Oración de un cristiano tibio

Espíritu Santo de Dios:

Sé que te necesito
porque a veces no siento que te necesito.
Pobre de mí, si no percibo la urgencia,
la sed, el anhelo infinito
de tu presencia bendita.
Dios Altísimo: que yo no sienta necesidad de ti
es grave señal de cuánta falta haces en mi vida.

Sé que te necesito
porque leo de personas santas
y no se me enciende el pecho
con ansia de darte una alegría semejante
a la que ellos te dan.
Se ve que me he vuelto de hielo,
y es evidente
que sin ti jamás valdré para el cielo.

Sé que te necesito
porque cada día las noticias
me hablan de traiciones, abortos y más muertes.
Y los ojos se me quedan secos.
¿Dónde perdí las lágrimas?
¿Por qué se acabó el dolerme el pecho?
Todo es culpa mía.
Y es señal de que sin ti
no voy a ser un milímetro mejor de lo que soy.

Sé que te necesito.
Lo sé con certeza soberana.
Lo saben mis entrañas
y me lo repite el corazón.
Sé que te necesito
con mayor prisa y en mayor proporción
de todo lo que yo pudiera enunciar.
Apiádate de mí, y ven.

Sé que te necesito.
Por piedad te suplico:
Haz que por lo menos tenga idea
de lo poco que he sido,
de lo mal que he vivido,
de lo mucho que he perdido,
y sobre todo,
que hasta el final
pueda saberte superior a mis males.

Sé que te necesito
porque tú me concedes saberlo.
Ven a vencerme,
porque ese será mi bien.
Revienta mi mundo y haz un mundo nuevo.
Renueva la faz de la tierra.
Por amor, por piedad, por favor.

Amén.

Descubrir a Cristo en tu juventud

[Reflexión compartida con un grupo de jóvenes de origen hispano, en Lafayette, LA, Estados Unidos. Mayo de 2013.]

* Es relativamente fácil encontrar de qué quejarse cuando se trata de los jóvenes. Violencia, superficialidad, facilismo, son algunas de las críticas que se les hacen. Pero el ejercicio de culpabilizar es estéril, y a menudo se vuelve contra la generación precedente. Uno ve que de las mutuas acusaciones no saldrá nada útil.

* De hecho, no es difícil encontrar raíces profundas para esa agresividad expresa o implícita de tantos jóvenes:

(1) Vivimos en un mundo que miente sistemáticamente. La publicidad presenta el uso de tal producto como la causa inmediata e instantánea de compañía atención o felicidad. Pero nada de eso llega.

(2) Desbordamiento de información. La voluntad queda desbordada por una multitud de propuestas, y es triste ver que detrás de muchas de esas voces hay solamente intereses y lucro.

(3) Culto al instante y al multi-tasking (multi-tarea: hacer muchas cosas al tiempo). Eso implica que lo que no responda al ciclo corto de deseo y satisfacción es descartado, no reparado. En la práctica tal tendencia engendra seres humanos solos que desechan y son desechados ágilmente.

* Este diagnóstico no debe quedarse con la última palabra. En concreto, quien ha encontrado a Jesucristo ha encontrado un modo de relación señalado por las coordenadas de la verdad, la sanación y un camino con propósito.

El Camino del Discipulado, 3 de 3

[Retiro Espiritual con un Grupo de Servidores de la Comunidad Hispana en Lafayete, Louisiana, EEUU, en Mayo de 2013.]

* Continuamos sobre el CRECIMIENTO como una de las etapas básicas del discipulado.

* Además de la mistagogía y la catequesis, la vida cristiana crece a través del ejercicio de la virtud. La palabra griega “askesis” significa ejercicio, y de ahí viene nuestro término “ascesis.”

* Es importante notar el papel que la vida en comunidad tiene dentro de este proceso de crecimiento. Cristo eligió discípulos muy distintos entre sí; de muy diversa procedencia geográfica y cultural; también con ideas incluso divergentes sobre lo que podría ser el Reino de Dios. Desde zelotas (extrema izquierda) como Simón el Zelota y Judas Iscariote, hasta colaboracionistas, (extrema derecha) como Mateo, Jesús llamó gente que no podía tener en común otra cosa sino al mismo Cristo y su Evangelio. El ejercicio de encaminarse hacia la unidad, soportándose, y además venciendo esa tendencia a querer ser el primero, tuvo que ser altamente formativa para todos.

