Acercarse a la Biblia, 2 de 6, Las Claves

[Retiro con las Vírgenes Seglares Dominicas, en Julio de 2014.]

Tema 2 de 6: Las claves

* ¿Qué se puede hacer, ahora que el hombre se ha apartado de Dios? Tal es el tema central de la Biblia. No se puede leerla con provecho si uno no hace propia esta pregunta. Esta apropiación debe causarle a uno impacto, asombro, que prepara la admiración por el tamaño de la solución que Dios ha provisto. PRIMERA CLAVE: Recuperar el asombro frente a la magnitud de problema que es el pecado.

* Si uno NO se ha sentido espantado por el drama del pecado, no podrá tampoco apreciar cuánta sabiduría y bondad ha supuesto encontrar una respuesta a ese drama. Una buena a esto se encuentra en los capítulos 1, 2 y 3 de la Carta a los Romanos, sobre todo para ver que el pecado uno lo descubre a partir de las consecuencias que trae.

* El cinismo genera “alergia” hacia la Biblia. El cínico intenta, con cierto éxito, acostumbrar su vida al pecado, por ejemplo declarando su “orgullo” por lo que es. Para una persona así, la Biblia es sólo una colección anticuada e irracional de prohibiciones.

* SEGUNDA CLAVE: Admirar el proceso de dispensación de la gracia, es decir, lo que en griego llaman “oikonomía.” La salvación no llega al margen de la voluntad humana sino que se ntreteje en la historia real de los pueblos y las personas.

* La percepción de las muchas etapas que ha vivido el pueblo de Dios es un antídoto contra la tendencia de aplicar nuestros estándares de vida civilizada en sociedad a los tiempos de tanta precariedad y violencia en que se dan sobre todo los primeros pasos de la revelación. Una cosa es el tratamiento que uno puede dar a un enemigo cuando tiene todo un aparato judicial, legislativo y policivo, y otra cosa es no contar más que con la propia fuerza y astucia.

* La salvación, pues, es toda una historia marcada por muchas personas, imperios, culturas y modos. En ese contexto se han dejado ver los caminos del amor providente de Dios, conectando unos libros de la Biblia con otros; ellos son los que al final nos permiten ver en qué sentido Cristo es culminación y plenitud de todo ese proceso.