“No lo veo, luego no existe”

“En muchas ocasiones creemos en cosas que no vemos, y creemos porque comprobamos sus efectos. Si oyes a un pajarillo que canta en la espesura, ¿pensarás que canta el matorral? No es serio decir: no lo veo, luego no existe. No ves el pajarillo, pero lo oyes. No ves el alma, pero hay muchas razones que hacen suponer la existencia del alma. No ves la electricidad, pero ves sus consecuencias. No ves el calor, pero lo sientes. No ves las bacterias ni los virus, pero notas sus efectos…”

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