Conoce a tu Dios, 1

INTRODUCCIÓN

El presente curso tiene como personaje central la adorable Persona del Padre celestial, de quien procede toda familia, toda comunidad en el cielo y en la tierra. Ya Jesús en su tiempo nos hacia esta tremenda y sorprendente revelación, refiriéndose al Padre: “el mundo no te ha conocido” (Jn 17,25) y añadía, mostrándonos una aurora maravillosa, que podía convertirse en pleno medio día: “esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero” (Jn 17,3).

Nuestro cometido es ir en busca de nuestro Padre, a quien de pronto no conocemos todavía, y hacer las indagaciones del caso para saber dónde está, dar con Él, encontrarnos con Él, dejarnos dar un abrazo, como el hijo pródigo y permanecer en su casa, disfrutando su compañía.

Quien nos puede dar noticia del Padre es Jesús, el Hijo amado, que ha tenido con El una relación maravillosa desde toda la eternidad. El mismo nos invitó a desear conocer al Padre, cuando nos dijo: “nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar” (Mt 11,27).

Oiremos a Jesús dándonos esa maravillosa noticia de que tenemos un Padre, que nos ama tanto que nos envía su propio Unigénito para que nos dé las más completas noticias suyas y nos cuente tanto algo de lo que sabe de El. Veremos varios textos donde Jesús nos cuenta maravillas del Padre y nos detendremos muy especialmente en la parábola del Padre, malamente llamada parábola del hijo pródigo, que Jesús emplea para darnos noticias completas del Padre y de su carácter maravilloso, lleno de misericordia para con sus hijos todos.

Hablaremos de nuestro hogar más allá de este mundo, de donde vinimos y a donde tenemos que regresar. Por eso, nos ocuparemos de Dios-Comunión: Padre, Hijo, y Espíritu Santo. Y nos detendremos especialmente en la Persona de nuestro Padre celestial. Para continuar con la parábola analizando todo su contenido: la persona del Padre, la persona del hijo menor y la persona del hijo mayor. Veremos quién es el hijo menor y quién es el mayor. Con ellos haremos una celebración del perdón y reconciliación: con Dios y los hermanos.

Nos encontraremos desde la Palabra con la persona maravillosa de nuestro querido Padre celestial.

Editado a partir de un texto original del P. Jaime Forero, q.e.p.d.