Sobre la pobreza voluntaria

No lo olvides: aquel tiene más que necesita menos. -No te crees necesidades.

Si eres hombre de Dios, pon en despreciar las riquezas el mismo empeño que ponen los hombres del mundo en poseerlas.

No tienes espíritu de pobreza si, puesto a escoger de modo que la elección pase inadvertida, no escoges para ti lo peor.

No amas la pobreza si no amas lo que la pobreza lleva consigo.

Más pensamientos de San Josemaría.

Sobre la expresión: Dios no es católico

Mi reciente serie de videos con “Claves sobre el Papa Francisco” ha suscitado, como era de esperar, no pocas reacciones. Hay de todo: palabras de agradecimiento y felicitación pero también, y es lo que interesa en esta oportunidad, objeciones fuertes, a menudo disparadas con rabia–cosa que lamento pero que es comprensible.

Hay una frases específica a la que quiero referirme en esta ocasión: “Dios no es católico.” Esta expresión se encuentra en la entrevista entre el Papa y Eugenio Scalfari, director del diario italiano de izquierdas, ateo confeso. El texto disponible en italiano dice así:

“E io credo in Dio. Non in un Dio cattolico, non esiste un Dio cattolico, esiste Dio. E credo in Gesù Cristo, sua incarnazione. Gesù è il mio maestro e il mio pastore, ma Dio, il Padre, Abbà, è la luce e il Creatore. Questo è il mio Essere. Le sembra che siamo molto distanti?”. Traducción: “Y yo creo en Dios. No en un Dios católico, no existe un Dios católico, existe Dios. Y creo en Jesucristo, su encarnación. Jesús es mi maestro y mi pastor, pero Dios, el Padre, Abba, es la luz y el Creador. Éste es mi Ser. ¿Le parece que estamos muy lejos?”

Un sitio web de clara orientación por la Tradición y por una postura de fuerte crítica al Concilio Vaticano II, comenta de este modo, con subrayado mío:

Pues mal que le pese al Papa, debemos decir que Dios sí es “un Dios católico”, y que La Verdad, esto es El Catolicismo, sí está muy lejos del pensamiento de Eugenio Scalfari, y de tantos otros que no creen o que están en las falsas religiones. Además, volvemos a decir, sobre el tópico de “un Dios católico”, que “sí existe”, pues Dios no es cualquier cosa, Dios no es “una energía”, Dios no es un “tejido del cual surgen las formas”, Dios no es “el Yahvé o Jehová de los judíos”, ni “el Alá de los musulmanes”, ni aquello en lo que creen los budistas. Al revés de lo dicho por Francisco, Dios sí es un Dios católico, pues DIOS ES LA SANTÍSIMA TRINIDAD: “Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo, tres personas distintas y un solo Dios verdadero” (lección tan básica del Catecismo que parece él no conoce).

Insultos aparte, se ve que la expresión es polémica y probablemente puede entenderse de más de un modo. La pregunta subyacente es esta: ¿Qué significa decir que Dios es católico? Claramente, los que comentan en el sitio “Non possumus” interpretan del siguiente modo: “Dios es católico porque lo que cree la fe católica es la verdad sobre Dios.”

Si uno sigue ese uso del lenguaje, uno tendría que decir que Cristo es católico; y que el Espíritu Santo es católico. Estoy seguro que esas frases ya suenan extrañas a oídos de muchos. En términos gramaticales la dificultad está en que el adjetivo pertenece a un tiempo en la Historia mientras que el sustantivo calificado le precede por mucho.

Esta dificultad se hace más patente cuando uno recuerda esta pregunta: ¿Tenemos nosotros la misma fe de Abraham? La Tradición ha acogido desde hace muchos siglos la propuesta de San Agustín: Abraham creía en Cristo “que habría de venir.” La fe de Abraham es, en el fondo, fe en Cristo. Pues bien, si la fe de Abraham es la misma nuestra, y si nosotros somos católicos, entonces, siguiendo el modo de hablar tradicionalista de “Non possumus” uno tendría que afirmar que Abraham era católico. Aunque haya alguna forma de entender correctamente esa expresión, uno siente que las palabras se estiran hasta su límite. Esa sensación de abuso de lenguaje proviene del hecho de que la Iglesia Católica como tal, aunque hunde sus raíces en la fe de los patriarcas, no queda propiamente constituida antes de Pascua y de Pentecostés.

