III-B. Pureza, interior y exterior

116. Por encima de todo cuidado, guarda tu corazón, porque de él brotan las fuentes de la vida. (Pr 4,23)

117. Esta es la voluntad de Dios: que seáis santos. Que os abstengáis de la fornicación; que cada uno sepa usar de su cuerpo con respeto sagrado, no por pura pasión, como los paganos que no conocen a Dios; que en este asunto, nadie ofenda o perjudique a su hermano, porque el Señor castiga tales ofensas, como os lo tenemos dicho e inculcado. Dios no os ha llamado a la impureza, sino a la santificación. (1 Ts 4,3-7)

118. Habéis oído que se dijo: no cometerás adulterio. Pues yo os digo que quien mira a una mujer deseándola ya ha cometido adulterio con ella en su corazón. (Mt 5, 27-28)

119. Raíz de los pensamientos es el corazón; de él salen cuatro ramas: bien y mal, vida y muerte; pero al final quien decide es la lengua. (Sir 37,17-18)

120. En todos tus actos vela sobre ti. (Sir 32,23)