LA GRACIA del Viernes 22 de Julio de 2011

La fantasía sirve poco y confunde mucho cuando se trata de llenar nuestra curiosidad sobre algunas figuras del Evangelio. El mensaje que trae María Magdalena es sencillo: el amor de Dios en Cristo lo puede todo para salvarnos.

Construccion de una replica del Arca de Noe

“Huibers hizo una primera versión de setenta metros en 1992, pero la actual, que tiene exactamente las dimensiones que señala la Biblia, llega hasta los 150 metros de eslora, 25 de manga y 15 de calado. La tiene situada en el canal del Marwede, en Dordrechte, al sur de Holanda, y cuando la termine incluirá una sala de exposiciones y de conferencias y un restaurante, de modo que sirva de atracción turística…”

arca de noe

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IX-A. Visiones del Cielo

312. Cuando resuciten de la muerte, no se casarán los hombres y las mujeres, sino que serán en el cielo como ángeles. (Mc 12,25)

313. Vi la ciudad santa, la nueva Jerusalén, bajando del cielo, de Dios, preparada como una novia que se arregla para el novio. Oí una voz potente que salía del trono: Mira la morada de Dios entre los hombres: morará con ellos; ellos serán su pueblo y Dios mismo estará con ellos. Les enjugará las lágrimas de los ojos. Ya no habrá muerte, ni pena, ni llanto, ni dolor. Todo lo antiguo ha pasado. (Ap 21,2-4)

314. No vi en ella templo alguno, porque el Señor Dios Todopoderoso y el Cordero son su templo. (Ap 21,22)

315. El que estaba sentado en el trono dijo: Mira, renuevo el universo. Y añadió: escribe, que estas palabras mías son verdaderas y fidedignas. Y me dijo: Se acabó. Yo soy el alga y la omega, el principio y el fin. Al sediento le daré a beber del balde del manantial de la vida. El vencedor heredará todo esto. Yo seré su Dios y el será mi hijo. (Ap 21,5-7)

316. Allí no habrá noche. No les hará falta luz de lámpara ni luz de sol, porque los ilumina el Señor Dios, y reinarán por los siglos de los siglos. (Ap 22,5)

317. Ha llegado la victoria, el poder y el reinado de nuestro Dios y la autoridad de su Mesías; porque ha sido expulsado el que acusaba a nuestros hermanos, el que los acusaba día y noche ante nuestro Dios. Ellos lo derrotaron con la sangre del Cordero y con su testimonio. (Ap 12,10-11)