* La MADUREZ viene con la Cruz. No es que uno busque el dolor para encontrar a Cristo sino que el dolor que llega por seguir con fidelidad y generosidad a Cristo es la indicación principal sobre cuál es la cruz que va a ser fecunda en la vida de uno.

* La Cruz es indispensable para llegar a la verdad de lo que uno es, de lo que uno ama y de lo que uno cree. por algo Cristo dijo: Si alguien quiere venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, tome su cruz y me siga (Mateo 16,24).

* Finalmente, madurados por la Cruz, que equivale a: habiendo sido molidos nuestros deseos y sueños en el altar del dolor que ama hasta el fondo, estamos listos para recibir el rocío y a la vez fuego del Espíritu. Así es como se llega a la DONACIÓN total.

El Camino del Discipulado, 2 de 3

[Retiro Espiritual con un Grupo de Servidores de la Comunidad Hispana en Lafayete, Louisiana, EEUU, en Mayo de 2013.]

* Continuamos con las etapas del discipulado. Hablaremos del CRECIMIENTO.

* Hay tres cosas que nos hacen crecer: mistagogía, catequesis y ascesis.

* Originalmente, la mistagogía es el camino que ayuda a reconocer los “misterios,” y con esta palabra los primeros cristianos aludían al mundo rico y profundo de las celebraciones litúrgicas, y muy especialmente los sacramentos. Avanzar en la mistagogía es reconocer esa riqueza de sentido y alimentar en ella nuestra vida.

* De ahí viene un segundo sentido, derivado, de mistagogía: corresponde a lo que varias veces nos pide Cristo en el Evangelio: aprender a leer los signos de los tiempos. Crecer como discípulos no es simplemente celebrar con respeto y devoción la liturgia, es hacer de nuestra vida una ofrenda, y esto implica ofrecer lo que somos, lo que vivimos, lo que padecemos, entendiendo que nuestra existencia está precedida por el amor providente de Señor que cuando cierra un camino es sólo para mostrarnos otro.

* La catequesis tiene varias dimensiones. (1) Implica la familiaridad con la Biblia, hasta hacer de ella la casa espiritual en que uno vive. (2) Implica claridad de conceptos, es decir, tener muy firmes las verdades de nuestra fe. (3) Implica reconocer cuáles son las cuestiones más duras, los desafíos actuales para vivir y predicar nuestra fe.

* En síntesis: la catequesis no es un adornos ni es cosa que uno pueda dejar cómodamente en el pasado: es la herramienta fundamental para abordar de manera inteligente y fructuosa los retos del mundo presente.

El Camino del Discipulado, 1 de 3

[Retiro Espiritual con un Grupo de Servidores de la Comunidad Hispana en Lafayete, Louisiana, EEUU, en Mayo de 2013.]

* Pentecostés nunca está lejos. lo sabemos porque Cristo ha prometido: “Pues si vosotros siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?” (Lucas 11,13).

* La dinámica del discipulado. Dos verbos destacan como propios de los discípulos, en los cuatro evangelios: aprender y colaborar. Discípulo es el que aprende, por supuesto, pero Cristo no quiere una simple acumulación de conocimiento, porque el tema de aprendizaje es el Reino de Dios, y Dios no llega a reinar solamente con lo que sabe nuestra cabeza sino sobre todo con lo que practicamos y vivimos. Por eso la importancia del “laborar.” Pero no laboramos solos; Él está cono nosotros, y nosotros co-laboramos.

* Sobre esa base se establecen las etapas del discipulado, que pueden condensarse en cuatro: comienzo, crecimiento, madurez y donación.

* El COMIENZO supone recibir a Cristo por alguna de las puertas que la vida suele dejar abiertas: sanación, liberación y perdón. Lo característico de esta primera etapa es el gozo que Cristo describe en varias de sus parábolas, como por ejemplo, la del hombre que encontró un tesoro en un campo, o el comerciante que halló una perla de grandísimo valor. Esta alegría es importante porque suele suceder que quien no conoce esta clase de gozo tenga siempre espacio en su alma para otro tipo de gozo, que ya no será según Dios.

