Espíritu Santo, Fuego de Dios

Cinco verbos nos ayudan a descubrir la obra del Espíritu en nosotros. ILUMINAR para que conozcamos quién es Dios y quiénes somos nosotros. Saber de Él sin conocer uno su necesidad, lleva a arrogancia. Saber de las propias necesidades y miserias sin reconocer presente su misericordia lleva a desesperación. El verbo PURIFICAR nos recuerda que no somos nuestro pecado. La escoria no estaba en el plan de Dios y, si estuvo en el pasado, no debe tener derecho sobre nuestro futuro. TRANSFORMAR es lo propio del Espíritu que hace de nosotros creaturas nuevas. El Espíritu también logra ENCENDER su fuego en nosotros, de modo que no dependamos de su la gente nos acoge, nos agradece o nos toma en cuenta. Solo entonces el verbo HACER BRILLAR se cumplirá en nosotros, de modo que contagiemos a muchos más en seguimiento del Evangelio de Cristo.

LA GRACIA del Lunes 1 de Enero de 2018

SOLEMNIDAD SANTA MARÍA, MADRE DE DIOS

Por nosotros y por nuestra salvación la Virgen María recibe de Dios Padre la misión de ser madre de Jesús, siendo habitada por Dios Espíritu para entregarnos a Dios Hijo.

[REPRODUCCIÓN PERMITIDA – Ayúdanos a divulgar este archivo de audio en las redes sociales, blogs, emisoras de radio, y otros medios.]

ROSARIO de las Semanas 20171230

#RosarioFrayNelson para el Sábado:
Contemplamos los Misterios del Silencio de Dios

Usamos esta versión de las oraciones.

  1. En el primer misterio del silencio contemplamos que del costado de Cristo en la Cruz brotaron sangre y agua.
  2. En el segundo misterio del silencio contemplamos el valor de aquellos que no eran apóstoles y sí permanecieron junto a la Cruz y cuidaron del cuerpo de Cristo muerto.
  3. En el tercer misterio del silencio contemplamos a Jesucristo, puesto en un sepulcro nuevo.
  4. En el cuarto misterio del silencio contemplamos a Jesús, que baja hasta el fondo del reino de la muerte, para que los justos que de antiguo esperaron en él encuentren a su Redentor.
  5. En el quinto misterio del silencio contemplamos el anonadamiento de Cristo, que siendo Hijo aprendió sufriendo a obedecer.
  6. En el sexto misterio del silencio contemplamos la soledad llena de fe de la Santísima Virgen María.
  7. En el séptimo misterio del silencio contemplamos la inmensa compasión de Dios Padre, que tanto amó al mundo que le dio a su único Hijo para que todo el que cree en él no perezca.

[REPRODUCCIÓN PERMITIDA – Este es un ejercicio privado de devoción “ad experimentum” en proceso de aprobación oficial. Puede divulgarse en las redes sociales, blogs, emisoras de radio, y otros medios siempre que al mismo tiempo se haga la presente advertencia.]

Breve ordo para la semana del 31 de Diciembre de 2017 al 6 de Enero de 2018

Homilías breves para esta semana:
https://www.youtube.com/playlist?list=PLRmr1_QLb8pe4hN9il8Wu3L5lQNfWjTb_


Lectura Espiritual para esta semana:


Liturgia de las Horas para esta semana:

31 de Diciembre de 2017: Fiesta de la Sagrada Familia, ciclo B

Lunes 1 de Enero de 2018: Solemnidad de Santa María, Madre de Dios

Martes 2: Memoria de los Santos Basilio Magno y Gregorio Nazianceno, obispos y doctores de la Iglesia

Miércoles 3:

Jueves 4:

Viernes 5, donde la Epifanía se celebra siempre el 6 de Enero:

Viernes 5, donde la Epifanía se celebra el Domingo posterior al 1 de Enero:

Sábado 6, donde la Epifanía se celebra siempre el 6 de Enero: Solemnidad de la Epifanía del Señor

Sábado 6, donde la Epifanía se celebra el Domingo posterior al 1 de Enero:



¿Qué prosperidad quieres para el 2018?

En mi país, y en muchos otros lugares, es muy frecuente desear “un próspero año nuevo,” cuando llegan estas fechas. Lo que pocas veces se aclara es qué tipo de prosperidad uno está deseándoles a los demás, porque es que tampoco se aclara qué clase de prosperidad desea cada cual.

De hecho, la pregunta es suficientemente extraña. Haz la prueba de enunciarla: “¿Qué prosperidad quieres para el 2018?” Notarás que la gente se queda con la mirada en blanco, y que luego añaden algunas frases como: “No sé… que todo vaya bien…” Algunos van más lejos y le dan un toque de poesía: ” Que logres tus metas… que se te cumplan tus mejores deseos…” O cosas parecidas. En cuanto a este deseo genérico, y esa clase de respuestas genéricas también, no suele haber diferencia entre cristianos practicantes o no, o incluso con los no-cristianos. Es un formalismo social que, como tantos otros, no da mucho de sí.

Pero la pregunta es bien interesante. De verdad: ¿Qué prosperidad quieres para el 2018? De aquí a un año, y con toda honestidad, ¿en qué quisieras haber “prosperado”?

Tal vez puede ser duro enfrentar algunas de esas respuestas. Tal vez nuestras prioridades dan muy alto puntaje a realidades puramente materiales, corporales y económicas mientras dejan a otras realidades–espirituales, intelectuales, culturales, y de relación social–en la penumbra de “no importa mucho si se avanza o no.”

Dicho de otro modo: aplicamos nuestro talento y fuerza a lo que nos importa mientras abandonamos a la inercia lo que nos importa menos.

¿A qué le das talento, tiempo y fuerza? ¿Y qué cosas en cambio dejas en la inercia, la penumbra o el peso de las zarzas que ahogan la buena semilla?

Son pensamientos útiles para llegar con un corazón nuevo al comienzo del 2018.

Camino del Fuego de Dios

El Espíritu Santo, Don de Dios, no puede ser recibido de otra manera si no es como regalo. Por eso nuestra actitud ha de ser la de aquellos que reconocen su pobreza radical, como creaturas y como pecadores. Desde la conciencia de tal necesidad oraremos junto a los Pobres de Yahvéh, y a ejemplo de María seremos morada de Dios por el Espíritu.

¿Cómo es al fin el tema del perdón en el Padrenuestro?

Las dos palabras claves en cuanto al perdón, en el Padrenuestro, son: “soltar” (que se suele traducir por “perdonar”) y “deudas/obstáculos” (que se suele traducir hoy por “ofensas”). El sentido general parece ser el de quitar todo obstáculo que debe o aplace la obra de Dios, es decir, su reinado y su voluntad. En ese sentido, le pedimos a Dios que deshaga todo nudo, y derribe toda barrera que nosotros hemos creado por nuestros pecados. Con respecto al prójimo, lo que ofrecemos es el primer acto del perdón, es decir, el “soltar,” el no obsesionarse por una victoria a base de venganza, el entregar todo al Señor, y así dejarlo obrar en nuestras historias malheridas.