Todo lo puedo en Cristo

El recuerdo, imborrable, de los favores recibidos de Dios debe ser siempre impulso vigoroso. Y más aún en la hora de la tribulación.

Hay una sola enfermedad mortal, un solo error funesto: conformarse con la derrota, no saber luchar con espíritu de hijos de Dios. Si falta ese esfuerzo personal, el alma se paraliza y yace sola, incapaz de dar frutos.

La lucha ascética no es algo negativo ni, por tanto, odioso, sino afirmación alegre. Es un deporte. El buen deportista no lucha para alcanzar una sola victoria, y al primer intento. Se prepara, se entrena durante mucho tiempo, con confianza y serenidad: prueba una y otra vez y, aunque al principio no triunfe, insiste tenazmente, hasta superar el obstáculo.

Más pensamientos de San Josemaría.

ROSARIO de las Semanas 20190929

#RosarioFrayNelson para el Domingo:
Contemplamos los Misterios de la Gloria del Señor

Usamos esta versión de las oraciones.

  1. En el primer misterio glorioso contemplamos la Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo.
  2. En el segundo misterio glorioso contemplamos la Ascensión de Cristo a los Cielos.
  3. En el tercer misterio glorioso contemplamos el día de Pentecostés: la efusión del Espíritu Santo da nacimiento a la Iglesia.
  4. En el cuarto misterio glorioso contemplamos la santidad de la Iglesia, especialmente visible en sus mártires, ya desde los primeros tiempos.
  5. En el quinto misterio glorioso contemplamos la Asunción de la Virgen María y el poder singular de su intercesión por la Iglesia que peregrina.
  6. En el sexto misterio glorioso contemplamos la segunda venida de Cristo, y que de su Reinado han de participar para siempre la Virgen María y todos los santos.
  7. En el séptimo misterio glorioso contemplamos que la muerte misma morirá, y que Dios será todo en todos.

[REPRODUCCIÓN PERMITIDA – Este es un ejercicio privado de devoción “ad experimentum” en proceso de aprobación oficial. Puede divulgarse en las redes sociales, blogs, emisoras de radio, y otros medios siempre que al mismo tiempo se haga la presente advertencia.]

El demonio ha trabajado mucho para eliminar de la Iglesia la espiritualidad del Corazón de Jesús

“El padre Edouard Marot es un sacerdote francés que durante muchos años ha vivido una espiritualidad carismática con la Comunidad de Emmanuel y ha acabado convirtiéndose en un auténtico apóstol de la devoción al Sagrado Corazón de Jesús por todo el mundo. Junto a Alicia Beauvisage está propagando el fuego ardiente de Cristo por varios continentes a través de Santa Margarita María de Alacoque…”

Haz clic aquí!

Laicos admirables

Muchas cosas buenas están sucediendo en la Iglesia Católica gracias a que un mayor número de laicos toman en serio su bautismo.

Me impacta, por ejemplo, ver el nivel de compromiso de los amigos de 40 Días por la Vida: gente que soporta inclemencias, insultos, presiones legales, incluso ataques físicos, con tal de defender a los no-nacidos.

Hay gente haciendo ayuno y oración cuando ve en peligro y bajo amenaza bienes preciosos de la Iglesia, como su liturgia o su doctrina (caso del próximo Sínodo sobre la Amazonía)

Hay familias del camino neocatecumenal que, con el apoyo de otros laicos, buscan llevar un testimonio misionero de tremenda sencilez e impacto a países y culturas distintos.

Hay jóvenes misioneros que hacen experiencias de uno o más años en regiones apartadas, sin otra ganancia que transmitir su alegría y su amor a Jesucristo.

Hay muchos laicos haciendo presencia valiente, con argumentos y aguantando insultos, por defender la verdad de Cristo en redes sociales.

Hay muchos hombres y mujeres admirables. Bendito sea Dios.

LA GRACIA del Lunes 30 de Septiembre de 2019

MEMORIA DE SAN JERÓNIMO, PRESBÍTERO Y DOCTOR DE LA IGLESIA

San Jerónimo es modelo de hombre de estudio que une a su inteligencia una seria vida de oración y un impulso continuo de conversión.

[REPRODUCCIÓN PERMITIDA en redes sociales, blogs, emisoras de radio, y otros medios. Tu donación hace fuerte la evangelización católica. ¡Dona ahora!]