Tercera Lección sobre el martirio

Lección Tercera

La legislación persecutoria

Duración de las persecuciones y evolución de la situación jurídica

Entre el año 64, fecha de la primera matanza de cristianos ordenada por Nerón, y el 313, cuando se da finalmente el edicto de paz, los fieles cristianos vivieron en una atmósfera jurídica hostil tanto a la libertad de sus creencias como a la seguridad de sus personas y bienes.

No son, pues, como suele decirse, tres siglos de persecución, sino dos y medio, más exactamente, doscientos cuarenta y nueve años. En ese largo transcurso de tiempo se sucedieron a la cabeza del Imperio Romano emperadores de muy diverso espíritu y condición. No fue un tiempo de ininterrumpida persecución. Hubo calmas en la tempestad, y horas de tregua en la guerra.

Tratando de hacer estadística, que no es fácil en esto, parece que se puede afirmar que la Iglesia sufrió persecución 6 años en el siglo I, 86 en el II, 24 en el III, y 13 en el siglo IV. Por tanto, fue perseguida durante 129 años, y gozó de relativa paz durante 120: 28 en el I, 15 en el II, 76 en el III.

Apenas es posible hacer sobre este tema afirmaciones exactas, pues en un mismo tiempo la situación de la Iglesia pudo ser muy distinta en unos y otros lugares del Imperio; pero sí puede decirse en términos generales que desde Nerón a Constantino pasa la Iglesia tantos años de persecución como de precaria paz.

En los dos primeros siglos los cristianos, al menos teóricamente, viven siempre en estado de proscripción continua. En el siglo III la suerte de los cristianos depende del capricho de los sucesivos emperadores. Y al comienzo de la cuarta centuria la persecución es al principio general, y después local, según las provincias.

Consideraremos, pues, las cambiantes situaciones jurídicas del cristianismo en tres fases: primera, los 36 últimos años del siglo I y todo el II; segunda, el siglo III; tercera, los doce primeros años del siglo IV.

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El Poema del Hombre-Dios de Maria Valtorta

Padre, La PAZ esté con Ud. Quería preguntarle si de casualidad, sabe algo de la obra: “El Evangelio como me ha sido revelado-El Hombre-Dios” de María Valtorta. Disculpe quería pedir su opinión, es que a mí me ha hecho, llorar, reir, sentir serenidad de DIOS… PD esa obra de Valtorta tiene detalles que no pueden estar en la biblia. Se que ud tiene muchos conocimientos y segurísimo lo conoce pero para mí es como estar sabiendo todo todo sobre Jesús … — J.O.

* * *

Precisamente el dar tantos detalles que no están en la Biblia es el punto débil de esa obra. Son cosas que no se saben, no se pueden demostrar, y que difícilmente se pueden rebatir, tampoco. El único valor que se les podría dar es el de elaboraciones más o menos razonables y verosímiles de la imaginación de una persona.

Pero aquí viene lo grave: María Valtorta (italiana, 1897-1961) quiso presentarse como “secretaria” de Jesús y de María, y utilizó el nombre, tan solemne y grave en nuestra Iglesia de “revelación” para referirse a sus escritos. Esa clase de lenguaje induce a error porque en la mente de muchos, quizás en la tuya propia, hace creer que tiene el mismo nivel lo que dicen los Evangelios y lo que esta señora italiana escribe.

La Iglesia ha rechazado expresamente los escritos de Valtorta: El 16 de diciembre de 1959, la Congregación del Santo Oficio ordenó que “El Poema del Hombre-Dios” fuera puesto en el Índice de Libros Prohibidos. El Papa Juan XXIII aprobó el decreto y ordenó que se publicará la condena. Después, el decreto fue promulgado por el Santo Oficio, el 5 de enero de 1960. El periódico del Vaticano “L’Osservatore Romano”, publicó el día siguiente un artículo que resume las investigaciones del Santo Oficio. Ninguna de las obras de esta autora ha sido aprobada por la Iglesia.

Enseñanza: no por el hecho de que una obra pueda inspirarnos ciertos sentimientos de piedad y devoción es verdadera ni es recomendable.

El camino que va de la eutanasia disimulada al homicidio descarado

“El hecho es que, en la Holanda de los últimos años, y a pesar del sistema de garantías formales establecido por las autoridades, junto a una media de unos 2.300 casos anuales en los que se ha aplicado la eutanasia activa y a otros 400 de suicidio acompañado, se sabe que más de 1.000 personas han recibido anualmente la inyección letal sin su consentimiento…”

De la eutanasia al homicidio

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Familias Migrantes, 2 de 2

[Predicación a la Comunidad Hispana en Lafayette, Louisiana, EEUU, en Mayo de 2013.]

