Fray Martín de Porres y los animales

El amor de Martín llegaba también a los animales, a quienes trataba con amigable bondad, y al mismo tiempo con el señorío que corresponde al hombre, por ser la imagen de Dios en este mundo. Son muchas las anécdotas contadas por testigos presenciales. El padre Aragonés iba con fray Martín cuando encontraron un pobre gato sangrando, descalabrado por alguno. «Véngase conmigo y le curaré -le dijo Martín-, que está muy malo». Le hizo una cura en la cabeza y quedó el gatucho como si en la cabeza llevara un gorrito de dormir. «Váyase y vuelva por la mañana, y le curaré otra vez». Y el gato vino puntualmente, y se quedó aguardando en la puerta de la celda, hasta que vino fray Martín y le curó.

Trajeron en una ocasión al convento cuatro becerros bravos para lidiarlos en el patio del estudiantado, y entre tanto quedaron encerrados en un lugar sin que les dieran de comer. A fray Martín le dio pena verlos con hambre y sed, y por la noche les bajó unas brazadas de hierba y unos cubos de agua. El padre Diego de la Fuente, desde una ventana, vió con asombro cómo Martín daba de comer tranquilamente a los animales, y apartaba al más bravo, cogiéndole de un cuerno, pues molestaba a sus compañeros, al tiempo que le decía que se portase bien y no fuese abusador, que había comida para todos.

Fray Bernardo Medina cuenta otro suceso no menos sorprendente y gracioso. Los ratones roían a veces la ropa que estaba guardada en la enfermería, y un día que atraparon a uno estaban ya para matarlo. San Martín no lo permitió, sino que lo tomó en la palma de su mano izquierda y le amonestó muy seriamente: «Vaya, hermano, y diga a sus compañeros que no sean molestos ni nocivos, que se retiren todos a la huerta, que yo les llevaré allá el sustento de cada día». Y así fue. Los ratones ya no merodearon la ropería de la enfermería, y cada día podían ver los religiosos cómo acudían a recibir la comida que a la huerta les llevaba fray Martín.


El autor de esta obra es el sacerdote español José Ma. Iraburu, a quien expresamos nuestra gratitud. Aquí la obra se publica íntegra, por entregas. Lo ya publicado puede consultarse aquí.

¿Debe la Iglesia tener unanimidad en todo?

Fray Medina: he visto muchas de sus respuestas y le agradezco el tiempo que usted invierte en instruirnos sobre tantos temas. Yo soy un hombre mayor que parece que tiene cada vez menos paciencia cuanto más pasa el tiempo. por ejemplo, yo no entiendo por qué la Iglesia no tiene una posición unificada sobre una cantidad de temas. En Colombia estuvo en discusión el famoso “proceso de paz” y uno podía oír que un obispo decía una cosa, y otro, otra. Lo mismo veo que pasa, y que es prácticamente la norma en asuntos de sociedad y de política. Con todas estas protestas en Francia, ¿no hay una postura de la Iglesia? ¿Ls de los chalecos amarillos tienen razón, sí o no? ¿Y la guerra en Yemen? ¿Y los ataques en Gaza? ¿Qué es eso, fray Medina, es falta de interés o falta de valentía? Perdóneme si soy demasiado franco. — E. H.

* * *

Hay varias cosas que debemos tener en cuenta. La Iglesia puede y debe tener una postura clara, unificada y fuerte en algunos asuntos pero no puede pedir ni se le puede pedir unanimidad en absolutamente todos los temas.

Como una guía práctica: lo que usted encuentre de fe y de moral en el catecismo de la Iglesia, el de San Juan Pablo II, tiene una solidez tal que es temerario y a menudo herético apartarse de ahí. Negar la presencia de Cristo en la Eucaristía o negar que la práctica homosexual es un desorden moral intrínseco es ir en contra de ese Catecismo, que recoge la mayor parte de lo mejor de la enseñanza de la Iglesia a lo largo de siglos y siglos.

Pero no todos los temas tienen el mismo carácter que podemos describir como “blanco/negro” o “verdadero/falso.” Esto se nota especialmente en las opciones políticas. Un ejemplo: En cierto país se presentan dos candidatos. Uno es pro-aborto pero parece creíble que implementará políticas de equidad social razonables (excepto para los niños que va a asesinar); otro es anti-aborto pero claramente ve la política como un negocio para su ganancia personal y para los de su familia y su clase social. Es evidente que la gravedad del crimen del aborto hace que uno rechace a semejante candidato pero uno también sabe que si el otro queda elegido producirá injusticia y muerte. Aunque en este ejemplo todavía es posible tomar una decisión fundamentada moralmente, uno ve que la decisión no es tan sencilla.

Y las cosas pueden complicarse mucho más. ¿Es válida una protesta social? En principio, sí. Pero, ¿qué pasa si la protesta produce pérdidas millonarias, muchos heridos y unos cuantos muertos? ¿También ello se justifica? Es este el punto en que uno tiene que sopesar muchos aspectos con las limitaciones terribles de no tener información completa o del todo fiable; saber que hay muchos intereses implicados; saber que se han intentado vías legales, sin éxito; saber que en estos casos también hay accidentes. No es extraño entonces que la valoración, bien intencionada, de diversas personas, puede ser distinta. Hay muchas cosas que uno ignora; hay muchas variables impredecibles; hay muchos bienes inciertos; hay bastantes males ocultos. Lo que se puede hacer es tratar de formular un juicio prudencial, a partir de la información que cada quien tiene y de las suposiciones razonables que cada uno logra. Y es muy posible que entonces la valoración final no coincida, incluso entre personas que son bien formadas en la fe y que, como he dicho, tienen recta intención.

