La fina pedagogía de la Biblia sobre la corrección fraterna

(1) Amar y corregir no se oponen en la Biblia; al contrario: el que ama, corrige. (2) En la Iglesia TODOS necesitamos alguna vez una corrección. (3) La fuerza de la comunidad creyente no se puede reemplazar por nada: es vida y presencia del Señor.