Breve ordo para la semana del 29 de Septiembre al 5 de Octubre de 2019

Homilías breves para esta semana:


Lectura Espiritual para esta semana:


Liturgia de las Horas para esta semana:

29 de Septiembre de 2019: Domingo XXVI del Tiempo Ordinario, ciclo C

Lunes 30: Memoria de San Jerónimo, presbítero y doctor de la Iglesia

Martes 1 de Octubre de 2019: Memoria de Santa Teresa del Niño Jesús, virgen y doctora de la Iglesia

Miércoles 2: Memoria de los Santos Ángeles Custodios

Jueves 3:

Viernes 4: Memoria de San Francisco de Asís, diácono

Sábado 5:



Belleza de la Iglesia en Bangassou

“Había leído noticias tan impresionantes sobre la labor de Juan José Aguirre en su Diócesis que había llegado a imaginar a un hombre alto y enérgico. Sin embargo, conocí a alguien menudo, dulce y discreto, que uno no imaginaría cavando fosas para enterrar a los musulmanes asesinados por los guerrilleros Antibalaka, ni negociando con los mercenarios que habían disparado y volcado el camión que transportaba el contenedor con la ayuda que había mandado la Fundación para que ayudaran a ponerlo en pie, ni recogiendo la masa cerebral de un amigo asesinado en su presencia, por haber enseñado a quienes le amenazaban su único arma: un rosario. Un rato después lo enterraba. Un tiempo después consolaba a su viuda, y asistía al milagro que obra Dios en los corazones que perdonan…”

Haz clic aquí!

¿Un pecador tiene derecho a corregir a otros?

Como hemos expuesto (a.3 ad 2 y 3), la corrección del culpable compete a quien tenga recto juicio de razón. Pues bien, el pecado, según hemos visto (1-2 q.85 a.2) no corrompe del todo el bien natural hasta el extremo de no dejar, en quien lo comete, algo de recto juicio de la razón. Por eso puede estar en condiciones de reprender el delito ajeno.

No obstante, el pecado precedente implica un obstáculo para esa corrección por tres razones. La primera, porque el pecado precedente le hace más indigno para reprender a otro, sobre todo si su pecado es mayor que el que trata de reprender en otro. Por eso, en torno a las palabras de Mt 7,3: ¿Por qué ves la paja?, escribe San Jerónimo: Habla de quienes, estando en pecado mortal, no toleran faltas menores en los hermanos. Segunda razón: Está viciada la corrección por el escándalo que puede causar si es conocido el pecado de quien corrige, pues parece que quien corrige no lo hace por caridad, sino por ostentación. Por eso, comentando San Juan Crisóstomo el texto de Mt 7,4: ¿Como dices a tu hermano?, escribe: ¿Por qué dices eso?, ¿por caridad para salvar a tu prójimo? No: porque antes te salvarías a ti. No quieres, pues, salvar a los demás, sino ocultar con buenas palabras tus malas acciones y mendigar de los hombres alabanza de tu saber. Tercera razón: La corrección está viciada por la soberbia del que corrige, ya que éste, minimizando sus propios pecados, se prefiere en su corazón al prójimo, cuyos pecados juzga con rigurosa severidad, como si fuera él mismo justo. Por eso escribe San Agustín en el libro De Serm. Dom.: Acusar los vicios es oficio de varones buenos; si esto lo hacen los malos, usurpan cometido ajeno. Y allí mismo dice también: Cuando la necesidad nos obliga a reprender a alguno, preguntémonos si nosotros no hemos cometido la misma falta, y tengamos en cuenta que somos hombres y la hemos podido cometer. O quizás la tuvimos y ya no la tenemos, y entonces acordémonos de nuestra común fragilidad, para que a la corrección preceda no el odio, sino la misericordia. Y si tenemos conciencia de vernos sumergidos en el mismo vicio, no se lo echemos en cara, sino lloremos con él, y mutuamente invitémonos al arrepentimiento.

De todo esto, pues, se deduce que, si un pecador reprende a otro con humildad, no peca ni se hace merecedor de nueva condenación, aunque por esto se vea reconocido reo por su pecado pasado, sea en la conciencia del hermano, sea al menos en la suya propia. (S. Th., II-II, q.33, a.5, resp.)


[Estos fragmentos han sido tomados de la Suma Teológica de Santo Tomás, en la segunda sección de la segunda parte. Pueden leerse en orden los fragmentos publicados haciendo clic aquí.]

LA GRACIA del Domingo 29 de Septiembre de 2019

DOMINGO XXVI TIEMPO ORDINARIO, CICLO C

El problema de aquel rico del Evangelio no fueron sus riquezas, quizás bien obtenidas, sino la insensibilidad ante el dolor del hermano. Hay que recordar a San Juan Pablo II: “Sobre toda propiedad privada pesa una hipoteca social.”

[REPRODUCCIÓN PERMITIDA en redes sociales, blogs, emisoras de radio, y otros medios. Tu donación hace fuerte la evangelización católica. ¡Dona ahora!]