X-H. La vocación del predicador

361. Cuando recibía palabras tuyas, las devoraba; tu palabra era mi gozo y mi alegría íntima; yo llevaba tu nombre, Señor, Dios de los ejércitos. (Jer 15,16)

362. La palabra del Señor se me volvió escarnió y burla constantes, y me dije: No me acordaré de él, no hablaré más en su nombre. Pero la sentía dentro como un fuego ardiente, encerrado en los huesos: hacía esfuerzos para contenerla y no podía. (Jer 20,8-9)

363. El Señor me dirigió la palabra: Antes de formarte en el vientre te escogí, antes de salir del seno materno te consagré y te nombré profeta de los paganos. Yo repuse: ¡Ay, Señor mío! Mira que no sé hablar, que soy un muchacho. El Señor me contestó: No digas que eres un muchacho: que a donde yo te envíe, irás; lo que yo te mande, lo dirás. (Jer 1,4-7)

364. Tú me sedujiste, Señor, y yo me dejé seducir; me has violentado y me has podido. (Jer 20,7)

365. Toda Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para argüir, para corregir y para educar en la justicia; así el hombre de Dios se encuentra perfecto y preparado para toda obra buena. (2 Tm 3,16-17)

366. He competido en la noble competición, he llegado a la meta en la carrera, he conservado la fe. (2 Tm 4,7)

Cielo, Infierno, Purgatorio

Padre, hay almas ya en el infierno? o habrá hasta el juicio final, o acaso aquellos que ya han muerto y en verdad fueron malos ya están condenados?, y aquellos que se arrepintieron estan en el purgatorio?, y los buenos en el cielo? como sera? – Preguntado en formspring.me/fraynelson

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Tu pregunta es preciosa oportunidad para recordar lo que nos trae el Compendio oficial del Catecismo de la Iglesia Católica sobre estos temas. Los números que aparecen antes de cada respuesta remiten al texto del Catecismo de la Iglesia, es decir, ya no el Compendio sino el Catecismo completo.

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