Juan Pablo II, beato el próximo 1 de mayo

El papa Juan Pablo II será beatificado el próximo 1 de mayo, que este año coincide con la fiesta de la Divina Misericordia, segundo domingo de Pascua.

Lo anunció este viernes el portavoz de la Santa Sede, padre Federico Lombardi, tras hacerse pública la aprobación del decreto sobre el milagro atribuido a la intercesión de Karol Wojtyla.

Una nota informativa de la Congregación para las Causas de los Santos publicada este viernes por la Oficina de Información de la Santa Sede detalla el Iter de la causa de beatificación de Juan Pablo II.

La fecha de la beatificación del papa polaco se hace pública después de que el pasado 11 de enero, los cardenales y obispos de esta Congregación consideraran “milagrosa” la curación de la religiosa Marie Pierre Simon por intercesión de Juan Pablo II.

Publicado via email a partir de Palabras de camino

Cambios psicologicos, morales y religiosos

7. El cambio de mentalidad y de estructuras somete con frecuencia a discusión las ideas recibidas. Esto se nota particularmente entre jóvenes, cuya impaciencia e incluso a veces angustia, les lleva a rebelarse. Conscientes de su propia función en la vida social, desean participar rápidamente en ella. Por lo cual no rara vez los padres y los educadores experimentan dificultades cada día mayores en el cumplimiento de sus tareas.

Las instituciones, las leyes, las maneras de pensar y de sentir, heredadas del pasado, no siempre se adaptan bien al estado actual de cosas. De ahí una grave perturbación en el comportamiento y aun en las mismas normas reguladoras de éste.

Las nuevas condiciones ejercen influjo también sobre la vida religiosa. Por una parte, el espíritu crítico más agudizado la purifica de un concepto mágico del mundo y de residuos supersticiosos y exige cada vez más una adhesión verdaderamente personal y operante a la fe, lo cual hace que muchos alcancen un sentido más vivo de lo divino. Por otra parte, muchedumbres cada vez más numerosas se alejan prácticamente de la religión. La negación de Dios o de la religión no constituye, como en épocas pasadas, un hecho insólito e individual; hoy día, en efecto, se presenta no rara vez como exigencia del progreso científico y de un cierto humanismo nuevo. En muchas regiones esa negación se encuentra expresada no sólo en niveles filosóficos, sino que inspira ampliamente la literatura, el arte, la interpretación de las ciencias humanas y de la historia y la misma legislación civil. Es lo que explica la perturbación de muchos.

[Constitucion Gaudium et Spes, del Concilio Vaticano II, n. 7]