La ciencia y el origen de la vida humana

“En el tiempo en que el zigoto formado por la fecundación del óvulo por el espermatozoide inicia su paso a embrión de dos células. Las ciencias experimentales han demostrado en los últimos años que la existencia de un ser humano comienza tras el tiempo de la fecundación, cuando se ha elaborado su propia identidad genética, a partir de la herencia recibida de sus padres, y su material genético está en situación de iniciar su desarrollo…”

Ciencia y origen de la vida

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Estudio y piedad

Libros: no los compres sin aconsejarte de personas cristianas, doctas y discretas. -Podrías comprar una cosa inútil o perjudicial. ¡Cuántas veces creen llevar debajo del brazo un libro… y llevan una carga de basura!

Estudia. -Estudia con empeño. -Si has de ser sal y luz, necesitas ciencia, idoneidad. ¿O crees que por vago y comodón vas a recibir ciencia infusa?

Está bien que pongas ese empeño en el estudio, siempre que pongas el mismo empeño en adquirir la vida interior.

Educador: el empeño innegable que pones en conocer y practicar el mejor método para que tus alumnos adquieran la ciencia terrena ponlo también en conocer y practicar la ascética cristiana, que es el único método para que ellos y tú seáis mejores.

¡Cultura, cultura! -Bueno: que nadie nos gane a ambicionarla y poseerla. -Pero, la cultura es medio y no fin.
Sólo te preocupas de edificar tu cultura. -Y es preciso edificar tu alma. -Así trabajarás como debes, por Cristo: para que El reine en el mundo hace falta que haya quienes, con la vista en el cielo, se dediquen prestigiosamente a todas las actividades humanas, y, desde ellas, ejerciten calladamente -y eficazmente- un apostolado de carácter profesional.

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