Formación en las Virtudes Humanas, 4 de 4: Una vida realmente buena

[Retiro espiritual con Vírgenes Seglares, en enero de 2015.]

Tema 4 de 4: Una vida realmente buena

* Una vida realmente buena es una vida realmente bella.

* Nuestras virtudes humanas no son una meta para nosotros los creyentes, su bien consiste simplemente en quitar obstáculos para que las personas a través de nosotros de una manera transparente puedan encontrarse con el amor de Dios.

* Como servidores de Cristo Jesús nuestro aspecto tiene que ser aquel que quite posibles distracciones: ha de servir como “calzada llana.”

* Facultades del alma: inteligencia (abierta a la verdad y al ser) y voluntad (abierta al bien y al amor).

* Cada persona es única pero a la vez es cierto que solo alcanzamos a llegar a nuestra plenitud en relación con otros, por eso al mismo tiempo somos personas y somos miembros de comunidad.

* Virtudes cardinales:

– Prudencia: ejercicio de la inteligencia en el individuo que busca cual es la mejor manera de obrar.

– Justicia: aquella virtud que le da a cada uno lo suyo, ella ilumina la comunidad. Nadie puede ser suficientemente bueno si no esta mejorando el mundo.

– Fortaleza: convicción personal que tiene que ver con lo que uno emprende y con la resistencia y la capacidad de permanecer firmes ante la oposición.

– Templanza: el dominio de sí mismo frente a los placeres, en especial los mas intensos, que serán de tipo sexual. Aunque el placer es una realidad tan profundamente personal es también un instrumento impresionante de dominación.

Formación en las Virtudes Humanas, 3 de 4: Estructura de los hábitos humanos

[Retiro espiritual con Vírgenes Seglares, en enero de 2015.]

Tema 3 de 4: Estructura de los hábitos humanos

* Taxonomía: clasificación; recordatorio de que no todos los hábitos tienen la misma fuerza ni se asientan del mismo modo en la vida humana. Los hábitos nunca se encuentran por separado. Encontramos tres tipos de hábitos:

(1) Hábitos instrumentales: no hay demasiado apego, sirven para cumplir una determinada tarea.
(2) Hábitos funcionales: se convierten en parte de mi vida, tienen una implicación mayor dentro del conjunto de lo que yo soy y quiero. Es complicado cambiar estos hábitos.
(3) Hábitos terminales: me aproximan tanto al propósito de mi vida que llegan a adueñarse completamente del corazón, casi hasta suprimir la voluntad. Tienen que ser rotos de inmediato.

* Las adicciones son hábitos terminales negativos. Para romper con una adicción se necesita de la voluntad, cosa que es difícil.

* El ser humano está constantemente interactuando, por lo que se encuentran dos tipos de interacción:

(1) Interacción externa: factores que pueden afectar al sujeto, como las personas que están alrededor; puede ser positiva o negativa.

(2) Interacción interna: conjunto de todo lo que se es y se hace; es lo que constituye la vida humana.

* Todas las interacciones tienen un modo virtuoso o un modo vicioso. Usualmente, el modo virtuoso se encuentra entre dos errores: por exceso y por defecto.

* Debemos evaluar cómo sería el modo virtuoso y vicioso de interactuar con cada persona, empezando por la familia.

* La vida de Jesucristo es una vida fundada en las verdaderas virtudes.

* La belleza interior y la belleza exterior siguen el mismo camino: deben ser proporcionales.

Formación en las Virtudes Humanas, 2 de 4: Estructura de la dimensión humana

[Retiro espiritual con Vírgenes Seglares, en enero de 2015.]

Tema 2 de 4: Estructura de la dimensión humana

* El hecho de que uno tenga Fe en Dios y que uno tenga amor a Dios no quita la necesidad de cultivar la parte humana.

* Cuatro dimensiones que debe tener un sacerdote (en realidad le sirve a todo cristiano) según Juan Pablo II:

(1) Dimensión Espiritual: oración sacramentos.

(2) Dimensión Intelectual: inteligencia, mejorar conocimientos.

(3) Dimensión Apostólica: salir de sí mismo para servir en la mesa de la palabra con la predicación y en la mesa de los sacramentos muy particularmente con la eucaristía.

(4) Dimensión Humana: la buenas costumbres que tenga la persona, su cultura, su madurez como ser humana, sus virtudes

* Virtudes: Son hábitos que construyen nuestra vida. En términos puramente humanos hay que distinguir_ prudencia, justicia, fortaleza y templanza.

* Vicios: hábitos que destruyen nuestra vida.

* Hábitos: costumbre que se ha establecido dentro de la vida de una persona. Los hábitos humanos: Están guiados fundamentalmente por la razón. Su estimulo para crear el habito esta en el bien que ha descubierto en aquello que pretende conseguir. Aunque la racionalidad humana es algo extraordinario que no tiene paralelo en el resto del mundo visible, también se puede usar para el mal. La sola razón humana puede quedar aprisionada de otra realidad: los bienes parciales que ofrece el pecado.