Hay otros ejemplos que son menos dramáticos pero que también ayudan a entender por qué en ciertos casos hay una diversidad plenamente legítima en las opiniones. Recuerdo el caso de una comunidad de religiosas. Ellas tenían un hábito de color oscuro, muy hermoso y tradicional pero seriamente incómodo para clima caliente. Cuando hicieron una fundación en un lugar con estaciones muy marcadas, algunas de entre ellas propusieron usar un hábito con el mismo diseño pero con otro material de tela y color muy claro, para los meses del duro verano que hay en aquel sitio. Como es razonable suponer, las opiniones estaban divididas. Algunas decían que ese sacrificio era un homenaje a Cristo y que lo correcto era seguir en toda época del año con el hábito de tela gruesa y caliente. Otras, que ya habían sufrido duras dermatitis y otros malestares, decían que no tenía sentido inutilizarse así durante tanto tiempo y que Cristo, más que esa clase de sacrificios, seguramente quería un mayor y mejor servicio a las personas necesitadas. Y agregaban que ellas ni siquiera estaban pidiendo cambiar el hábito sino solo tela y color. Tal vez a uno desde fuera le resulta fácil opinar y mandar desde lejos, por aquello que dijo Cristo: “lían cargas pesadas y se las ponen a otros en los hombros” (véase Mateo 23,4). Es en cambio difícil que, después de tomada una decisión, todos queden contentos. Pero claramente es ilógico pensar que en casos como estos hay una posición que está perfectamente correcta y otra que está absolutamente equivocada. Así que no es correcto pensar que en todo se puede pedir unanimidad.

ROSARIO de las Semanas 20181205

#RosarioFrayNelson para el Miércoles:
Contemplamos los Misterios de la Infancia de Jesús

Usamos esta versión de las oraciones.

  1. En el primer misterio de la infancia contemplamos la Anunciación a María Santísima y la Encarnación del Hijo de Dios.
  2. En el segundo misterio de la infancia contemplamos la visita de la Virgen Madre a su pariente Isabel.
  3. En el tercer misterio de la infancia contemplamos el sufrimiento que pasó San José, y la fe amorosa que tuvo.
  4. En el cuarto misterio de la infancia contemplamos el Nacimiento del Hijo de Dios en el humilde portal de Belén.
  5. En el quinto misterio de la infancia contemplamos la Epifanía: Jesús es luz para las naciones, y así es adorado por unos magos venidos de Oriente.
  6. En el sexto misterio de la infancia contemplamos la Presentación del Niño Jesús en el templo de Jerusalén.
  7. En el séptimo misterio de la infancia contemplamos a Jesús Niño en el templo, ocupado de las cosas de su Padre del Cielo.

[REPRODUCCIÓN PERMITIDA – Este es un ejercicio privado de devoción “ad experimentum” en proceso de aprobación oficial. Puede divulgarse en las redes sociales, blogs, emisoras de radio, y otros medios siempre que al mismo tiempo se haga la presente advertencia.]

365 días para la Biblia – Día 096

Fr. Nelson Medina, O.P. lee contigo el texto completo de la Sagrada Escritura – Día 096 de 365

Deuteronomio 19–21
Salmo 97
Hechos 25

Lo que se ha publicado de esta serie de lectura de la Biblia.

Formación católica todos los días: amigos@fraynelson.com

Predicación y más oración: https://fraynelson.com/blog

Seguimos el texto publicado en la página web del Vaticano.

ROSARIO de las Semanas 20181204

#RosarioFrayNelson para el Martes:
Contemplamos los Misterios de la Antigua Alianza

Usamos esta versión de las oraciones.

  1. En el primer misterio de la Antigua Alianza contemplamos la paciencia de Dios, que no detuvo su amor ante el pecado de los hombres.
  2. En el segundo misterio de la Antigua Alianza contemplamos el camino de fe de Abraham.
  3. En el tercer misterio de la Antigua Alianza contemplamos el éxodo de la tierra de Egipto.
  4. En el cuarto misterio de la Antigua Alianza contemplamos el don de la Ley hecho a Moisés y a su pueblo junto al Monte Sinaí.
  5. En el quinto misterio de la Antigua Alianza contemplamos la gran promesa de Dios al rey David: que el cetro real no se apartaría de su descendencia.
  6. En el sexto misterio de la Antigua Alianza contemplamos la valiente vocación de los profetas, por quienes el Espíritu Santo nos habló de muchas maneras.
  7. En el séptimo misterio de la Antigua Alianza contemplamos a el pequeño resto de Israel, que permaneció fiel y fue semilla de la Nueva y Eterna Alianza.

[REPRODUCCIÓN PERMITIDA – Este es un ejercicio privado de devoción “ad experimentum” en proceso de aprobación oficial. Puede divulgarse en las redes sociales, blogs, emisoras de radio, y otros medios siempre que al mismo tiempo se haga la presente advertencia.]

365 días para la Biblia – Día 095

Fr. Nelson Medina, O.P. lee contigo el texto completo de la Sagrada Escritura – Día 095 de 365

Deuteronomio 17–18
Salmo 96
Hechos 24

Lo que se ha publicado de esta serie de lectura de la Biblia.

Formación católica todos los días: amigos@fraynelson.com

Predicación y más oración: https://fraynelson.com/blog

Seguimos el texto publicado en la página web del Vaticano.