LA GRACIA del Jueves 14 de Julio de 2011

La llamada de Dios crea una condición nueva, un nuevo comienzo en nuestra historia, y ello da temor. Su nombre misterioso, “Yo-soy-el-que-soy,” únicamente indica que su ser habrá de conocerse en el curso de una historia en la que él ha irrumpido de modo maravilloso y real.