#BendicionesSencillas

BENDICIONES y ORACIONES muy sencillas

Para aprender a orar, habituarse a elevar el pensamiento hacia Dios, impregnar del Espíritu Santo nuestra vida, y dar sentido y fuerza a todo cuanto hacemos.

Empezar el día

  • Te damos gracias, Señor, porque nos has concedido llegar al nuevo día, signo de la resurrección de Cristo.
  • Bendito seas, Padre del Cielo, porque este día es una nueva oportunidad para enmendarme, servirte y alabarte.
  • Señor: millones y millones de difuntos quisieran tener lo que yo tengo: un día para corregirme y crecer en tu amor.
  • Bendigo con tu bendición, Padre del Cielo, a cada persona que he de tratar en este día; cumple en todos tu voluntad.
  • Te bendigo, Padre, por este día, que nunca existió jamás y que nunca ha de volver; ayúdame a vivirlo contigo.

Espíritu Santo

  • Padre del Cielo, atiende el clamor de tu Hijo Unigénito y envía pronto y en abundancia el don del Espíritu Santo.
  • Por la dolorosa Pasión de Cristo, te suplico, Espíritu Santo: cuida el pueblo recuperado a tan alto precio.
  • Espíritu Santo: danos arrepentimiento y sincera conversión junto con la certeza de tu gracia y tu misericordia.
  • Abre nuestro corazón a tus inspiraciones y nuestra vida entera a la fuerza de tus dones y carismas, Espíritu de Dios.
  • Espíritu Santo: Tú que transformas el pan en Cuerpo de Cristo, transforma mi humilde siembra en cosecha grata a Dios.
  • Espíritu de Amor: ¡Ven! Sólo con tu luz y sólo con tu amor podré vivir como verdadero hijo del Dios Altísimo.
  • Espíritu Santo, que transformas el vino en Sangre de Cristo, revélame el valor del dolor cuando se asocia a su pasión.
  • Tú que con tu unción transformaste a la Virgen María en santuario de gracia, dame amor y constancia en la oración.
  • Espíritu Santo, dame suficiente comprensión de los misterios de Dios para entregar todo mi ser a sus sabios designios.
  • Don sobre todo don, Espíritu Santo, concédeme amar a Dios sobre todas las cosas, y a mi prójimo como a mí mismo.

Virgen María

  • Con las palabras que Dios escogió para saludarte, elevo mi pensamiento hacia ti, Virgen llena de gracia.
  • Con las palabras de Isabel, te repito, María: Bienaventurada eres porque has creído lo que te ha dicho el Señor.
  • Tú, María, eres bendita entre las mujeres: única que ha escuchado del Dios hecho hombre la palabra “Mamá.”
  • No sabe uno qué admirar más: si la abundancia de lo que recibiste o la inmensidad de lo que diste al mundo, María.
  • María: ningún auxilio o don te faltó para la misión única que Dios te encomendó al darte su Hijo.
  • Gracias, María, Virgen Bella, por revelar en dónde está la verdadera hermosura.
  • El recogimiento de tu corazón es el secreto de la sabiduría de tu palabra, bendita Virgen de Dios.
  • ¿Cómo no agradecerte, María, el SÍ de la Anunciación? ¿Pero entonces qué palabra usar para tu SÍ ante la Cruz?
  • María: Tu mirada, tu pureza, tu bondad… todo es derrota para el demonio; todo en ti proclama la victoria de Dios.
  • María, hoy quiero unirme a la Iglesia en oración porque tu plegaria anticipa y apresura la llegada del Espíritu Santo.

Jesucristo

  • Por el día bendito de tu gloriosa Encarnación, en que se decretó la salvación del mundo, gracias, Jesús.
  • Por la humildad y despojo que marcaron tu vida entera, ya desde tu nacimiento, gracias, Jesús.
  • Por el ocultamiento y la obediencia que sellaron los misterios de tu infancia, gracias, Jesús.
  • Por acoger para bien nuestro el Don del Espíritu, que te ungió el día de tu bautismo, gracias, Jesús.
  • Por tu limpia victoria sobre el demonio, sus tentaciones y sus trampas, gracias, Jesús.
  • Por cada uno de tus milagros, señales de tu infinita misericordia, y de la llegada del Reino de Dios, gracias, Jesús.
  • Por la elocuencia incomparable de tus palabras, que a todos llegan y a todos iluminan, gracias, Jesús.
  • Por haber acogido con dulzura a los pecadores y sobre todo: por regalarnos la gracia de la conversión, gracias, Jesús.
  • Por tu paciencia cargada de amor y sabiduría, en las horas oscuras de la Dolorosa Pasión, gracias, Jesús.
  • Por cada gota de tu preciosísima Sangre, derramada con tanto fuego de Amor, gracias, Jesús.
  • Por haber soportado el dolor de ver sufrir a tu Santísima Madre, y ello por nuestra salvación, gracias, Jesús.
  • Por el esplendor incontaminado e invencible de tu resurrección gloriosa, gracias, Jesús.
  • Por la Promesa bendita del Espíritu Santo, que cumpliste con creces el día de Pentecostés, gracias, Jesús.
  • Porque te has ido a prepararnos un lugar, junto a ti y junto al Padre, para toda la eternidad, gracias, Jesús.
  • Por el día mil veces bendito de tu retorno glorioso, desde ya te aclamamos: ¡Gracias, Jesús!

Alimentos

  • Te bendecimos, Señor, por estos alimentos y te pedimos que nos hagas sensibles a las necesidades de nuestros hermanos.
  • Bendice, Señor, estos alimentos, y ascienda a ti nuestra gratitud, junto con el deseo de servirte cada vez mejor.
  • Bendice, Señor, los alimentos que tu generosidad nos concede, y admítenos misericordioso a la mesa de tu Reino.
  • Bendice, Señor, nuestros alimentos para que perseveremos en tu santo servicio.
  • Señor, Tú que revelaste en la Cena tu amor a los discípulos, descúbrenos el misterio del pan que compartimos.

Terminar el día

  • Señor: gracias por quienes hoy cruzaron mi camino: todos enseñan algo sobre lo que debo hacer o lo que debo evitar.
  • Te bendigo, Padre Dios, por el trabajo realizado, y entrego a tu misericordia lo que ha podido y debido ser mejor.
  • Es misericordia tuya, Señor, llegar por fin a descansar; pero fue también tu misericordia poder cansarse trabajando.
  • ¡Cuántas de tus obras, Señor, tuvieron a la noche por único testigo! Entre todas brilla la gloriosa Resurrección.
  • Señor, concédeme aceptar los momentos de oscuridad y saber que también de noche crecen las semillas de tu gracia.

[Serie primero publicada en mi cuenta de Twitter.]