Vida Religiosa Renovada, 04 de 12, Misericordia

[Retiro espiritual con las Hermanas Dominicas de la Inmaculada, de la Provincia de Santa Rosa, en el Perú. Octubre de 2014.]

Tema 4 de 12: Misericordia

* Si el arrepentimiento es la disposición nuestra para acoger el don del perdón, la misericordia es la disposición perpetua de Dios para perdonar.

* Etimológicamente misericordia viene de “miserus” y de “cor,” dos palabras latinas que indican: tomar la necesidad de otro y llevarla al propio corazón. La misericordia, por consiguiente, siempre nos afecta: siempre perturba algo en mí para construir un bien nuevo y mejor.

* La perspectiva bíblica sitúa la misericordia en el conjunto de otras realidades como el arrepentimiento, la humildad y la conversión. por ejemplo, en la parábola del hijo pródigo, hay que notar que la casa no salió detrás del joven frívolo.

* Del Buen Pastor aprendemos que experimentará más pronto y mayor misericordia quien mejor conozca la voz de Cristo, sobre todo en estos tiempos en que tantos quieren suplantarle y suplantar su mensaje.

* Por último, en cuanto al enfoque bíblico: toda catequesis cristiana sobre la misericordia ha de mostrar como culmen la Cruz de Cristo.

* En contraste, tengamos claro que hoy se difunden numerosos sucedáneos de la misericordia, entre los que destaca por su perniciosa penetración, la idea de que ser misericordioso es acoger a las personas en su condición de pecadoras para dejarlas en su pecado. La verdadera misericordia nos acoge como somos pero para que lleguemos a ser lo que estamos llamados a ser.

Vida Religiosa Renovada, 03 de 12, Arrepentimiento

[Retiro espiritual con las Hermanas Dominicas de la Inmaculada, de la Provincia de Santa Rosa, en el Perú. Octubre de 2014.]

Tema 3 de 12: Arrepentimiento

* “Al que mucho se le perdona, mucho ama,” dice Cristo. El arrepentimiento sin duda es un modo muy adecuado de salir al encuentro del amor divino.

* Pero hay falsas imágenes del arrepentimiento. Se le ve en ocasiones como sinónimo de fracaso, dejando sugerido de que sólo los perdedores tienen de qué arrepentirse. O en el otro extremo, hay personas que se paralizan en un complejo de autoacusación. O a veces el arrepentimiento se reduce a una formalidad y a cosas mínimas y externas, mientras en el fondo seguimos lastimando el amor a Dios y al prójimo.

* Tres disculpas muy frecuentes para NO arrepentirnos son: la delegación de responsabilidad, el cinismo y la desesperación. Sólo evitándolas va uno en ruta de lo que la Biblia entiende por arrepentimiento y conversión.

* El camino bíblico nos habla de conocimiento de uno mismo, retorno a la casa paterna y sobre todo: experiencia de providencia y de gracia.

¿Es contrario a la Biblia llamar padres a los sacerdotes?

“Continuando con la serie de conversaciones entre amigos sobre temas de apologética, les comparto un nuevo diálogo ficticio tomada del libro “Conversaciones con mis amigos evangélicos” (capítulo 23) en donde se analiza la objeción frecuente que hacen nuestros hermanos evangélicos respecto a si es lícito llamar al sacerdote “padre”. En esta ocasión, los argumentos los he tomado de algunas Webs de apologética protestante. Los nombres de quien participan no son reales…”

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La purificación del corazón

Un artículo que leí me hizo reflexionar. Particularmente en mi caso: Que puedo/debo hacer para limpiar mi corazón?? Que gracias le debo pedir al Espiritu Santo para mi? Le agradezco mucho su tiempo para responderme, Padre. -G.L.

* * *

La purificación del corazón no es algo instantáneo. Y es muy bueno que no lo sea porque a menudo pasa que lo que se recibe en un instante y sin esfuerzo, también lo perdemos, y sin preocupación, en cualquier otro instante.

El camino es claro: mejorar nuestras costumbres, vigilar nuestros sentidos, no dejar la oración para tiempos separados sino hacerla compañera de nuestro día a día, con humildad y con deseo de amar a Dios y servirlo. Esta clase de consejos no son para los que YA son piadosos sino para todos los que reconocemos nuestra necesidad.

Establece, hermano, un ritmo diario, y otro ritmo semanal, y otro ritmo anual de tu vida espiritual: es decir, cuáles son las prácticas de oración y de devoción que te van a acompañar con frecuencia diaria, o semanal o anual. Mira esos propósitos no como una cárcel sino como lo que te libera de repetir cadenas y recaer en cosas que te confunden y avergüenzan.

Sobre todo, una cosa: ten certeza de que Cristo ha estado aguardando con amor que des los pasos que vas a dar, y por lo tanto, Él mismo va a cumplir lo que anunció: “Yo estaré con vosotros todos los días hasta el fin del mundo.”