Mindfulness

¿Qué es mindfulness y por qué parece ser tan importante para tantas personas hoy? – M. Caicedo.

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Qué es y por qué resulta tan popular

Mindfulness o ‘conciencia plena’ — dice la Wikipedia a comienzos de Junio de 2015 — consiste en prestar atención, momento por momento, a pensamientos, emociones, sensaciones corporales y al ambiente circundante, de forma principalmente caracterizada por “aceptación” -una atención a pensamientos y emociones sin juzgar si son correctos o no-. El cerebro se enfoca en lo que es percibido a cada momento, en lugar de proceder con […] el pasado o el futuro.

Es una palabra muy frecuente hoy porque describe un ideal dentro de la meditación de tipo budista, sobre todo de una rama llamada “vipassana.” Como muchas personas tienen alto aprecio por ese tipo de meditación, es explicable que la “mindfulness” aparezca hoy en los más diversos contextos, desde el tratamiento a niños con atención dispersa hasta los esfuerzos por mejorar la productividad y las relaciones interpersonales en altas corporaciones.

¿Es un tratamiento realmente efectivo?

Al escuchar la definición uno puede pensar que es un concepto neutro, que no niega ni se opone a la religión ( o al ateísmo) sino que sencillamente mira a los procesos psicológicos básicos que todos, como seres humanos, realizamos. Sin embargo, los estudios científicos más detallados no muestran que, en cuanto terapia, el esfuerzo por lograr “conciencia plena” tenga efectos más allá de lo que obtienen otras vías de tratamiento, en particular, la terapia cognitiva, que en cierto sentido tiene un enfoque opuesto, en cuanto que no se centra en el solo presente.

¿Entraña peligros esto de la llamada conciencia plena?

Como terapia la búsqueda de “conciencia plena” no ofrece mucho más que una especie de distensión o relajación, lo cual, nadie lo duda, puede ayudar a cambiar la perspectiva sobre las inquietudes y tensiones que cada persona tiene. Esto significa que allí donde requiere analizar causas y consecuencias la “conciencia plena” es notoriamente deficiente: no ayuda a descubrir verdaderas causas ni tampoco a definir propósitos específicos.

¿Es compatible con la fe cristiana?

En la medida en que se convierte en una práctica habitual de mucha gente, la aspiración a la mindfulness va erosionando la conciencia de la responsabilidad personal. Obsérvese que el énfasis en este tipo de ejercicio cerebral es aceptar, aceptar y aceptar. Pero la sola aceptación puede encadenarnos a justificaciones tácitas de lo que somos. De tanto aceptarse uno puede considerar naturales las deformaciones propias del pecado. Y de tanto aceptarse uno termina perdiendo toda urgencia real de conversión. Por supuesto, sin arrepentimiento y sin conversión no hay posibilidad de lenguaje de redención. El adormecimiento propio del budismo termina aprisionando a la persona en un ser absolutizado y en la reflexión que al final se convierte en perseguir la nada.

Nadie entonces lo dude: un poco de relajación y respirar profundo todos lo podemos necesitar, como quien toma un buen vaso de agua fresca. Pero la llamada “conciencia plena” es al final conciencia sedada, que no verá camino y que solo rechazará cortésmente a Cristo.