Libres de la idolatría

[Encuentro con la Comunidad Hispana en Austin, TX.]

* Tres diferencias fundamentales entre los ídolos y el Dios verdadero.

(1) El ídolo se alimenta de ti; el Dios verdadero te alimenta.

(2) El ídolo marca la religión con el signo de la transacción, al compra, el negocio; el Dios verdadero marca la religión con la señal indeleble de la misericordia.

(3) El ídolo promete una abundancia falsa, que se ofrece particularmente a través de la vista (de ahí la palabra “ídolo” que viene del verbo “eidon,” que significa ver; el Dios verdadero conduce por el camino de la obediencia pero también de la más preciosa y real providencia.

¿Qué une verdaderamente a las parejas, y qué las separa?

[Encuentro con la Comunidad Hispana en la Parroquia de San Antonio María Claret, en Kyle, TX.]

* ¿Qué une a las parejas, y qué las separa? Solemos dar respuestas vagas o francamente erróneas. Por ejemplo, decir que la razón para separarse es que “somos incompatibles” o que “tú ves todo como mujer y yo todo lo veo como hombre,” es insuficiente porque no explica por qué la atracción se da precisamente a través de la diferencia. Y si se dice que “otra persona” separó a la pareja, la experiencia muestra que antes de que esa persona llegara ya había otros factores que distanciaban.

* En cuanto a lo que une, es ingenuo decir que estamos unidos “porque nos amamos,” pues ya ese modo de hablar prepara la frase “…y cuando se acabe el amor (que aquí vale prácticamente a gusto) nos separaremos.” Tampoco basta una vida sexual intensa porque de hecho, de lo primero que causa saturación o despierta rutina es la intimidad, si no hay otros factores, que son los que principalmente nos interesan.

* Tres son estos factores:

(1) Nunca dejen de ser amigos. Sepan “estar ahí” cuando surge una dificultad, especialmente, una de aquellas que nos derrumban hasta hacernos dudar de nuestro propio valer.

(2) Tener conciencia compartida de que están construyendo un proyecto juntos, y que ese proyecto único se llama “hogar.”

(3) Conversar: compartir mucho tiempo juntos, con vivo interés por saber del otro.

* Nadie mejor que Cristo nos orienta en esta dirección del compartir y la mutua donación.

Parejas renovadas en Cristo, 2 de 2, Conocer al hombre y conocer a la mujer

[Encuentro con parejas organizado por la Fundación MOCE. Octubre de 2014.]

Tema 2 de 2: Conocer al hombre y conocer a la mujer

* Todo corazón humano es peregrino de algunas búsquedas fundamentales: la verdad, la bondad, la belleza y la unidad. Son búsquedas porque son realidades que queremos cerca nuestro. Nadie quiere que le mientan, ni que le hagan daño; no queremos lo desagradable ni entrar en contradicción que nos debilite.

* ¿Hay búsquedas específicas del corazón del varón? Sí las hay. Hay diferencias entre el cerebro masculino y el femenino.

(1) El cerebro masculino conecta con mayor abundancia el lóbulo frontal (razonamiento) y el occipital (visión). esto predispone al varón a centrarse en metas y buscar los medios para conseguirlas.

(2) El cerebro femenino conecta con mayor fuerza los dos hemisferios, izquierdo y derecho, de modo que, en general la experiencia vital de la mujer es mucho más integral, entre lo sensible, lo emocional, social, intelectual.

* El varón se fija metas y se concentra en ellas, pero sus posibilidades y fuerzas no son infinitas. La distancia hasta llegar le impacienta y desanima. Por ello, en expresión bíblica necesita una “ayuda adecuada” en la mujer, en la que busca particularmente apoyo, descanso y alegría.

* Cristo bendice el corazón del varón haciéndolo más compasivo y sacándolo de su tendencia a utilizar personas y recursos para sus fines.

* Cristo bendice el corazón femenino recordándole su dignidad irrenunciable de persona humana, y mostrándole que no puede pagar cualquier precio por cumplir su deseo de acompañar y estar acompañada.

*La pareja ha de descubrir en cristo su fortaleza y su mejor aliado.

Parejas renovadas en Cristo, 1 de 2, ¿Sobre qué bases construyes tu hogar?

[Encuentro con parejas organizado por la Fundación MOCE. Octubre de 2014.]

Tema 1 de 2: ¿Sobre qué bases construyes tu hogar?

* El estrepitoso derrumbe y luego demolición de unas torres hermosas, pero mal construidas, nos obliga a pensar en los materiales y las bases que suelen llevar las parejas al comenzar un nuevo hogar. Solemos preocuparnos mucho de las apariencias pero la realidad termina imponiéndose, y lo que no tiene base cae al final.

* Los tres principales errores de fachada y de apariencia son:

(1) Muchas parejas se preparan, no para una vida, sino para momentos; típicamente los momentos que son idealizados en las publicaciones que miran al mercado de las bodas y planes de luna de miel.

(2) El individualismo: cada uno piensa demasiado en sus derechos y en todo lo que no quiere dejar de su soltería. El que quiere ser casado y soltero a la vez, termina no siendo ni lo uno ni lo otro, sino separado.

(3) Dios no va en primer lugar. Es sólo una prioridad cuando hay crisis.

Necesitamos renovar nuestra mente para renovar nuestro corazón y nuestra vida.

Invitación a dar más y mejor

¿No sientes unas ganas locas de hacer más completa, más “irremediable” tu entrega?

¡Qué ridícula actitud la de los pobrecitos hombres, cuando negamos una y otra vez pequeñeces al Señor! Pasa el tiempo, las cosas se van viendo con su verdadero relieve,… y nacen la vergüenza y el dolor.

«Aure audietis, et non intelligetis: et videntes videbitis, et non perspicietis». Palabras claras del Espíritu Santo: oyen con sus propios oídos, y no entienden; miran con sus ojos, pero no perciben. ¿Por qué te inquietas si algunos, “viendo” el apostolado y conociendo su grandeza, no se entregan? Reza tranquilo, y persevera en tu camino: si ésos no se lanzan, ¡otros vendrán!

La Virgen Santa María, Maestra de entrega sin límites. -¿Te acuerdas?: con alabanza dirigida a Ella, afirma Jesucristo: “¡el que cumple la Voluntad de mi Padre, ése -ésa- es mi madre!…” Pídele a esta Madre buena que en tu alma cobre fuerza -fuerza de amor y de liberación- su respuesta de generosidad ejemplar: «ecce ancilla Domini!» -he aquí la esclava del Señor.

Más pensamientos de San Josemaría.