4 eliminar palabras, juicios y actos que no sean conformes, según justicia y verdad, a la condición de los hermanos separados,

“el diálogo” entablado entre peritos y técnicos en reuniones de cristianos de las diversas Iglesias o comunidades, y celebradas en espíritu religioso. En este diálogo expone cada uno, por su parte, con toda profundidad la doctrina de su comunión, presentado claramente los caracteres de la misma. Por medio de este diálogo, todos adquieren un conocimiento más auténtico y un aprecio más justo de la doctrina y de la vida de cada comunión

Guardando la unidad en lo necesario, todos en la Iglesia, cada uno según el cometido que le ha sido dado, observen la debida libertad, tanto en las diversas formas de vida espiritual y de disciplina como en la diversidad de ritos litúrgicos, e incluso en la elaboración teológica de la verdad revelada; pero en todo practiquen la caridad.

11 Es totalmente necesario QUE SE EXPONGA CON CLARIDAD TODA LA DOCTRINA. Nada es tan ajeno al ecumenismo como el falso irenismo, que pretendiera desvirtuar la pureza de la doctrina católica y obscurecer su genuino y verdadero sentido.

al tratar con los hermanos separados de investigar los divinos misterios, deben proceder con amor a la verdad, con caridad y con humildad

“En lo esencial, unidad; en lo dudoso, libertad; en todo, caridad (San Agustín)”

No se puede amar lo que no se conoce ni defender lo que no se ama.

las diversas comuniones consiguen una más amplia colaboración en todas las obligaciones exigidas por toda conciencia cristiana en orden al bien común y, en cuanto es posible, participan en la oración unánime.

Caminar juntos, orar juntos, trabajar juntos a partir de las muchas cosas que nos unen, nos ayudara a conocernos y superar las diferencias. Papa Francisco.

Invítalos a hacer oración en común, a hacer alguna obra de caridad conjuntamente, a coparticipar en algún acto Pro-Vida, etc.

Todos, finalmente, examinan su fidelidad a la voluntad de Cristo con relación a la Iglesia: que todos sean uno….

Recalcarles este deseo de Cristo, si somos verdaderamente cristianos, no podemos ir en contra de su voluntad. Que no se incomoden por las diferencias que encuentren en la búsqueda de la verdad, dejando claro que el amor familiar y el amor como hermanos en Cristo está por encima de cualquier diferencia, y seguir trabajando por limar las asperezas, hasta que la verdad brille para todos.

Si algún tema pareciera oscuro, reconoce con humildad que no te es claro y pide tiempo para investigar la respuesta con ayuda de los teólogos católicos y nunca dejes de presentárselas de nuevo.

Si verdaderamente son de Cristo, actuarán con honestidad en ese diálogo y reconocerán la verdad. Si no lo hacen, es que nunca lo fueron, pero habrás salvado lo de Ezequiel 3,18-21.

Imploro de tu benevolencia para mis pobres consejos, que espero puedan ayudarte en esa misión que el Señor te ha puesto delante y que la culmines colaborando en la salvación de tus familiares.

Un gran abrazo y siéntete libre de seguir en comunicación conmigo en cualquier momento.

¡JESUCRISTO HA RESUCITADO!

Tu hermano en Cristo:

José S. Baños