“El yihadista no pudo degollarme…”

“Me ataron las manos a la espalda. Después me dijo: “Padre, estamos grabando esto para Al Yazira. ¿Quiere decir algunas palabras? Por favor, no más de un minuto”. Yo dije: “No, solo quiero rezar”. Me dejaron un minuto para rezar. Después me empujó desde el hombro hacia abajo hasta que me arrodillé, y dijo: “Tú eres clérigo, y está prohibido que tu sangre caiga al suelo porque sería un sacrilegio”. Así que fue a coger un cubo, y volvió con él para degollarme…”

Haz clic aquí!