ALTABLERO, Serie 01, Cap. 01 de 13, Que es la Biblia

“Al Tablero con Fray Nelson” es un programa institucional del Canal Católico “Cristovisión,” de Colombia para el mundo. La primera serie o “temporada” está dedicada a la Sagrada Escritura.

[Aviso Legal: Este material se publica en Youtube, con Licencia de Creative Commons, por permiso expreso del. P. Ramón Zambrano, fundador del Canal Cristovisión.]

Capítulo 01

La Biblia es ante todo TESTIMONIO. No es ni quiere ser libro de ciencia o historia; no es en primer filosofía ni literatura. De la Biblia podemos entonces conocer en primer lugar qué ha hecho Dios en la vida de muchos testigos.

Sociedad Mariologica Colombiana

“Academia de estudios marianos, fundada el 22 de septiembre de 1959 por el sacerdote alemán Richard Struve Haker, en el Santuario de Nuestra Señora de la Peña de Bogotá, con el permiso de la XIX Conferencia Episcopal Colombiana. La Revista Regina Mundi es su órgano de difusión…”

Soc. Mariologica de Colombia

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Distintos valores en el seno de una misma cultura

59. Por las razones expuestas, la Iglesia recuerda a todos que la cultura debe estar subordinada a la perfección integral de la persona humana, al bien de la comunidad y de la sociedad humana entera. Por lo cual es preciso cultivar el espíritu de tal manera que se promueva la capacidad de admiración, de intuición, de contemplación y de formarse un juicio personal, así como el poder cultivar el sentido religioso, moral y social.

Porque la cultura, por dimanar inmediatamente de la naturaleza racional y social del hombre, tiene siempre necesidad de una justa libertad para desarrollarse y de una legítima autonomía en el obrar según sus propios principios. Tiene, por tanto, derecho al respeto y goza de una cierta inviolabilidad, quedando evidentemente a salvo los derechos de la persona y de la sociedad, particular o mundial, dentro de los límites del bien común.

El sagrado Sínodo, recordando lo que enseñó el Concilio Vaticano I, declara que “existen dos órdenes de conocimiento” distintos, el de la fe y el de la razón; y que la Iglesia no prohíbe que “las artes y las disciplinas humanas gocen de sus propios principios y de su propio método…, cada una en su propio campo”, por lo cual, “reconociendo esta justa libertad”, la Iglesia afirma la autonomía legítima de la cultura humana, y especialmente la de las ciencias.

Todo esto pide también que el hombre, salvados el orden moral y la común utilidad, pueda investigar libremente la verdad y manifestar y propagar su opinión, lo mismo que practicar cualquier ocupación, y, por último, que se le informe verazmente acerca de los sucesos públicos.

A la autoridad pública compete no el determinar el carácter propio de cada cultura, sino el fomentar las condiciones y los medios para promover la vida cultural entre todos aun dentro de las minorías de alguna nación. Por ello hay que insistir sobre todo en que la cultura, apartada de su propio fin, no sea forzada a servir al poder político o económico.

[Constitución Gaudium et Spes, del Concilio Vaticano II, n. 59]