* Características de los hábitos: permiten obrar de un modo

(1) fácil
(2) eficiente
(3) gustoso

* Para construir un buen hábito:

(1) Recordar a menudo el bien de la meta.
(2) Aprender a disfrutar las metas parciales.
(3) Tener un plan de choque contra las dificultades (que no van a faltar).

– Para los cristianos, ademas de estos tres recursos hay otro: sé que hay un Dios que me ama y quiere lo mejor para mí, y por medio de la oración se puede ayudar a construir las virtudes y destruir los vicios.

Formación en las Virtudes Humanas, 1 de 4: Lo propiamente humano

[Retiro espiritual con Vírgenes Seglares, en enero de 2015.]

Tema 1 de 4: Lo propiamente humano

* La formación humana es el material sobre el que va a trabajar la gracia divina.

* Santo Tomas de Aquino: “La gracia supone la naturaleza.” Solo se puede llegar a nuestra santificación y a nuestra plenitud con el auxilio de la gracia de Dios. Pero la gracia divina trabaja a partir de lo que es nuestra naturaleza.

(1) Dios respeta la naturaleza (lo que cada cosa es por sí misma) de cada cosa, porque Dios mismo es el autor de cada naturaleza.

(2) La naturaleza de los seres irracionales la llamamos cerrada (confinada al instinto y al ámbito de los estímulos). La llamada “inteligencia” de los animales es la capacidad de resolver problemas (algo que demanda una acción y exige una respuesta) que provienen de estímulos (realidad física sensorial que conecta con la satisfacción de una necesidad o con la obtención de un placer). El animal queda confinado en el “para sí”.

(3) La razón del ser humano va más allá: produce preguntas. La pregunta viene del deseo de saber “qué es en sí” cada cosa, es decir, más allá de la conveniencia, la necesidad o el placer. La razón, comparada con la “inteligencia” de los animales tiene entonces diferencias: el saber racional es un saber que podemos llamar “desinteresado” porque no está resolviendo ningún problema inmediato, aunque también es posible razonar para resolver problemas. La razón está buscando en primer lugar responder a preguntas y las preguntas tienen que ver con el ser. La razón no se limita al estímulo.

(4) Cuando el ser humano empieza a preguntarse que son las cosas en sí, convierte a su naturaleza en una realidad abierta, es decir adquiere soberanía sobre su condición; esta soberanía hace que podamos modelar nuestra naturaleza. Es así como podemos mejorar nuestra naturaleza humana porque cuando el ser humano tiene capacidad de conocer qué es algo, puede apropiarse de ese algo de una manera radical. Los seres humanos somos realidades que nos podemos apropiar de nuestra propia condición.

Catequesis sobre la confianza

[Predicación para la Asociación “Jesús en ti confío” de Bucaramanga, Colombia.]

* La espiritualidad del Sagrado Corazón, en la que ciertamente se inscribe la devoción al Jesús de la Misericordia, ha invitado siempre a la confianza. ¿Cómo podemos apropiarnos ese tesoro de nuestra fe cristiana?

* Un camino es empezar por descubrir la desconfianza. Observamos que la desconfianza va asociada con la sensación de daño inminente. Es una medida de auto-protección que prepara el cuerpo y el ánimo para luchar o huir (“fight or flight,” en inglés).

* La sobre-tensión que acompaña un momento de combate es importante porque aumenta las probabilidades de evitar daños y de lograr victorias. Pero una sobre-tensión continua enferma el cuerpo y a la larga produce también daños de orden psicológico y anímico: escepticismo, distancia, egoísmo, miopía que sólo ve las ventajas o peligros inmediatos.

* Por contraste, hay tres salmos, entre varios más, que nos abren a la confianza y la expresan: 23, 91 y 131. En ellos se destaca el aspecto de descanso, de refugio, de “bajar la guardia” y saberse protegido y rodeado de bondad y ternura.

* La experiencia del rey David es fundamental aquí: menospreciado por su familia y “desterrado” para el cuidado de las ovejas, David aprende tres cosas fundamentales, que son una escuela de confianza:

(1) Admirar las obras de Dios: contemplación.
(2) No concentrarse en lo que le falta sino apreciar lo que tiene: gratitud.
(3) Llevar buena cuenta de las bendiciones como escalones por los que asciende la fe: memoria.

Audacia del amor

¿Has visto? -¡Con El, has podido! ¿De qué te asombras? -Convéncete: no tienes de qué maravillarte. Confiando en Dios -¡confiando de veras!-, las cosas resultan fáciles. Y, además, se sobrepasa siempre el límite de lo imaginado.

¿Quieres vivir la audacia santa, para conseguir que Dios actúe a través de ti? -Recurre a María, y Ella te acompañará por el camino de la humildad, de modo que, ante los imposibles para la mente humana, sepas responder con un «fiat!» -¡hágase!, que una la tierra al Cielo.

Más pensamientos de San Josemaría.

El suicidio de un psiquiatra

“En definitiva, aunque el aborto y el suicidio pretendan reivindicarse como una conquista de la libertad, en realidad, no son sino la ‘pinza’ macabra de la desesperanza; un signo de la decadencia moral de occidente…”

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