VIII-D. La fidelidad se muestra en la prueba

302. Este dicho merece fe: Si morimos con él, viviremos con él: si aguantamos, reinaremos con él; si renegamos de él, renegará de nosotros; si le somos infieles, él se mantiene fiel, pues no puede negarse a sí mismo. (2 Tm 2,11-13)

303. ¡Ay del corazón caído, que no tiene confianza! Por eso no será protegido. (Sir 2,13)

304. El Señor no se retrasa en cumplir su promesa, como algunos piensan, sino que tiene paciencia con vosotros, pues no quiere que se pierda nadie, sino que todos se arrepientan. (2 P 3,9)

305. Hijo mío, cuando te acerques a servir al Señor, prepárate para la prueba, mantén el corazón firme, sé valiente, no te asustes cuando te sobrevenga una desgracia. (Sir 2,1-2)

306. Esforzaos por afianzar vuestra vocación y elección. Si obráis así, no tropezaréis; antes bien, os darán generosamente entrada en el reino perpetuo del Señor nuestro y salvador Jesucristo. (2 P 1,10-11)

307. Todavía no habéis resistido hasta la sangre en vuestra lucha contra el pecado. (Hb 12,4)

308. Someteos, pues, a Dios. Resistid al diablo y huirá de vosotros. (St 4,7-8)

309. Quien no ha pasado pruebas, poco sabe. (Sir 34,10)

310. Uno que hecha mano al arado y mira atrás, no es apto para el Reino de Dios. (Lc 9,62)