Un ensayo sobre la discriminacion

“La palabra “discriminación” tiene muchos significados. Uno es claramente negativo: tratar de modo injusto a una persona porque se rechaza alguna de sus características, como el color de la piel, el sexo o la edad. Pero también puede tener otros significados “neutros”, como el de distinguir o tratar a las personas de un modo correcto, justo, respetuoso, pero con matices diferentes y legítimos…”

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En medio de la noche

Jesús nace en medio de la noche.

Era de noche, en más de un sentido, aquella vez.

Noche de la tierra, privada de la luz del sol; noche del pecador, lejos de la claridad de la gracia; noche del egoísmo, que nos hace prisioneros de horribles mazmorras a todos; noche del miedo ante el imperio homicida que se endiosa a precio de sangre humana.

Jesús nace en medio de la noche.

Las voces de los ángeles rompen la serenidad de la campiña, y los pastores se ven rodeados de un gozo inesperado, inusitado, inexplicable. La gloria del cielo visita la tierra: una tierra ennegrecida por las huellas del mal y de la ignorancia. No le pareció mal a Dios que el esplendor angelical bañara con su luz al lodo de tantas injusticias, tantas torpezas, tantos engaños, tantas impurezas.

Jesús nace en medio de la noche.

¿Qué está “de noche” en mí? ¿Cuál es la “noche” de mi familia, de mi país, de mi generación? ¿Y en dónde y cómo va amaneciendo la gracia?

El amor de María, la diligencia de José, el resplandor de la estrella, la adoración de los pastores, el peregrinar de los magos de Oriente: Dios siempre regala señales que alivian la noche, que consuelan durante la noche, que son capaces de vencer a la noche. No critiques más a la noche, que así no la alumbras; no maldigas la noche, porque se te entra en el alma; no lamentes la noche, porque el eco de tu lamento te atrapará hasta asfixiarte. Mira, en cambio las señales de luz; bendice las señales, agradece las señales, y vence la noche.

¡Feliz Navidad 2011!

Preocupa el futuro de la libertad religiosa

“El problema es muy similar al que existe en países europeos: la creación de ‘derechos’ no basados en la ley natural, como el aborto, el ‘matrimonio’ homosexual o el supuesto ‘derecho universal’ a métodos contraceptivos abortivos, está recortando el derecho de los católicos norteamericanos a vivir su fe”.

libertad religiosa en peligro

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Educacion Catolica, 009

10. Todos estos excelentes dones se nos dan en germen, en cierne, para ser actualizados y activados con una vida y existencia sacramental. La capacidad para conocernos a nosotros mismos, para tomar la Cruz de Jesús, para ser sus discípulos, para orar en el santuario interior, para ser piedras vivas del templo único de Dios… y más, las recibimos por el Bautismo.

Toda la imagen y semejanza divina está ya dada y renovada en nuestro ser por el Bautismo. Todo lo que la educación católica puede actualizar en un bautizado ya está en el interior del mismo. Por el Bautismo somos templo de Dios, somos Aula de Dios… y somos feligreses, discípulos y monjes de Dios.

Sin el Bautismo no lo podemos ser, y sin la santa Iglesia no podemos desarrollar estos dones. Hay muchas clases de fieles, de discípulos y de monjes; pero fieles, discípulos y monjes de Dios, por Dios, con Dios y en Dios, sólo es posible en el camino católico. Quien no está en el seno de la santa Iglesia, gestándose en una Nueva Vida, no puede crecer en la vida espiritual y no puede nacer a la Resurrección. Esto no es cuestión de gustos y apreciaciones, pues es un mandato divino.

En la Iglesia primitiva se exigía el catecumenado antes del bautismo; pero la Iglesia actual, por la potestad que tienen los sucesores de san Pedro de “atar y desatar”, y en armonía con el Espíritu Santo; han decretado, por un acto de misericordia, que el Bautismo se conceda a los niños pequeños. Esto, por desgracia, produjo que el postulantado y el discipulado perdieran importancia. Pues se dejó para después su preparación y aplicación.

Es por esto que la mayoría de bautizados no han buscado actualizar el estado de discípulos, y se han perdido de lo esencial de la educación católica; quedando sólo con una instrucción limitada, opacada por lo mundano.

[Texto original de Juan de Jesús y María.]