La fe de Benedicto y la pobreza de Francisco, 04 de 12

[La fe del Papa Benedicto y la pobreza del Papa FranciscoRetiro Espiritual para el Monasterio de Santa María Reina, en Zamora, España. Junio de 2013.]

Tema 4 de 12: Peregrinos

* Hay una serie de temas bíblicos que se ubican muy bien en la intersección entre la fe y la espiritualidad de la pobreza evangélica, siguiendo la línea marcada por el papa Benedicto y el Papa Francisco. Esta vez nos detenemos en la imagen del PEREGRINO, empezando con la figura de Abraham.

* Primero Abraham sale de Ur de los caldeos, con su familia de origen, bajo guía de su padre Téraj, hacia Arán (o Jarán). Muerto Téraj, Dios le habla a Abraham, como tomando el lugar de su padre, y lo llama a ponerse en camino. Su fe no es un conjunto de ideas y una serie larga de frases: es un dinamismo que lo pone en marcha.

* Y lo importante no es tanto el lugar adonde lleguen sino la transformación interior que tienen. Más que llegar distante se trata de llegar distinto. No importa menos el camino, sino más.

* El camino es imagen misma de la vida. Y caminar nos recuerda nuestra radical contingencia: no tenemos el pasado, pues somos impotentes para cambiarlo; no tenemos el futuro pues somos ignorantes de lo que traerá; apenas tenemos la fugacidad del presente, que con sólo nombrarlo ya se nos escapa.

* Por eso una santa como Catalina de Siena llega a estas conclusiones saludables: “Soy nada con pecado encima.” Y también, como ella le decía a Jesús: “Tú eres el que es; yo soy la que no soy.”

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* Estos descubrimientos muestran el aspecto positivo de nuestra radical pobreza, nuestra indigencia existencial: puesto que no tenemos que ser, nuestro ser sólo puede ser gratuidad, milagro sostenido, señal de amor que permanece.

* El pasado no es sólo impotencia: es el registro de una historia de amor. El futuro no es sólo incertidumbre: es promesa de una bondad que nos rebasará ciertamente; el presente no es sólo contingencia: es oportunidad, hora de gracia, “kairós.”