Acercarse al pensamiento de Platón, 5 de 6: ¿Qué es la dialéctica en Platón?

[Curso especial ofrecido en el Convento de Santo Domingo de Bogotá, en Junio de 2015.]

Tema 5 de 6: ¿Qué es la dialéctica en Platón?

* En el estudio de las ideas hay que ir mucho más allá de las palabras, el diálogo Cratilo habla especialmente sobre esta relación. En este diálogo, Platón presenta dos teorías sobre el lenguaje: si el lenguaje depende sólo del acuerdo entre los seres humanos (esto es, la simple convención); o si las palabras tienen un vínculo necesario con las cosas. El objetivo fundamental de este texto apunta a que la discusión que permanece solamente en las palabras no avanza, no fluye.

* El conocimiento sensible no es fiable, porque es insuficiente. Por tanto se debe aspirar a un conocimiento superior, es decir, inteligible. El problema de los universales ha ocupado a muchos pensadores a lo largo de los siglos; en Platón este problema filosófico se centra en la convicción de que en las ideas, y sólo en ellas, se funda toda afirmación correcta, es decir, todo conocimiento verdadero. Platón está interesado en que el hombre comprenda que las ideas le son accesibles, o por lo menos que puede ponerse en camino hacia ellas.

* La Academia, que procuró este último objetivo, es como un laboratorio del intelecto humano en el que vemos surgir la práctica de la dialéctica, que implica un progreso en el entendimiento con la intervención de diferentes posturas e interlocutores. Y, el diálogo es la expresión del cómo se conoce, una experiencia de avanzar hacia el conocimiento. No es un avance a ciegas: es necesario destacar que dentro de las ideas se manifiesta una jerarquización, lo que significa que de una idea puede participar de otra. Cuanto más “alta” es una idea, se puede afirmar que está más cerca de la idea del ser.

* Esta formulación se extendió en la historia bajo el concepto de los llamados “trascendentales,” que representan expresiones prácticamente equivalentes con el ser, a saber: la unidad (unum), la verdad (verum), la bondad (bonum), el ser mismo (ens) y la belleza (pulchrum). Por contraste, quien se aleja o desinteresa de estos trascendentales, se aleja del ser. Esta idea es vital y protagónica en un revivir del platonismo, incluso en la era cristiana; autores relevantes con Plotino y pseudo-Dionisio, convencido de la necesidad de ascender en el ser. Sin embargo, en el neo-platonismo desaparece la figura del demiurgo y aparece como protagonista la emanación, es decir, la propuesta de que el ser emana forzosamente todo lo que existe. Esta postura está alejada de la fe cristiana, que afirma la creación del universo por parte de Dios, sin ningún tipo de obligación.

* Con esta claridad, es bueno evitar la caricaturización del pensamiento platónica, por ejemplo las siguientes imágenes:

+ Maniqueista, que presenta una dualidad en el origen de lo que existe, y propone apartarse de lo sensible suponiéndolo como intrínseca e irreparablemente malo; lo que en cambio plantea Platón es la superación de lo corporal.

+ Los dos pisos, que corre el riesgo de querer describir el mundo inteligible de forma sensible.

+ Lo ideal como irreal, de modo que el mundo platónico sería un mundo de fantasías imposibles de verificar; por el contrario, para Platón lo ideal es lo más real, a partir de las ideas es posible juzgar la realidad. Lo más real es lo menos visible.

* Ahora bien, de la teoría de las ideas existen aplicaciones consistentes con las necesidades y oportunidades de nuestro tiempo:

+ Insatisfacción: es necesario descubrir la insuficiencia del conocimiento sensible; no se puede hacer filosofía desde una postura de comodidad, suficiencia o satisfacción. En este sentido hay una conexión entre el platonismo y las bienaventuranzas.

+ Camino: es evidente que en el testimonio de la fe cristiana, tenemos certezas, pero que se transforman en camino, y que así conectan con el concepto de la dialéctica.

+ Dinamismo: que implica un impulso hacia algo más, similar a lo que la fe cristiana predica; es un llamado continuo, un anhelo, a procurar los bienes de arriba.