ESCUCHA, Pentecostés revela a la Trinidad

trinidad

* ¿Por qué era necesario Pentecostés? Los frutos que vemos en los apóstoles dan una primera respuesta:

(1) El miedo ya no los domina.

(2) Comprenden de modo nuevo y profundo las Escrituras.

(3) Dejan de competir por primeros puestos.

(4) Aprenden a compartir sus bienes y se sienten unos miembros de otros.

* Todo parte de haber recibido un inmenso bien, un regalo (khárisma). ¿Por qué es un regalo? Porque Dios es bueno, y es parte de su bondad difundir ese bien que Él mismo es.

* ¿Y por qué no llegó antes ese regalo? Porque Dios quiere darse pero sin violentar nuestra voluntad. Eso requiere una pedagogía, que es la que vemos en acción en el Espíritu Santo; pedagogía para reconocer que sí necesitamos de Dios; y luego pedagogía para ver en Cristo toda la bondad del Padre.

* Cristo es perfecto en toda perfección pero su bien quedaría externo a nosotros si simplemente le viéramos actuar. El mismo Cristo ha querido vencer la distancia:

(1) La Eucaristía es su modo de darse como alimento que nos comunica vida desde dentro.

(2) La Cruz abre un puente a través de las benditas llagas de Cristo, que revelan la gravedad del pecado y la profundidad de la misericordia.

(3) La súplica de Cristo al Padre para que nos ame como lo ha amado a Él desde toda la eternidad, es decir, súplica para que nos otorgue su Divino Espíritu.

Apostolado

Despiértales uno a uno, explicándoles -también uno a uno- que, lo mismo que tú, pueden encontrar un camino divino, sin abandonar el lugar que ocupan en la sociedad.

Empezaste con muchos bríos. Pero poco a poco te has ido achicando… Y vas a acabar metido en tu pobre caparazón, si sigues empequeñeciendo tu horizonte. -¡Cada vez has de ensanchar más tu corazón, con hambres de apostolado!: de cien almas nos interesan las cien.

Agradece al Señor la continua delicadeza, paternal y maternal, con que te trata. Tú, que siempre soñaste con grandes aventuras, te has comprometido en una empresa estupenda…, que te lleva a la santidad. Insisto: agradéceselo a Dios, con una vida de apostolado.

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