El «milagro» del monasterio que se salvó de las llamas griegas

«La iglesia fue el único lugar que no se incendió. Estamos vivos de milagro. Todo el resto está destruido», explica la religiosa Efremia. Con el cielo cubierto de fuego, rodeados de llamas, como si fuera el infierno, un grupo religioso se salvó en la iglesia del Monasterio de la Santísima Trinidad. Rezaban la oración de la tarde, vísperas, cuya invocación inicial seguramente estuvo en boca de miles de personas cuando el lunes llamas nunca vistas por aquí causaban destrucción y muerte: «Dios mío, ven en mi auxilio; Señor, date prisa en socorrerme».

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