Así que uno puede decir que Abraham era católico, y uno puede entender que “Dios es católico” exactamente en el sentido explicado: lo que cree nuestra fe corresponde a lo que Dios, el único Dios, es.

Pero todo esto es un ejercicio de estiramiento del lenguaje. Debe haber otro modo mejor de expresar las cosas.

Intentemos la frase “Dios no es católico.” Vamos a entenderla entonces de esta manera: Dios precede y excede cuanto podemos decir o saber de él todos, y esto incluye a los católicos. Antes de la creación del primer hombre, o del primer átomo, Dios es Dios, pero decir que en ese tiempo, o incluso: antes del tiempo Dios ya era católico es simplemente excesivo.

Y hay otro punto. Por lo menos desde la época de San Justino, filósofo y mártir, la Iglesia ha reconocido el valor de las “Semillas del Verbo,” presentes en multitud de culturas, incluso distantes o ajenas a la fe católica. Esas semillas (semina Verbi) sólo pueden tener su origen en Dios. Ahora bien, la frase “Dios es católico” parece circunscribir el espacio del verdadero conocimiento y la verdadera acción de Dios únicamente a las fronteras de lo católico. Si yo digo que la samba es brasilera, estoy diciendo que no hay baile fuera del Brasil que merezca propiamente el nombre de samba. Si yo digo que Dios es católico estoy diciendo que fuera del ámbito católico no hay verdadero conocimiento ni verdadera acción de Dios. Eso, por supuesto, contradice por completo la expresión de Justino, claramente aprobada por el Magisterio y la Tradición.

Según he querido explicar en otros lugares, el Papa Francisco es particularmente sensible a las “periferias.” Te pido que te sitúes en el contexto de un ateo, o de un musulmán, o de un budista. Alguien que está bien instalado en su forma de vida y de creencia pero que considera posible hacer el itinerario hacia la fe católica. La expresión “Dios es católico” vendría a invalidar TODO lo que la persona ha vivido. Eso contradice a la Palabra de Dios. Resulta que aun antes de San Justino, ya San Pablo habla de los bienes presentes en el mundo pagano. Obsérvese el uso de la palabra “todo” en este pasaje:

Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo digno, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo honorable, si hay alguna virtud o algo que merece elogio, en esto mediten. Lo que también han aprendido y recibido y oído y visto en mí, esto practiquen, y el Dios de paz estará con ustedes. (Filipenses 4,8-9)

En resumen: aunque hay modos correctos de entender tanto la frase “Dios es católico” como “Dios no es católico,” es ésta segunda expresión la que se acerca más a la Biblia, la Tradición y el Magisterio, es decir, la frase usada por el Papa Francisco.

Abiertos a la trascendencia

130 A la persona humana pertenece la apertura a la trascendencia: el hombre está abierto al infinito y a todos los seres creados. Está abierto sobre todo al infinito, es decir a Dios, porque con su inteligencia y su voluntad se eleva por encima de todo lo creado y de sí mismo, se hace independiente de las criaturas, es libre frente a todas las cosas creadas y se dirige hacia la verdad y el bien absolutos. Está abierto también hacia el otro, a los demás hombres y al mundo, porque sólo en cuanto se comprende en referencia a un tú puede decir yo. Sale de sí, de la conservación egoísta de la propia vida, para entrar en una relación de diálogo y de comunión con el otro.

La persona está abierta a la totalidad del ser, al horizonte ilimitado del ser. Tiene en sí la capacidad de trascender los objetos particulares que conoce, gracias a su apertura al ser sin fronteras. El alma humana es en un cierto sentido, por su dimensión cognoscitiva, todas las cosas: « todas las cosas inmateriales gozan de una cierta infinidad, en cuanto abrazan todo, o porque se trata de la esencia de una realidad espiritual que funge de modelo y semejanza de todo, como es en el caso de Dios, o bien porque posee la semejanza de toda cosa o en acto como en los Ángeles o en potencia como en las almas ».[Sto. Tomás de Aquino, Commentum in tertium librum Sententiarum, d. 27, q. 1, a. 4: « Ex utraque autem parte res immateriales infinitatem habent quodammodo, quia sunt quodammodo omnia, sive inquantum essentia rei immaterialis est exemplar et similitudo omnium, sicut in Deo accidit, sive quia habet similitudinem omnium vel actu vel potentia, sicut accidit in Angelis et in animabus »; cf. Id., Summa theologiae, I, q. 75, a. 5: Ed. Leon. 5, 201-203.]

Este Compendio se publica íntegramente, por entregas, aquí.