Teología Moral familiar y sexual, 01: Presupuestos

[Conferencias en el curso de Teología Moral familiar y sexual ofrecido en la Facultad de Teología de la Universidad Santo Tomás en el primer semestre de 2015.]

Tema 01: Presupuestos

2015-02-05 09.42.36

* El título de esta materia en nuestra facultad de teología ya indica una primera toma de postura. Al hablar de moral “familiar y sexual” resaltamos un vínculo que lamentablemente no es obvio en nuestro tiempo. Es importante destacar desde el principio que el ámbito de los afectos y virtudes propias de la familia es el contexto apropiado para ver la sexualidad desde una perspectiva plenamente humana.

* Como en toda área de la teología, un punto central es la pregunta epistemológica, es decir: ¿sobre qué base se construye y reconoce conocimiento nuevo en esta área de la teología? Otro modo de hacer la pregunta es: ¿Qué condiciones debe cumplir una afirmación para ser admitida como válida?

* La omisión de la cuestión epistemológica hace que con frecuencia las discusiones en temas de moral sexual o familiar queden empantanadas u oscurecidas por otras consideraciones de tipo cultural o completamente subjetivo. por eso hay que distinguir entre una mala epistemología y una buena.

* La mala epistemología se apoya en algún género de estructura sofística. Por ejemplo, que lo que piensa la mayoría es lo correcto; o que lo más reciente es, sólo por ello, mejor; o que el fin justifica los medios.

* Una buena epistemología, en lo que trata de moral, asume la capacidad analítica, sintética y crítica de la racionalidad humana, y a la vez, la integridad del dato revelado. Tal es el pensamiento de la Iglesia en esta materia, y en la moral en su conjunto.

* Es necesario tener en cuenta que la moral familiar y sexual es una moral “especial” y que por tanto asume, sin sentirse obligada a demostrarlos, aquellos fundamentos que son parte de la moral general.

* Ello en particular implica que en esta moral especial se experimenta también la fuerza del “Gran Dilema”: Si la moral es racional entonces no es necesaria la fe (ni la Iglesia); y si es irracional, entonces no obliga. Queda como ejercicio dar una respuesta al dilema.