ROSARIO de las Semanas 20200905

#RosarioFrayNelson para el Sábado:
Contemplamos los Misterios del Silencio de Dios

Usamos esta versión de las oraciones.

  1. En el primer misterio del silencio contemplamos que del costado de Cristo en la Cruz brotaron sangre y agua.
  2. En el segundo misterio del silencio contemplamos el valor de aquellos que no eran apóstoles y sí permanecieron junto a la Cruz y cuidaron del cuerpo de Cristo muerto.
  3. En el tercer misterio del silencio contemplamos a Jesucristo, puesto en un sepulcro nuevo.
  4. En el cuarto misterio del silencio contemplamos a Jesús, que baja hasta el fondo del reino de la muerte, para que los justos que de antiguo esperaron en él encuentren a su Redentor.
  5. En el quinto misterio del silencio contemplamos el anonadamiento de Cristo, que siendo Hijo aprendió sufriendo a obedecer.
  6. En el sexto misterio del silencio contemplamos la soledad llena de fe de la Santísima Virgen María.
  7. En el séptimo misterio del silencio contemplamos la inmensa compasión de Dios Padre, que tanto amó al mundo que le dio a su único Hijo para que todo el que cree en él no perezca.

[REPRODUCCIÓN PERMITIDA – Este es un ejercicio privado de devoción “ad experimentum” en proceso de aprobación oficial. Puede divulgarse en las redes sociales, blogs, emisoras de radio, y otros medios siempre que al mismo tiempo se haga la presente advertencia.]

LA BIBLIA – Día 248 de 365

Fr. Nelson Medina, O.P. lee contigo el texto completo de la Sagrada Escritura – Día 248 de 365

Job 8–10
Sabiduría 7,1-14
Lucas 19,28-48

Lo que se ha publicado de esta serie de lectura de la Biblia.

Formación católica todos los días: amigos@fraynelson.com

Predicación y más oración: https://fraynelson.com/blog

Seguimos el texto publicado en la página web del Vaticano.

¿La prudencia puede perderse por olvido?

El olvido afecta sólo al conocimiento. Por esa razón puede olvidarse totalmente un arte y de igual modo la ciencia, hábitos propios del entendimiento. Pero la prudencia no es solamente cognoscitiva, sino también apetitiva, ya que, como queda expuesto (a.8), su acto principal es el imperio, que consiste en aplicar el conocimiento adquirido a la tendencia y a la operación. Por eso la prudencia no desaparece directamente por olvido, sino que, más bien, se deprava por las pasiones, puesto que, según el Filósofo en VI Ethic., lo deleitable y lo triste pervierten el juicio de la prudencia. De ahí que en la Escritura leemos: La belleza te sedujo y la pasión pervirtió tu corazón (Dan 13,56); y, en otro lugar: No recibas regalos que ciegan a los prudentes (Ex 23,8) El olvido puede, sin embargo, tornarse en obstáculo para la prudencia, ya que ésta, para mandar, se basa en algún conocimiento, y éste puede desaparecer. (S. Th., II-II, q.47, a.16, resp.)


[Estos fragmentos han sido tomados de la Suma Teológica de Santo Tomás, en la segunda sección de la segunda parte. Pueden leerse en orden los fragmentos publicados haciendo clic aquí.]