Espiritualidad de la Vida Apostolica, 07 de 12

Espiritualidad de la Vida Apostólica. Retiro Espiritual con las Dominicas de la Inmaculada, en Cuenca (Ecuador).

Tema 7 de 12: Vida Común.

* La razón de nuestro convivir es que hay Uno que nos ha convocado. Por ello nuestra vida comunitaria es ante todo manifestación de su llamado y de su gracia. Es también ofrenda que implica renuncia de sí mismo, y en ese sentido, nos asocia a la ofrenda misma de Cristo al Padre.

* Al hablar de vida en comunidad hay que recordar que, ya desde nuestra biología y fisiología, tenemos diferencias los hombres y las mujeres. Como dato general, la mujer tiene mayor conectividad interna en su cerebro y por ello procesa la información “en paralelo” mientras que el hombre procesa “en serie.”

* El procesamiento paralelo tiene sus ventajas porque permite afrontar más inmediatamente la vida humana en su compleja actualidad y dinamismo; pero también trae desventajas: la confusión de planos de diálogo y de discusión con otras personas, y sobre todo, con otras mujeres, hace que los acuerdos y las interpretaciones “objetivas” resulten a menudo imposibles.

* Por ello la vida comunitaria femenina necesita de criterios y procedimientos muy claros, porque esa claridad exterior y verificable facilita sensiblemente un diálogo con referentes estables,más allá de las propuestas del mundo interior de cada una.

* Pero la verdadera salud en la vida comunitaria procede del conocimiento que cada una tenga de sí misma, y de su capacidad de reconocer el bien y la verdad en la otra hermana, más allá de gustos o disgustos, y del deseo de ser de Cristo y de mantenerse centrada en agradarle a Cristo.

Poner de moda la Verdad

Es un ejercicio interesante transportarse hacia el futuro con el pensamiento, y desde allí mirar en retrospectiva cómo podrá evaluarse este presente nuestro que, por inmediato, fácilmente nubla la mirada y aturde en su complejidad. En el año 2052, ¿habrá quien hable con interés vivo del calendario maya? Los millones y millones de abortos humanos, ¿no llegarán a pesar nunca, como vergüenza colectiva, en la conciencia de la humanidad, al modo como hoy todos reconocemos que fue una vergüenza la esclavitud?

En esa misma línea, me he preguntado muchas veces cómo será recordado el pontificado de Benedicto XVI. Cada quien tendrá sus conclusiones, pero pienso que un elemento que podría definir para la posteridad a este Papa es que se ha empeñado de corazón en poner la Verdad de moda.
Continuar leyendo “Poner de moda la Verdad”