Invitación a la docilidad

Esta es la llave para abrir la puerta y entrar en el Reino de los Cielos: “qui facit voluntatem Patris mei qui in coelis est, ipse intrabit in regnum coelorum” -el que hace la voluntad de mi Padre…, ¡ése entrará!

De que tú y yo nos portemos como Dios quiere -no lo olvides- dependen muchas cosas.

Nosotros somos piedras, sillares, que se mueven, que sienten, que tienen una libérrima voluntad. Dios mismo es el cantero que nos quita las esquinas, arreglándonos, modificándonos, según El desea, a golpe de martillo y de cincel. No queramos apartarnos, no queramos esquivar su Voluntad, porque, de cualquier modo, no podremos evitar los golpes. -Sufriremos más e inútilmente, y, en lugar de la piedra pulida y dispuesta para edificar, seremos un montón informe de grava que pisarán las gentes con desprecio.

¿Resignación?… ¿Conformidad?… No basta ¡Hay que querer la Voluntad de Dios!

Más pensamientos de San Josemaría.

Conoce las implicaciones reales de la vasectomía

“El temor a las enfermedades o a la muerte por causa de la Píldora o al DIU y sus efectos abortivos, los embarazos no planificados como resultado de métodos de barrera menos efectivos, y algunas veces la dificultad de manejar el auto control sexual hacen que muchas parejas recurran a la esterilización quirúrgica a causa de su desesperación…”

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