Ejercicio de Futurología

Escribamos un ejercicio de futurología. ¿Qué pasará en España después de la manifestación del pasado 18 de junio? Según el gobierno, 160.000 personas, según los organizadores, un millón o más, han salido a protestar contra la equiparación de las uniones homosexuales con el matrimonio entre hombre y mujer.

Bajo el lema “La Familia Sí Importa,” los manifestantes querían enviar un claro mensaje al gobierno presidido por José Luis Rodríguez Zapatero y también frenar el proyecto sobre parejas del mismo sexo, que está para su última aprobación en el senado. Así lo proclama el manifiesto leído para la ocasión.

Mi predicción es que, a pesar de la impresionante demostración del pasado sábado, el proyecto será aprobado. Las encuestas, que son las que gobiernan al gobierno, dicen que los españoles respaldan este proyecto, y por tanto será eso lo que se les dé. ¿Qué sigue? Digo yo que vendrán: (1) Muchas escenas de triunfalismo bochornoso del lobby gay. (2) Variadas y agrias demostraciones de burla y resentimiento en contra de la Iglesia Católica, pues cerca de veinte obispos salieron a las calles de Madrid el sábado. (3) El Partido Popular, PP, no quedará ante la opinión pública como claro y primer defensor de la familia tradicional.

En este sentido, sobre todo en este último sentido, hay que considerar el esfuerzo de los manifestantes como valeroso pero del todo insuficiente, no por ellos, sino por falta de una cabeza política que asuma su causa.

Mariano Rajoy, Presidente del PP no se hizo presente en la marcha. Mantuvo una expectativa sin propósito claro en los días anteriores pero luego no salió con nada. Sí estuvo Acebes, Secretario General de la misma colectividad, pero es grave que no haya ido Rajoy. No se necesita ser un genio para razonar así: si el PP está de acuerdo con el matrimonio gay, ¿por qué fue Acebes? Y si no está de acuerdo, ¿por qué no fue Rajoy? Cualquiera se da cuenta de que el PP ha intentado jugar a doble banda, no desairando a sus votantes pro-gay pero sí queriendo cosechar alguna popularidad entre las filas conservadoras de la sociedad española.

Esas jugadas no creo que funcionen. El PP ha cometido consistentemente el error de menospreciar la capacidad de estrategia y de reacción del Partido Socialista, PSOE, y en particular, del presidente del gobierno, Zapatero. Y menospreciar al adversario es perder ya la primera batalla.

ACTUALIZACIÓN, a 21 de Septiembre de 2005:

El PP decide tomar vías legales para deslegitimar las bodas entre homosexuales. El informativo Canarias7 lo informa así:

El PP confirmó ayer que tiene adoptada «desde el primer día» la «decisión política» de recurrir la ley sobre matrimonios homosexuales, un anuncio que, para el PSOE y el colectivo de Gays del Partido Popular, prueba el ultraderechismo de esta fuerza.

El portavoz del PP en el Congreso, Eduardo Zaplana, afirmó ayer que su partido ya tiene tomada la «decisión política» de recurrir la ley sobre matrimonios homosexuales ante el Tribunal Constitucional (TC).

Zaplana, en rueda de prensa en el Congreso, explicó que los servicios jurídicos del PP están redactando el recurso, aunque precisó que su contenido no se dará a conocer hasta su presentación, cuyo plazo límite es el 3 de octubre.

Zaplana hizo estas declaraciones después de que el PP informara el lunes de que decidirá si presenta este recurso una vez que disponga del estudio encargado a los abogados del partido.

El secretario general del PP, Angel Acebes, aseguró previamente que su partido no tenía «ninguna duda» sobre la inconstitucionalidad de la ley y que el recurso que se iba a presentar aún no estaba finalizado.

Según Zaplana, «la decisión política está tomada» desde «el primer día», aunque insistió en que aún no se ha concretado el «alcance» del texto.

Hizo hincapié en que su partido tiene la convicción de que la ley que permite el matrimonio entre personas del mismo sexo es «inconstitucional».

Zaplana negó que existan dentro de su grupo voces discrepantes con la decisión de recurrir ante el TC. Tras recordar que el PP no es contrario a la equiparación de los derechos de los homosexuales, sino a que su unión se denomine matrimonio, criticó a quienes pretenden «atribuirse en exclusiva el voto del os homosexuales».

Sin pronunciarse sobre la decisión del Partido Popular, el portavoz del Consejo General del Poder Judicial, Enrique López, consideró positivo que el TC se pronuncie sobre la ley y afirmó que ello generará seguridad jurídica ante las «dudas de constitucionalidad» existentes sobre esa ley.

Ante las sucesivas precisiones del PP, el ministro de Justicia, Juan Fernando López Aguilar, señaló que este partido está en su derecho de presentar un recurso de inconstitucionalidad contra la ley que permite el matrimonio entre homosexuales, si bien subrayó que el Gobierno está convencido de su plena adecuación a la Constitución.

Zapatero, convenzámonos, es un hombre inteligente rodeado de gente muy inteligente, que sabe seguir con juicio los criterios de la democracia por mayorías. Zapatero sabe que gobierna el que tenga votos; y tiene votos el que se conecta con lo que la gente quiere. Si un día hay un proyecto de ley para aprobar el incesto, y las encuestas dicen que los votantes lo apoyan por un margen seguro de victoria, ahí estará Zapatero “bendiciendo” los incestos.

El lenguaje de los políticos es fluido e inasible. Lleva eso a la máxima potencia y tienes el estilo de este socialismo adecuado a la sociedad del bienestar. Un día nos dicen que habrá diálogo con ETA si ETA muestra “voluntad” de dejar las armas. La opinión pública se viene encima del gobierno y ¿qué pasa? El gobierno amanece con otro discurso: “no habrá diálogo mientras no dejen las armas.”

A un adversario así no se le vence sino construyendo una mayoría cohesionada en torno a un modelo de sociedad que vaya más allá del bienestar de corte individualista. Algo de eso quería, con todo y su carácter agrio, José María Aznar, y por eso usaba el lenguaje deontológico: “España está donde tiene que estar…”

Rajoy no está dando los pasos para construir esa mayoría. Esta “negociando” y por negociar no quiere dar impresión de “duro;” por eso se abstiene de manifestaciones rotundas como la del sábado. Lo que podría recordar es que los socialistas hace décadas han aprendido a hacer esas negociaciones; ya tienen postgrados y doctorados en negociaciones con todos, casi hasta con ETA armada y todo. Rajoy está mostrándose como discípulo y seguidor del mismo al que pretende confrontar. Salvo grave error táctico de Zapatero, no lo logrará.

Y en todo esto habla Dios. La sociedad española, en progresivo envejecimiento, dependiente de los inmigrantes, carente de un norte, tensionada casi hasta el punto de desmembrarse, se verá un día obligada a buscar su raíz. Y en su raíz reencontrará que la fe católica fue su nodriza, su maestra y su auténtica amiga. Mi predicción –y no hago más por hoy– es que todo esto tardará casi un siglo en suceder. Pero sucederá.