Viacrucis – Sexta Estación

LA VERÓNICA ENJUGA EL ROSTRO DE JESÚS

Te adoramos, oh Cristo…

“Como raíz en la tierra árida, sin figura, sin belleza. Lo vimos sin aspecto atrayente”.

Una mujer del pueblo limpia et rostro de Jesús.
Y en el paño, y en sus pupilas, y en su corazón,
se lleva el “vero icono” el auténtico rostro de Jesús:
el Jesús hambriento, el Jesús enfermo, el Jesús perseguido, el Jesús preso, el Jesús torturado.

Haz, Señor, que nosotros seamos esa mujer o ese hombre del pueblo, dispuesto a enjugar tanto sudor, tanta lágrima, tanta sangre. Y así nos llevemos tu “Vero Icono”, tu auténtico rostro, en las manos, en las pupilas y en el corazón.
Padre nuestro.

Déjate mirar por él… y te amará.