Ejercicio de las virtudes teologales en la construcción de la fraternidad

La fraternidad propia de la vida comunitaria no brota espontáneamente. No es artificial pero debe ser construida sobre una base que va más allá de lo puramente humano. Es ahí donde uno comprende que son indispensables las virtudes teologales. La FE no consiste en imaginar, o en no ver lo que estamos viendo, en cuanto a los defectos de los demás. Lo más importante de la fe es que aprende a reconocer el paso de Dios en la vida del hermano. Todos somos historias a medio escribir. En la medida en que reconocernos lo que Dios ha hecho y está haciendo en la persona, no negamos lo que es pero descubrimos su ser como abierto a un futuro donde el Señor puede ser y quiere ser protagonista desde su amor y su gracia. La ESPERANZA no puede limitarse a los cálculos a partir de lo que ven nuestros ojos. Esperamos solamente a partir del dato básico de que cada corazón está en manos de un Dios, que es bien capaz de dar sorpresas. Por eso mismo, la CARIDAD fraterna no es asunto de compatibilidad ni mucho menos de simple simpatía: es la resolución de ayudar a construir en la dirección del plan de amor de Dios para nuestros hermanos.