Reflexión sobre “carne” y “carnalidad” en el Nuevo Testamento [La Comunidad en los Hechos, 19 de 20]

* ¿Qué es la carnalidad?

+ Nuestra realidad corporal es la que nos permite comunicarnos. La comunicación puede llegar a ser complicada. No hay vivir angustiados y traumados en estos temas, pero tampoco debemos ser ambiguos en nuestra comunicación.

+ Nuestra condición carnal también nos hace estar necesitados, porque experimentamos otros deseos como la comodidad, descanso, placer y otros gustos. Hay una frontera difícil de distinguir entre el placer y la necesidad.

+ El mundo de los afectos es difícil de describir. Los impulsos y gustos son complejos. Hace falta vigilancia y discernimiento. También se negocia a veces con la comodidad y saber cuál es límite adecuado tampoco es fácil de averiguar.

+ La carnalidad no es igual entre los hombres y las mujeres. Hay distinguir entre las personalidades del hombre y de la mujer.

+ Las mujeres son más perceptivas, mejor intercomunicadas (sentimiento-recuerdos-sospechas-gestos) y expansivas, holísticas (quieren hacer suyos los espacios).

+ El hombre es más determinado, abstracto (selecciona y no relaciona) y es esencialista (se concentra en lo que tiene).

+ En el caso de las religiosas (clausura) se complica la relación mutua. Cada una tiene un plan entero para llevar el monasterio. Si sobreviven es porque tienen una autoridad (madre superiora amada y querida), Santas Constituciones (tradiciones) y profundo sentimiento de igualdad (respeto mutuo y uniformidad entre todas).