* Pasemos al examen de algunas sugerencias y consejos concretos para aquellas familias en situación de migración, sobre todo cuando las condiciones no son óptimas y las tensiones se acentúan. Son siete puntos, que tomamos de la experiencia durísima de los judíos en el tiempo de su destierro a Babilonia:

(1) No dejarse asustar por los poderes de este mundo, los cuales a menudo destilan arrogancia y toman una posición intimidatoria. Lo que ellos piensen o digan de sí mismos no cambia el hecho de que sólo Dios es Dios de todos.

(2) Las familias necesitan iniciar y cuidar sus ritmos, rituales (incluyendo las oraciones) y rutinas. Los cambios exteriores no deben interrumpir esa vida interna del núcleo familiar.

(3) Que se escuche la Palabra de Dios en el hogar. Sin ella, los hijos crecen en un universo de signos y personajes ajenos a la fe.

(4) Según la Biblia, corresponde ante todo al papá liderar en la oración: su primer lugar es indispensable porque su anatomía y fisiología le da un lugar único de relevancia en la mente infantil.

(5) Papá y Mamá tomen en serio su fe, y sean los primeros catequistas de sus hijos. Es más importante el tema de la fe que muchos otros, incluyendo asuntos de afectividad o de sexualidad, porque sobre la base de la dignidad que el mensaje de redención nos enseña ya se deduce qué vida hemos de llevar.

(6) Que no sólo resuenen las palabras sino que los hijos vean que los papás se implican en obras específicas de caridad y de evangelización.

(7) Sentido de comunidad y apoyo mutuo.

Familias Migrantes, 1 de 2

[Predicación a la Comunidad Hispana en Lafayette, Louisiana, EEUU, en Mayo de 2013.]

* ¿Qué dificultades particulares experimentan la pareja, y la familia, cuando viven procesos de movilidad humana, que a menudo implican nuevos y desafiantes contextos culturales?

* Quizás el criterio más importante para responder es: todo depende de cuáles derechos básicos queden asegurados por las condiciones en que se da el cambio. No es lo mismo “ser invitado” que “tratar de entrar.”

* El segundo criterio a tomar en cuenta es que, aunque sea el grupo familiar el que cambia de residencia, no debe presumirse que todos viven sus crisis o esperanzas al mismo tiempo. Cada persona tiene sus propias renuncias y sus pequeños o grandes avances, de modo que hay que estar atentos a esos procesos individuales y apoyar los procesos con gran paciencia, sentido de escucha y caridad.

* En particular, es típico que los varones se centren en la resolución de problemas, uno detrás de otro; mientras que las mujeres suelen tener un enfoque más comprensivo y holístico: tratando de crear y favorecer “ambientes” que sean acogedores y motivantes para todos. Es natural, y puede ser muy productivo que surjan algunas tensiones entre estas dos perspectivas.

* Si volvemos nuestra atención a la Sagrada Escritura, encontramos un dato fundamental: a menudo, Dios asocia el progreso en la fe con procesos, a veces dramáticos de movilidad humana. Llama la atención, en Génesis 12, cómo Abraham es puesto en camino. Su desarraigo de la tierra (y cultura) de su padre, va en paralelo con el progresivo arraigo a las promesas y la palabra misma de Dios.

* Otra escena importantísima en el conjunto de la historia de Israel es, por supuesto, el éxodo, que, como su nombre lo indica, habla también de un desplazamiento masivo de personas. El despojo del desierto va en paralelo con el equipamiento nuevo de una fe que madura a golpes del camino.

* En el Nuevo Testamento, baste recordar a Cristo como el gran caminante; como aquel que deja a las 99 en el redil y sale en búsqueda de la oveja perdida. De hecho, Cristo es el que no tiene dónde reclinar la cabeza, y su movilidad se identifica con la generosidad del amor que no puede permanecer impasible ante la necesidad de los muy amados.

* No debemos entonces ver a la movilidad humana necesariamente como un ataque a la fe. Más que los hechos en sí mismos, lo que importa es la manera como se leen y viven esos hechos, y sobre todo, si desde el principio se le da a Dios el lugar que le corresponde en la pareja, la familia y la comunidad como tal.